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LAS PALMAS

Francisco Javier García Pimienta: el extremo que entendía el juego

Hoy entrenador de mucho éxito en Las Palmas, estuvo a un paso de sustituir a Valverde y Setién en el Barça. Salió de La Masía por la puerta de atrás.

Las PalmasActualizado a
Las Palmas empata, 0-0, con el Alavés y regresa a la élite del fútbol español cinco años depués como segundo clasificado en la división de plata. En la imagen, manteo de García Pimienta.
CARLOS DIAZ RECIODIARIO AS

El amor pasa por ser la fuerza más poderosa del universo, inabarcable poder evocador el suyo. También aparece, claro, en el mundo del deporte, con el fútbol como el más global de todos ellos. Y es precisamente una historia de amor inacabado, como bien canta Sabina, una de esas que nunca mueren, la que une a Francisco Javier García Pimienta, actual entrenador de Las Palmas, que hoy se mide al Real Madrid, con el Barcelona. Se entendieron y están condenados a volverse a encontrar. ¿Cuándo? No se sabe. “La vida da muchas vueltas”…

Más de la mitad de su vida, 28 de los 49 años que ahora mismo tiene, llegó a estar Pimienta en el Barça, primero como futbolista, debut incluido en el primer equipo, y después como formador y entrenador. Entre sus pupilos se encuentran un tal Leo Messi, Piqué o Cesc Fábregas.

Vilajoana, cuando ea directivo del Barça, saludando a Leo Messi.
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Vilajoana, cuando ea directivo del Barça, saludando a Leo Messi.

“Siempre entendió muy bien el juego. Era extremo, y esto no es habitual. Normalmente los delanteros se centran en marcar goles, superar…. Habitualmente están poco metidos en los que significa el juego colectivo”, sostiene Xavi Vilajoana, hoy directivo del Prat (3″ RFEF), quien coincidiera con “Pimi”, como cariñosamente se le conoce, siendo ambos juveniles. De ese “entendimiento” surgió el hoy entrenador. “Cuando tenía 18 años fiché por el Sub19 del Barça. Él también estaba en el juvenil, es un año más joven que yo. En esa época compartíamos entrenamientos y algunas veces, partidos. Estuvimos tres años compartiendo Barça como jugadores”, rememora Vilajoana. “Seguimos hablando mucho”, sostienen ambos.

Vilajoana, abajo, al lado de Jordi Cruyff en el Sub19 del Barça. Justo encima, el entrenador: Valentín Mora. Encima de este, Javi Moreno.
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Vilajoana, abajo, al lado de Jordi Cruyff en el Sub19 del Barça. Justo encima, el entrenador: Valentín Mora. Encima de este, Javi Moreno.

Caprichos del destino, se reencontraron años después, Vilajoana como directivo y su amigo entrenando, para continuar con este idilio personal y futbolístico. Lo que no le dio el césped se lo regaló poco después el parquet. “Tras dejar el fútbol en el Barça jugué en el primer equipo de fútbol sala. A día de hoy soy el único jugador del club que ha jugado a nivel profesional también al fútbol sala. Estuve hasta el 2006″, recordó también.

“En 2010 volví a la Comisión Deportiva del fútbol sala y en 2015 pasé a ser directivo responsable de todo el fútbol base y La Masia”, recuerda. Duró hasta 2020. En esa década descubrió que Pimienta era igual de bueno entrenando que formando, algo básico en la cantera del Barça. “Sabía adaptarse perfectamente a lo que es un formador en época de formación como puede ser en cadete, pero también evolucionar para transformarse en un muy buen entrenador”, asegura Vilajoana a Diario AS. Ahí ya empezaba a despuntar: “En el fútbol base me he encontrado muchas veces con personas que podían tener posibilidades de ser buenos entrenadores pero no eran buenos formadores. Que no es lo mismo. Y a la inversa. Hay muy buenos formadores que no tienen características para ser muy buenos entrenadores. O al menos tienen que evolucionar mucho para serlo. En este sentido, Pimi tenía las dos cosas. Sabía cuándo debía ejercer de formador y cuando de entrenador”.

