Cuando el Deportivo se quedó a las puertas de una final de Champions: "Mourinho me dijo que éramos los mejores de Europa" | Relevo
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Cuando el Deportivo se quedó a las puertas de una final de Champions: "Mourinho me dijo que éramos los mejores de Europa"

Se cumplen 20 años de una campaña histórica del conjunto gallego en la máxima competición europea.

Aquella campaña se vivieron momentos únicos en Riazor. /AFP
Aquella campaña se vivieron momentos únicos en Riazor. AFP
Diego Otero Fontán

Diego Otero Fontán

Esta temporada el Deportivo de A Coruña está luchando por volver al fútbol profesional. Primeros en su grupo de 1º RFEF, el cuadro coruñés está muy cerca del ascenso tras cuatro temporadas en el infierno. Los aficionados más jóvenes han visto al conjunto gallego ser un club en ocasiones inestable deportiva e institucionalmente. Varios descensos a Segunda División, problemas económicos y la caída del fútbol profesional es lo que ha presenciado Riazor en los últimos años.

Pero, si nos remontamos dos décadas en el tiempo, en la temporada 2003-2004, el Deportivo era uno de los clubes más temidos en el viejo continente con César Augusto Lendoiro en el palco y Javier Irureta como arquitecto en el banquillo. El Superdepor era una mina de talento con futbolistas de la talla de Juan Carlos Valerón, Mauro Silva, Djalminha, Diego Tristán, Fran González, Manuel Pablo... que puso Europa a sus pies con su juego.

Esa temporada, como estaban acostumbrados en Coruña, la ciudad se vestía con sus mejores galas los martes y los miércoles para escuchar el himno compuesto por Tony Britten. Porque el Deportivo era un grande de Europa que había ganado una liga años atrás y ese curso alcanzaría unas semifinales de la UEFA Champions League en un camino legendario que dejó momentos para la historia.

La exhibición de Juan Carlos Valerón ante el Milán.  AFP
La exhibición de Juan Carlos Valerón ante el Milán. AFP

"El resultado contra el Mónaco empañó la confianza del vestuario. Fue la tormenta perfecta"

Pablo Amo

La participación del Dépor en aquella Champions League comenzó en la fase previa ante el Rosenborg. El cuadro dirigido por 'Javo' Irureta, como le llaman cariñosamente todos sus jugadores, logró el pase tras vencer 0-1 en el global de la eliminatoria. El sorteo le encuadraría en un grupo complicado con Mónaco, que sería finalista de la edición, PSV y AEK Atenas.

Una competición que generaba ilusión en la ciudad, en el presidente del club, Lendoiro, y en el propio grupo que creían que podían lograr algo grande. "El 'presi' le daba mucha importancia a la Champions. En el vestuario creíamos que haríamos algo más. Nos lo creíamos", destaca en Relevo el segundo entrenador de la Selección Española y central del Deportivo durante varias temporadas, Pablo Amo.

En los años anteriores, el equipo había pecado de falta de experiencia para competir con los mejores de Europa como señala la leyenda deportivista y capitán del equipo, Fran González. "Para jugar competiciones europeas necesitas experiencia, un margen de aprendizaje. Por muy buen equipo que pudieses tener siempre hace falta saber qué significa jugar en Champions League".

Walter Pandiani fue uno de los protagonistas a nivel ofensivo.  AFP
Walter Pandiani fue uno de los protagonistas a nivel ofensivo. AFP

El Deportivo lograría acceder a los octavos de final en segunda posición con diez puntos, empatado con el PSV que se conformó con la tercera plaza. Aquella fase de grupos sería recordada por el 8-3 que el Mónaco endosó a los gallegos. "Fueron nuestro particular hueso", indica Manuel Pablo. "La derrota contra el Mónaco fue un golpe muy duro. Es un resultado que empaña la confianza del grupo. Fue una tormenta perfecta", recalca Amo.

