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Cuando Jesús Gil convocó un referéndum para presentar o no al equipo en una vuelta de la Copa contra el Madrid

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Estamos en 1989. Había empezado el mes de noviembre y el Real Madrid se encontraba eliminado de la Copa de Europa. Por la capital había pasado el Milán de los holandeses y los blancos fueron incapaces de remontar el 2-0 de la ida. Un partido aburrido donde el conjunto italiano se limitó a controlar el partido sin apenas arriesgar. Un encuentro muy trabado, con más de 50 faltas entre ambos, y donde el Madrid volvió a estrellarse con la táctica milanista del fuera de juego. Más de veinte veces cayeron en él. En los minutos de descuento de la primera mitad, Butragueño aprovecho un rechace del palo, tras un disparo de Julio Llorente, para marcar el 1-0. Quedaban 45 minutos, pero el Madrid no volvió a tirar a puerta con peligro. Tampoco el Milán. El partido languideció hasta que se lesionó Paco Llorente. Como ya se habían hecho los dos cambios tuvo que salir de vestuarios con el brazo cabestrillo. Una imagen para el recuerdo. Poco después, Sanchís era expulsado por doble tarjeta y el Madrid acabó por tirar la toalla.

La Copa de Europa se volvía a alejar y esta vez demasiado pronto. Los días posteriores se vertieron críticas sobre la táctica del entrenador madridista, que se vio inútil para incluso plantear una alternativa durante el encuentro. El Atlético de Madrid, por su parte, había caído antes en la UEFA. En septiembre, en el campo neutral del Renato Curi de Perugia, la Fiorentina igualaba el 1-0 de la ida y tras prorroga, en la cual no se movió el marcador, se iban a los penaltis. En ellos Futre y Marina lanzaban fuera mientras que a Manolo le paraban el suyo. Al final Baggio marcó el definitivo dando el pase a los italianos. Jesús Gil reflejó que habían caído con honor, y en realidad el Atleti jugó mejor, pero la mala suerte europea volvió a aparecer. Aunque Gil, ante la prensa, no acusó al árbitro francés Michel Vautrot de la derrota, sino que se quejó sobre todo del dinero que le costaría a la entidad el caer eliminados tan pronto, lo cierto es que por dentro algo le reconcomía.

Un año mas tarde, en RNE, se quedó a gusto sobre el colegiado: «No me extrañó para nada el arbitraje que nos hizo. No es que sea un mariquita, es un maricón. Sé de muy buena tinta que después de quedar nosotros eliminados de la Copa de la UEFA a ese colegiado le buscaron los italianos un niño rubio de ojos azules». Lo cierto es que el tercer proyecto de Jesús Gil comenzaba con dudas. La llegada de Javier Clemente, el 8º entrenador, era el intento de Gil por buscar éxitos. Sin embargo, al llegar noviembre el equipo viene de una racha de tres derrotas consecutivas, lo que le deja a mitad de la tabla. En una zona a la misma diferencia del liderato que del descenso.

El fin de semana el Madrid viaja en cuadro a San Sebastián, tiene tantos lesionados que rellena la convocatoria con tres jugadores del filial. En Atocha se pierde por 2-1 y surgen las dudas. El Atleti por su parte se da un festival ante el Castellón en casa, al que golea por 4-1. No se iban a tomar medidas drásticas ya que entre semana llegaba la eliminatoria de Copa ante el Atlético de Madrid. Esta se planteaba vital. Nadie esperaba llegar a Navidad quedándose solo con opciones en la Liga. En el Calderón se vio un partido bronco y cierta dureza, donde el conjunto rojiblanco tuvo las mejores ocasiones desbaratadas por Buyo. Toshack, que solo tenía 14 jugadores disponibles, no quiso arriesgar y el resultado de empate a cero le vino ideal para afrontar la vuelta quince días después. Sería en los minutos finales cuando llegaría la polémica. Tras una internada de Futre, en la cual le sale al paso Julio Llorente, el portugués cae exagerando, el propio jugador lo reconocería días más tarde, y Ramos Marco determina que no es penalti.