García Pimienta, a la derecha, en la previa de un derbi juvenil contra el Espanyol.
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García Pimienta, a la derecha, en la previa de un derbi juvenil contra el Espanyol. Rodolfo MolinaDIARIO AS

Poco a poco, Pimienta fue ascendiendo en el escalafón de las categorías inferiores del Barça. Tocaba empezar una apuesta seria. “No tenía ninguna duda con él”, dice Vilajoana recordando sus tiempos de jefe de la cantera blaugrana. Se refiere, claro, a darle el banquillo del filial. “El Barça B es el último escalón aunque todavía hay mucha formación por medio. Pero es verdad que te exige tener una parte importante de entrenador. Por lo tanto, Pimi reunía las condiciones adecuadas para ello”, insiste.

Cuatro años en el filial con Vilajoana como jefe directo casi acaban en la cima más alta. “No me escondo. Cuando en Junta Directiva se planteó el cambio de Valverde por Quique Setién y después con el de Koeman, el que puso siempre sobre la mesa el nombre del de Pimi fui yo. Así consta en las actas”. Es que, además, tocaba darle rienda suelta al talento en los banquillos, no solo sobre el césped. Así, sentencia: “Siempre he creído que una de las cosas que le ha faltado al Barça es que genera muy buenos jugadores pero la obligación de un gran club también es generar buenos entrenadores. Y más con la idea de juego que tenemos, que es muy especial y se trabaja desde la base”. Y ahí no había nadie como el hoy jefe del banquillo de Las Palmas.

Vértigo.

Aclara Vilajoana que, en ningún caso, la decisión de no contar con Pimienta correspondió solo a Bartomeu, por entonces máximo dirigente del Barça: “No fue tanto Bartomeu porque, al final, había un directivo responsable del primer equipo, después un responsable deportivo y luego está el área técnica. Esto no lo acaban decidiendo los directivos, sino los ejecutivos. Se debate y se decide”. La presión jugó en contra del responsable del filial, que nunca dejó de contar con la venia de su jefe directo: “Estas cosas da un poco de vértigo. En un vestuario con esas estrellas y con los caracteres que había se pensó que alguien con canas, por así decirlo, podía aportarle más al equipo. Es un tema de atrevimiento, pero es verdad que nunca se sabe. Opinar a posteriori siempre es más fácil. Estos dos casos (Setién y Koeman) no salieron bien, pero tampoco sabemos qué hubiera pasado con Pimi. Pero yo creía fervientemente en él y así lo transmití y defendí hasta el final”.

Tocaba, entonces, aprender a caminar fuera del Barcelona, donde tal vez hiciera mucho frío. El calorcito de La Masia no se olvida. “Recuerdo alguna conversación con Pimi. Estando en Can Barça le decía que, viendo lo difícil que iba a ser llegar (al primer equipo), debía buscar una alternativa. Le dije: “Hostia, creo que deberías volar”. Acabar de demostrar fuera, en un equipo profesional totalmente fuera de aquí para disipar las dudas que podían tener los responsables”, desvela Vilajoana. Ni más ni menos, exactamente lo que está haciendo desde hace dos años en Las Palmas. Opositando como el que más a regresar, con mando en plaza, a la que un día fue su casa. A coger al vuelo aquella oportunidad que tanto se merecía y que algunos le negaron. Su amigo ultima: “Le insistía en que en casa ya había demostrado que entendía la idea de juego, desarrollarla y sacarle rendimiento. Y por lo tanto, solo faltaba que vieran que era capaz de gestionar una plantilla 100% profesional. Y de hecho es lo que está haciendo con muy buena nota”. La misma que toman de él en la que siempre será su casa, aquella pintada de blaugrana.

Poco después llegó Laporta y ambos se fueran del club por la puerta de atrás. Sin embargo, el sueño de un futuro profesional común no se descarta. “¿Volver los dos al Barça? La vida da muchas vueltas...”.

Fichaje por Las Palmas.

