Franco Baresi, el líbero

Franco Baresi, el líbero

Franco Baresi, el líbero

Baresi no era un defensa cualquiera, era un líbero. O mejor dicho, era 'el líbero'. Él jugaba en una posición en la que nadie más ha destacado después de colgar las botas. Dominador absoluto del eje de la defensa, mandaba, ordenaba y comandaba la retaguardia de su equipo. Era dueño y señor de una zaga en la que imponía su jerarquía.

Franco Baresi nació en la localidad italiana de Travagliato, el 8 de mayo de 1960. Huérfano de padre y madre desde los 17 años, su hermana Lucía se hizo cargo de él y de su otro hermano, Giuseppe -que fue posteriormente jugador del Inter, y por ende, eterno rival de Franco-.

Conocido desde pequeño con el apodo de “piscinín”, ingresa en los juveniles del Milán en 1974. Y en el 78 debutó con el primer equipo en un partido frente al Verona. Al año siguiente se convirtió en un fijo en el equipo titular.

Baresi conquistó con el club “rossonero”seis “scudettos” (78-79, 87-88, 91-92, 92-93, 93-94 y 95-96), tres Copas de Europa (1989, 1990 y 1994), dos Copas Intercontinentales (1989 y 1990) y tres Supercopas de Europa (89, 90 y 94).

Desde su debut en aquel 23 de abril de 1978 con los “rossoneros”, estuvo ligado al club durante 20 temporadas consecutivas. Sólo lo abandonó el conjunto rojinegro cuando dejó de jugar al fútbol en 1997, con 37 años. Aún así continuó vinculado al club, formando parte de la directiva, y entrenando en las categorías inferiores.

Franco Baresi dejó tal sello en el AC Milán que, cuando se marchó, el club retiró el dorsal 6 para que ningún otro jugador lo pudiera lucir. Este honor sólo lo tiene él y otro histórico de la zaga “rossonera” -compañero también de Baresi- que dejó el fútbol hace apenas un mes, Paolo Maldini – en este caso con el número 3-.

Pero la leyenda futbolística de Baresi no se tejió sólo en el Milán, sino que también contribuyó su etapa en la escuadra 'azzurra'. Debutó con la selección italiana el 4 de diciembre de 1982, frente a Rumanía. Fue internacional en 81 ocasiones, hasta que el 7 de septiembre de 1994 jugó su último partido.

Con la elástica azul disputó tres mundiales (82, 90 y 94). Aunque se alzó con la Copa del Mundo en el campeonato celebrado en suelo español, no jugó ni un sólo minuto. Y en el mundial de Estados Unidos se quedó a las puertas de levantar el trofeo tras perder la final ante Brasil en la tanda de penaltis.

Un Milán inolvidable

La época dorada de Baresi fue también la época dorada del Milán. Con Arrigo Sacchi dirigiendo el equipo, y jugadores de la talla de Marco van Basten, Ruud Gullit, Frank Rijkaard o Carlo Ancelotti, los 'rossoneros' marcaron historia en el fútbol mundial de finales de los 80 y principios de los 90. Y la defensa que él abanderaba, y que completaban Tasotti, Costacurta y Maldini, era el temor de los rivales.

Ágil y rápido en el corte, elegante y efectivo a la hora de sacar el balón, avanzaba con solvencia entre las líneas del campo. Incluso llegaba hasta la portería contraria -marcó 16 goles con el Milán y 1 con su selección-. No era el clásico defensa rudo italiano, era mucho más técnico.

Franco Baresi fue 'el gran capitán'. Tanto en el Milán como en la selección italiana, era el alma del equipo, el que mandaba sobre el terreno de juego, un entrenador dentro del césped. Con el carisma y los galones suficientes para ser el jefe. En su puesto no han jugado muchos jugadores. Beckenbahuer marcó el camino, y él lo siguió y lo perfeccionó. Pero tras su marcha, la posición de líbero casi ha desaparecido. Quizás porque nadie sería capaz de defenderla como él lo hizo.

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