Francisco Buyo (Betanzos, 63 años) alargó 20 años su carrera profesional. Del Deportivo saltó al Sevilla donde estuvo seis años (1980-86). De ahí al Bernabeú (86-97). En su primera etapa se enfrentó en 14 ocasiones al que luego sería su equipo: cuatro victorias, cuatro empates y seis derrotas. En la segunda, hasta en 18 oportunidades tuvo a sus ‘ex’ como rivales: 12 ganados, tres empatados y tres perdidos.

Sus dos equipos se enfrentan con posibilidades matemáticas de ser campeones.

Una alegría enorme. Estamos acostumbrados a que el Madrid luche por todos los títulos, pero lo del Sevilla es más novedoso. Fruto del salto de calidad que ha dado en los últimos años. Es un club que trabaja muy bien en todos los aspectos. Desde la cantera a los fichajes gracias al gran ojo de Monchi. Estamos ante un Sevilla campeón de la Europa League y que ya es casi fijo en la Champions. Al Sevilla solo le falta un título de Liga para reafirmar toda esa gran trayectoria. El lunes dio un traspié muy importante. Tiene una gran desventaja con respecto a sus tres rivales, el goal average. El domingo va a dar guerra. A Lopetegui le motiva especialmente enfrentarse al Madrid, seguro.

¿En un Madrid-Sevilla usted siempre pone una ‘X`?

No. Son mis equipos junto al Deportivo, pero por encima de todo soy del Madrid. Desde pequeño. Dejé de serlo mientras fui del Sevilla.

¿Le afectará al Madrid la derrota del miércoles?

No debería. Muchos jugadores se juegan su futuro y su prestigio. Y mal harían en dejarse ir porque perdieran el miércoles. Son gente experta. Además, cuando te pasan por encima como aviones poco puedes hacer. El Madrid está muy cansado. Hay jugadores que han jugado tanto que casi no pueden…

O sea, que sigue viendo al Real Madrid campeón de Liga.

Sí. Es mi favorito. Va a ganar los cuatro partidos. El Madrid no tiene siete vidas, tiene 27, pero reconozco que lo veo muy irregular. Con dientes de sierra en su rendimiento, pero tiene ese gen ganador que lo hace resucitar en los momentos más necesitados. Es un dicho que manejamos mucho, pero también es una realidad. No juega un fútbol brillante, pero sí muy efectivo. Estos dos últimos años ha cambiado la mentalidad. De ser un equipo que jugaba desenfadadamente al ataque ha pasado a ser más conservador. Zidane fue inteligente. Se dio cuenta de que en ataque no tenía el potencial de otros años por la marcha de Cristiano y por las lesiones y eligió armarse más atrás. Y luego está arriba Benzema, que es el artista del equipo.

¿Y el Barça-Atlético?

Esos van a empatar seguro. Y si no que gane el Barça porque es lo que más favorece al Madrid. Los dos van a ir a ganar y van a empatar. Y así mantienen los tres la ilusión hasta la última jornada y al final el Madrid campeón.

El juego del Barça entra más por los ojos que el del Real Madrid.

Depende de cómo cada uno entienda el jugar bien. Tiene a Messi que cuando está en forma y quiere jugar hace jugar al equipo. Pero tiene muchas lagunas, sobre todas defensivas. Y cuando tiene enfrente un equipo físico lo pasa mal. Lo digo por el PSG, por el Bayern, por el Real Madrid… El Atlético no sé si es también un equipo físico, o era un equipo físico.

En su época de jugador, Buyo antes de ir al Sevilla era el Messi de la portería. Todos los clubes le querían.

Con 17 años era titular en el Deportivo en Segunda. Un portero tan joven no lo encontrabas en ningún lado. El primero que me pudo fichar fue el Málaga. Estaba en el Mallorca (1975-76). Tenía 16 años y me fui un fin de semana y no se hizo el traspaso por un millón de las antiguas pesetas, seis mil euros de ahora. Un mes más tarde hice el cambio de residencia y fiché por Deportivo con Manuel Fernández Trigo de gerente.

Y ahí comienza a ser objeto de deseo.

El Madrid estaba en la jugada desde el principio. Un día me llamaron al club. Estaban el presidente, Antonio Álvarez y Emilio Rey, el presidente de La Voz de Galicia. Este le dijo que pusiera en un cheque la cantidad que quisiera porque el Real Madrid la pagaba. Yo le decía que firmase, que a qué esperaba. Me daban ganas de poner a mí la cantidad… pero al final no se hizo. Entonces estaban Miguel Ángel, García Remón, Agustín y Miguel de porteros y acordamos esperar un tiempo. Luego hubo otro episodio con el Atlético. Me iban a buscar a la concentración de la selección juvenil para firmar ya y al final se estropearon las negociaciones. Se hablaba de tres millones y medio de pesetas.

Y acabó en el Sevilla.

Su presidente Montes Cabeza era el delegado de las selecciones inferiores y siempre me animaba. Me llamaba ‘Buyito’. Fue un auto fichaje. Le dije que se espabilara, que había tres o cuatro clubes negociando con el Deportivo, y a la semana siguiente ya estaba en el Sevilla. Tenía 22 años y pagó 25 millones y un partido en Riazor.

El Barça estuvo también en la pelea.

Con el Barça hubo tres posibilidades dos en la época del Deportivo y una tercera cuando ya estaba en el Sevilla. Venables me llamaba todas las semanas y me decía que tenía que ser su portero. Justo antes de la final de la Champions. Pero entonces yo ya tenía apalabrado el fichaje por el Madrid. Quedé libre.

Quedó libre pero el Madrid pagó por usted 63 millones de pesetas.

La generosidad de Ramón Mendoza. Le dije que repartiera conmigo un poco, pero no quiso.