Una figura clave en ese equipo era, para sorpresa de nadie, Javier Irureta. El técnico de Irún era un hombre campechano que sabía a la perfección el lugar que ocupaba cada uno en el vestuario. "'Javo' dejaba mucho protagonismo a los futbolistas", destaca Pablo Amo sobre uno de sus referentes en los banquillos. "Era una persona muy creyente de lo que se hacía en el día a día. No cambiaba nada, ni hacía nada especial", recapitula Manuel Pablo.

"Nos faltaba un resultado que nos diera ese empujón y la Juventus fue ese partido"

Manuel Pablo

Dentro del bombo de los 16 mejores equipos de Europa, el Deportivo se vería las caras con la Juventus. Una 'Vecchia Signora' liderada por el reciente Balón de Oro, Pavel Nedved, y con estrellas como Gianluigi Buffon o Alessandro Del Piero que habían perdido la final la temporada anterior ante el Milán. "Fuimos con toda la ilusión. No éramos inferiores y conocíamos nuestro potencial", indica 'Fran o do Dépor', como se le conoce por la ciudad.

La eliminatoria caería del lado de los deportivistas con sendos 1-0 en la ida y la vuelta con tantos de Albert Luque y Walter Pandiani. "Habíamos competido bien en años anteriores, pero nos faltaba un gran resultado que nos diera ese empujón necesario para creer en nuestras opciones. Las victorias contra la Juventus fueron ese empujón", confiesa Manuel Pablo, que mantuvo a raya a todo un Balón de Oro como el checo.

Sergio González y Diego Tristán en la previa ante la Juventus.  AFP
Sergio González y Diego Tristán en la previa ante la Juventus. AFP

En los cuartos de final esperaba el coco. Un Milán de Carlo Ancelotti que se había proclamado 'Rey de Europa' la temporada anterior. Más que un equipo, era ver el firmamento. Aquel Milán era una consecución de estrellas con Cafú, Pirlo, Shevchenko... y en San Siro lo demostraron con un 4-1 que dejaba al Deportivo prácticamente sin opciones. "El vestuario estaba roto", confiesa Fran. A pesar de ello, hubo un jugador que alzó la voz. "Mauro Silva entró al vestuario después del partido y encendió esa llama para decir que era posible y que teníamos que intentarlo", recuerda Manuel Pablo. El resto, como se dice, es historia.

Una remontada antológica. Derrocando al actual campeón de Europa con un 4-0 que pervive en la memoria de los deportivistas. Un partido que se ganó antes de saltar al campo. "La llegada a Riazor fue inolvidable con toda la ciudad apoyando al equipo desde el hotel de concentración. No podíamos ver la acera de todas las personas que había para recibirnos. El nivel emocional que alcanzamos a través de la gente nos inculcó", señala Pablo Amo sobre un estadio que llevó en volandas a los suyos.

"Veías a Gattuso enfadado y el 'Flaco' divirtiéndose"

Pablo Amo

La primera parte fue inolvidable. Pandiani, Valerón y Luque colocaron al Dépor por delante en el global y certificaría la clasificación Fran con el 4-0. Riazor era una fiesta y el equipo estaba en un estado único según Manuel Pablo. "Ese partido nos llevó a una dimensión donde no habíamos llegado nunca. Siempre me quedará en la memoria el descanso del partido. Estábamos tan enchufados que nos fuimos todos corriendo al vestuario. Teníamos la adrenalina por las nubes y queríamos seguir en el campo".

Uno de los duelos del partido fue el Gattuso contra Valerón. El canario volvió loco al mediocentro del Milán, que se mostraba desesperado con cada acción de Juan Carlos. "Siempre recordaré el duelo entre Gattuso y Valerón. Mientras veías a Gattuso enfadado, a su lado estaba el 'Flaco' divirtiéndose. Parecía un juvenil", recuerda el central madrileño.

