La fuerza de la naturaleza (2020), de Michael Polish

Mediocre cinta de acción, inspirada en los huracanes que suelen azotar con violencia a Puerto Rico. La alerta de uno de ellos pone en marcha a una pareja policial, Cardillo y Jess, que deben encargarse de desalojar a los inquilinos de un edificio. Lo que coincide con la llegada a la casa de unos ladrones que han sabido que allí se esconden valiosas obras de arte. Casualmente Griffin, un tipo al que custodiaban por un altercado en un supermercado, y que vive ahí, tiene en un cuarto encerrado a un perro rabioso; ah, y también, qué cosas, uno de los vecinos es un policía jubilata, cuya hija es cirujano. Uy, se nos olvidaba otra cosa, también hay por ahí un nazi, o mejor dicho, hijo de nazi huido, ya se sabe que los nazis se suelen refugiar en Puerto Rico.

Hubo un tiempo en que un director llamado Michael Polish filmó una estimable película, Northfork. Pero 18 años después demuestra más bien haber llegado a la minoría de edad fílmica con una trama delirante, que contiene más agujeros que un queso gruyère, con frases que son verdaderas “perlas” como la de Mel Gibson “te agradecería que te cargaras a un par de esos hijos de puta”. Parece ser que su policía retirado estaba destinado para Bruce Willis, quizá como una especie de John McLane necesitado de diálisis entre otros achaques, pero el calvo actor salió despavorido, y fue Gibson el que no hizo ascos a la cinta.

En el reparto hay un par de intérpretes que han conocido tiempos mejores, Emile Hirsch –ridículo su personaje traumado por provocar indirectamente la muerte de su novia, también poli, con la que se había enrollado estando de servicio– y Kate Bosworth, pero en fin, ninguno se toma demasiado en serio la película, de la que no se salvan ni las escenas de acción. El marco del huracán es lo de menos, la cinta sería igual de mala si todo transcurriera en un tranquilo día soleado.