Jeques �rabes, Naturgy y las nuevas colonias

Jeques �rabes, Naturgy y las nuevas colonias

Carlos Est�vez mengotti TRIBUNA

OPINI�N

Vega Alonso del Val | EFE

18 abr 2024 . Actualizado a las 13:36 h.

En la lista Forbes no figura ning�n jeque �rabe del petr�leo entre las 100 primeras fortunas del mundo. Sin embargo, las estimaciones m�s convincentes de los expertos indican que la generaci�n diaria de recursos de esos pa�ses ser�a en torno a los 6.000 millones de d�lares, lo que podr�amos considerar el cash flow libre, es decir, algo as� como el beneficio antes de impuestos, teniendo en cuenta que los impuestos los fijan ellos mismos. La cifra es descomunal.

La raz�n de la ausencia es obvia, parece que no les gusta estar en la primera l�nea de la opini�n p�blica. Por tanto, en un mundo como una libre circulaci�n de capitales, se destina la inversi�n a las principales compa��as de los pa�ses desarrollados. El objetivo ser� obtener una rentabilidad importante a unos capitales que m�s tarde o m�s temprano, a trav�s de las de energ�as alternativas, dejar�n de crecer. Por ello, necesitar�n rendimientos sustitutivos. Las estimaciones de la inversi�n �rabe en Europa nos indican que en el Reino Unido se superan los 48.000 millones de libras, en Francia unos 26.000 millones de d�lares y en Alemania unos 24.000 millones de d�lares. En Espa�a esta entrada de capital es menor y ha llegado m�s tarde. Pero no se ampara en una suerte de exitosos resultados econ�micos, sino en una necesidad importante de invertir. En cualquier caso, se est� haciendo cada vez m�s grande: el 8,9 % de Iberdrola, el 4,87 % de Telef�nica y, ahora, una posible opa al 100 % sobre Naturgy por parte de Emiratos �rabes. Ello afecta a sectores que pod�amos considerar estrat�gicos para nuestro pa�s. Por lo que es necesario efectuar un seguimiento. No por su origen, sino por su destino prioritario.

La entrada de los capitales �rabes en los pa�ses desarrollados de Europa podr�a tambi�n valorarse en otro sentido, como un intento de influir en las decisiones pol�ticas de esos Estados, amparados en su fortaleza econ�mica en el �mbito dom�stico. As�, el pa�s europeo con mayor impacto de la inversi�n �rabe es Gran Breta�a, que se desayuna con un primer ministro, un alcalde de Londres y un ministro principal de Escocia musulmanes. Esto representa, por una parte, a la propia poblaci�n inglesa de ese origen, y, por otra parte, a la influencia econ�mica de los pa�ses �rabes en Gran Breta�a. Curiosamente, el nombre m�s utilizado para los reci�n nacidos en Gran Breta�a es Mohamed. Es a la vez un camino de internacionalizaci�n econ�mica y demogr�fica, que simult�neamente puede coincidir o no con una nueva forma de colonizaci�n econ�mica. El resultado depende, en el �mbito econ�mico, de las salvaguardas que puedan establecer los gobiernos sobre sus sectores estrat�gicos, sin prejuicio a la diversidad. Esta es una operaci�n que, lenta pero permanentemente, est� produci�ndose en el entorno de Europa. Siempre, con la aquiescencia evidente de todo aquello en lo que es capaz de influir el poderoso caballero que dec�a nuestro insigne Francisco de Quevedo: �Es gal�n y es como un oro, tiene quebrado el color; persona de gran valor, tan cristiano como moro�.