Crítica de Anatomía de una caída (2023): reseña y opinión

Milo Machado Graner también no pasa desapercibido en su gran actuación, deparándole una gran carrera como actor, pese a su juventud. Es uno de los puntos fuertes de la película, cuando nos adentramos en el punto de vista de él, y como tiene que caminar hasta estar determinado a tomar una decisión sin retorno. En una de las escenas finales que él protagoniza junto a Sandra Hüller, es muy impactante el modo que ha sabido llegar a ese tono tan perturbador que pedía la escena, y que funciona a las mil maravillas entre otras cosas porque él está genial.

Lo más interesante de ella

Lo que más me entusiasma de Anatomía de una caída es como desdibuja el relato entre lo ficcional y lo real que se oculta en él, que se hace igual de notorio en las declaraciones de los demás integrantes de la corte, como puede ser el caso del fiscal en un momento muy puntual de la película. Es una película que incluso podría considerarse que toquetea con esta idea de manera bastante moderna y pocas veces vista en el cine de la manera en que lo vemos aquí. Muy consciente de su tiempo, de la posverdad en la que habitamos y que le da pie a explayarse para introducirlo en el relato sobre el suceso que acontece.

De igual forma, y que se hace muy palpable con el personaje del hijo, está esa idea de necesitar creer algo con tal de sobrevivir y mirar hacia adelante, casi desde un punto pragmático y egoísta. Muy interesante el cómo lo expone en el último tramo, que es cuando la película se aligera y se vuelve menos pesada y aflora su capacidad para aturdirte con lo que explora. Es cuando se desvía de esas líneas cuando la película cae en lo exasperante y lo que hace que no sea una película perfecta ni mucho menos; algo que tampoco debe de ser, pero quizás se debería pedir algo más a una Palma de Oro que lo que nos ofrece Anatomía de una caída.

Conclusión

Anatomía de una caída es una película que parte de unas líneas muy interesantes a la hora de deconstruir el suceso que relata, pero que por momentos acaba perdiéndose en esa bola de nieve que va agrandando, haciendo que acabe por exasperar y ser pesada en los momentos donde redunda en lo menos interesante de ella. No obstante, es una película que merece ser vista y que no te deja indiferente, siendo algo más que digno de ver y quizás de alabar con mesura. Sandra Hüller está increíble, ofreciendo un papel que ya quedará para el recuerdo dentro de su gran carrera interpretativa. En definitiva, una película autoconsciente del tiempo en el que vive y a su vez que fascina a la hora de deconstruirlo desde lo metaficcional.