El arbitraje fue malo, no expulsó a Bustingorri por una entrada a Michel, permitió a Buyo perder tiempo, expulsó a Aldana… si el Atleti hubiera ganado 1-0 tras pitar ese penalti, en el cual hubo contacto, tampoco habría sido raro visto el partido. Tras el encuentro, el presidente rojiblanco, Jesús Gil, apareció tranquilo y confiado para el partido de vuelta. Incluso alabó la actuación de Buyo.

Sin embargo, todo era fachada. Días después, explotó. Primero fue Javier Clemente, entrenador rojiblanco, quien en rueda de prensa llamó cobarde a Hugo Sánchez, además de tildar de madridistas tanto al árbitro del encuentro, Ramos Marcos, como al presidente del presidente del Colegio Nacional de Árbitros, José Plaza. Al día siguiente sería Jesús Gil quien envió una nota a los medios donde decía que a Hugo le habrían expulsado de España si no fuera porque jugaba en el Real Madrid, además de calificarle como antítesis de un deportista. Todo esto venía por la actuación del mexicano durante el partido de Copa. Gil fue más allá y tras decir les habían atracado en el derbi, se planteaba no jugar la vuelta si no se daban unas mínimas garantías de imparcialidad arbitral.

Aquello que parecía una bravuconada se convirtió en una realidad. Jesús Gil mandó una carta de cuatro folios a los socios explicando los motivos de convocar un referéndum sobre la elección de ir a jugar o no al Bernabéu para el partido de vuelta, así como pedía que el partido lo arbitraba un colegiado extranjero. Estaban llamados a las urnas más de 27000 socios y se aprovechó el partido jugado en el Calderón ante el Barcelona para realizar la votación. Las papeletas eras claras. El NO motivado por los atropellos sufridos y para sentar precedente al negarse a acudir al Bernabéu; el SI para jugar aun siendo conscientes de las irregularidades sufridas, aunque pudieran ser nuevamente vejados, pero acudiendo para evitar males mayores. En Chamartín se lo tomaron a guasa. Schuster dijo que si querían un árbitro extranjero él tenía un amigo, mientras Gordillo pedía que Clemente y Gil eligieran directamente al árbitro.

El día de la votación apenas se llegó a la media entrada en el Calderón y las mesas de votación tampoco estuvieron muy animadas. El propio presidente votó SI a jugar en el Bernabéu. Apenas un tercio de los socios votaron, decantándose en un 79% por ir a jugar al estadio madridista. Pese a toda la parafernalia, Gil jugó sobre seguro ya que sabía que el aficionado de a pie no era tan radical, y lo único que buscaba era algo de atención sobre el presunto problema arbitral que sufrían. Para el partido de vuelta fue designado el aragonés Pes Pérez, quien no realizó un mal arbitraje, aunque se le volvió a reclamar un penalti sobre Futre y un balón que Abel, meta rojiblanco, detuvo al límite de la raya aunque sin quedar muy claro si entró o no.

Toshack ya había recuperado a gran parte de los lesionados por lo cual pudo jugar con más tranquilidad. El Atleti le puso fútbol y ganas al encuentro, pero le faltó efectividad, algo que si tuvo el Madrid. El protagonista del encuentro fue Hugo Sánchez quien adelantó a los blancos en la primera parte con un lanzamiento de falta. Ya en los minutos finales del partido, volvería a marcar en un contragolpe. Los blancos seguían vivos en la Copa y el Atleti esta vez solo pudo achacar la derrota al fútbol.

2 Comentarios

  1. Interesante el artículo pero recomiendo a Jot Down que repase la ortografía del mismo. El tema de las tildes es dramático.

  2. Pingback: Más inútil que el VAR de los periodistas

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