Una de las personas externas a Las Palmas que más influyó en el fichaje de Pimienta fue el propio Vilajoana. “Conozco a Tonono desde hace muchísimos años, desde que yo era juvenil. Nos llamamos mucho para preguntarnos por jugadores, entrenador…”, asegura sobre su relación con Tonono Rodríguez, responsable de la cantera de la propia Unión Deportiva. “Cuando me preguntó por Pimi le aseguré que no se iban a equivocar”, desvelaba. A la vista está que, una vez más, tenía razón.

Todo lo aprendido en el Barça, tantos años metido de lleno en un proceso formativo donde la posesión de la pelota es religión y el juego de posición lo marca todo cayeron como un guante en Gran Canaria, cuya idiosincrasia futbolística casa como ninguna con aquella que sigue legando la figura del inmortal Johan Cruyff. Especialmente en un aspecto concreto que Pimienta trabaja cada día en la colina de Barranco Seco: “En la intencionalidad con el balón. La típica y tópica frase de que si tienes el balón al rival le va a costar más meter un gol. Por los perfiles de jugadores que ha incorporado ya ves que va orientado a eso”. Primero, la idea. Después, los nombres. “Esto también es un error de los clubes. Tienes una idea de juego pero también que hacer una plantilla acorde a los que quieres jugar. Si no, sí que no cuadran y ahí vienen los fracasos. En este caso veo la intencionalidad de Las Palmas, se ve muy claramente”.

Las distancias, más que salvadas, no impiden compartir una idea: “Se trata de practicar y llevar a cabo una idea de juego muy determinada. Esto se puede trabajar siempre en cualquier equipo. Para llevar a cabo esta idea de juego no hace falta tener jugadores del nivel de un Barça. En el Prat lo estamos aplicando, y en 3ª RFEF también se puede jugar así: densificando por dentro, mover el balón para desordenar el rival… Muchas de las características de la idea de juego del Barça ahora mismo Las Palmas las está haciendo. Incluso el Girona, que también va muy bien”. La calidad, claro está, acaba marcando la diferencia: “Cuando tienes a los mejores jugadores, a partir de zona C, ¾ de campo, cuando aceleras sale esa calidad. Si tienes seis ocasiones y a los mejores jugadores, metes cino. Pero no estoy sorprendido en absoluto de lo que está haciendo Pimi en Las Palmas porque se puede desarrollar independientemente de los jugadores que tengas”.

No se descarta un futuro profesional común de ambos en el Barça. Tampoco está descartado que, más pronto que tarde, García Pimienta vuelva al lugar de donde, tal vez, nunca debió salir. Por suerte para Las Palmas le invitaron a ello. Su continuidad en Gran Canaria más allá del 30 de junio tampoco es que esté del todo garantizada. “Cuando hablamos, lo que le recomiendo es que, en cualquier cambio que tuviera que hacer, piense en el equipo que va a tener. Es muy importante para un entrenador tener la confianza de los que mandan. Pasa muy a menudo que dan bandazos, y tener una línea clara es clave para que un proyecto funciones”, desvela Vilajoana.

Ninguno salió de la mejor manera del Barça, pero su amor por el club les impide renegar del mismo. Volver siempre será una opción. “La vida da muchas vueltas”, insiste Vilajoana, que sentencia: “Si algún día alguien me pide opinión, si el club me necesita, evidentemente… Soy culé, lo llevo dentro. Siempre estaré para ayudar pero sin darle la razón porque sí al que manda y al que no manda. He estado con los tres últimos presidentes y sé de qué pie cojea cada uno”.

SI le tocara volver, su entrenador parece claro. Un García Pimienta al que le invitaron a salir de donde siempre quiso estar. Una ruptura que no termina de romperse. Más bien, tocaba el cese temporal de la convivencia. Le tocó coger aire y demostrar. Los resultados e imagen de Las Palmas, su primera experiencia fuera del Barça, son el mejor aval. ¿Retomar esa inconclusa historia de amor? Quién sabe por más que todos los caminos conduzcan al nuevo Camp Nou, quién sabe si a Montjuic. Y es que lo suyo fue el fin de uno de esos amores que cantó Sabina, que cuando no mueren matan o, como este, mató y, por tanto, nunca murió. Algo queda...

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