"Fue lamentable que nos acusaran de ir dopados. Hay que saber perder"

Fran González

Un día histórico para el Deportivo y amargo para el cuadro italiano que buscó excusas para defender su derrota. Fue una década después y por parte de un jugador de la elegancia de Andrea Pirlo en su autobiografía. "Los jugadores del Dépor eran como hombres poseídos, galopando hacia un objetivo que sólo ellos podían ver. Nosotros nos quedamos completamente ciegos y abrumados. Por primera y única vez en mi vida, me he preguntado si la gente con la que compartía el campo podía haberse tomado algo".

Una acusación que hirió el orgullo de muchos de los jugadores del cuadro coruñés y que, después de diez años, tiene respuesta por parte del emblema de aquella plantilla, Fran González. "Fue lamentable. Hay que saber perder, hay que saber ganar. Esas excusas están fuera de lugar. Tú pasabas controles antidoping continuamente. Entonces ahí están las pruebas. Su perdición fue que acudieron a Riazor pensando que estaban en semifinales".

Un paso separaba al Deportivo y A Coruña de la final de Gelsenkirchen, pero era un escollo mucho más duro que los anteriores. El Oporto de José Mourinho se había erigido como un cuadro rocoso que había eliminado a Manchester United y Olympique de Lyon. Eran 11 guerreros que dependían de la calidad de Deco para resaltar en ataque y la eliminatoria fue una batalla. "Fue una partida de ajedrez que se decidió por pequeños detalles. Eran fortísimos y sabían a lo que jugaban", destaca Pablo Amo.

"Nuestro mayor problema fue que no fuimos capaces de meterle mano al Oporto"

"El Oporto era un equipo que era el fiel reflejo de Mourinho", destaca el lateral canario del conjunto portugués que, a posteriori, levantaría la 'Orejona'. Un cruce marcado por dos expulsiones. En la ida, la de Jorge Andrade por una acción sobre Deco. En la vuelta, Naybet dejaría al Deportivo con diez jugadores por doble amarilla. Dos acciones discutidas, sobre todo, la del central portugués. "Ni para Deco, que había recibido la entrada, era expulsión. Hubo un punto de ingenuidad por parte del árbitro. No creo que nadie tomara aquella acción como una expulsión", manifiesta Amo, aunque los tres coinciden que el problema fue la desactivación que propició el Oporto sobre su juego.

"Nuestro problema mayor fue que no éramos capaces de meterle mano al Oporto", indica Manuel Pablo. El sueño se había acabado con un tanto de Derlei de penalti en Riazor y el vestuario era similar a un funeral. "Hubo muchísima tristeza porque cuando lo tienes ahí en la mano y te lo quitan es jodido", rememora un Fran que estuvo a un paso de alcanzar una final de Champions League con 'su' Deportivo.

La expulsión de Jorge Andrade fue muy protestada por el deportivismo.  AFP
La expulsión de Jorge Andrade fue muy protestada por el deportivismo. AFP

El 'culpable' fue un José Mourinho que encorsetó a la perfección la calidad del conjunto dirigido por Javier Irureta. Muchos años después de la eliminatoria, el técnico luso le haría una confesión a Pablo Amo que, a pesar de la derrota, enorgullecerá a todo el deportivismo. "Cuando estaba jugando en Sídney, el Chelsea hizo la pretemporada allí y el entrenador era José Mourinho. Justo el redactor de análisis de partidos del Chelsea había coincidido conmigo en el Deportivo y mantuvimos una conversación los tres. Mourinho me confesó que para él nuestro equipo era el mejor grupo que había en Europa en aquella temporada".

Un equipo inolvidable que hizo soñar a toda A Coruña de que lo imposible era posible. Un grupo de jugadores de un talento incalculable que deleitó a toda Europa con su fútbol. Uno de esos equipos que, con el paso del tiempo, no importa si levantaron el trofeo o no porque el Deportivo de la temporada 2003/2004 es inmortal.