Cuatro mujeres, siete días y una misión: conquistar en bici los Pirineos

Ciclismo

Cuatro mujeres, siete días y una misión: conquistar en bici los Pirineos

La presencia femenina en las pruebas cicloturistas de resistencia sigue siendo anecdótica. A pesar de ello, las integrantes del equipo RACC HolaBici tratarán de completar la Transpirenaica este junio para visibilizar que ellas también pueden con todo.

Nemesí y Cristina en un momento del stage.

Nemesí y Cristina en un momento del stage. / Pau Costa

Begoña González

Begoña González

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cuatro mujeres, siete días y una misión: cruzar los Pirineos de costa a costa. Un reto diario de entre 120 y 150 kilómetros con una media de casi 3.000 metros de desnivel. Una salvajada con la que muchos ciclistas ni siquiera se atreven a soñar y que Meritxell, Aida, Nemesí y Cristina piensan conquistar este mes de junio. La presencia femenina en este tipo de pruebas sigue siendo muy limitada, pero lejos de intimidarlas, formar parte de esa minoría las impulsa a pedalear más fuerte. 

Enfermeras, administrativas, ingenieras… Ninguna es ciclista profesional, todavía cuesta ganarse la vida de la bicicleta, pero junto a Sheila, Miriam y Maria, forman el equipo RACC HolaBici que se ha convertido ya, tras tres años en marcha, en uno de los referentes del ciclismo amateur femenino. Son pioneras, porque todavía hay pocos, pero la familia que forman y la manera en la que se complementan unas a otras les basta para sacar adelante los retos que se proponen cuando las fuerzas flaquean. 

Visibilización de la mujer

Aunque en los últimos tres años ha aumentado significativamente el número de féminas que se inscriben en este tipo de pruebas cicloturistas de resistencia, todavía queda un largo camino por recorrer. “Nos hemos dado cuenta de que mientras que a los hombres les motiva que les digamos que es una prueba durísima y épica, a las mujeres no. No se sienten cómodas con esta idea porque no tienen referentes en quienes verse reflejadas. El 90% de los inscritos son hombres”, afirma Oriol Sallent, desde la organización de la Transpyr Coast to Coast. 

Aida y Xell durante el stage de preparación en la Vall de Boí.

Aida y Xell durante el stage de preparación en la Vall de Boí. / Pau Costa

Es precisamente esta voluntad de visibilización la que dio vida a esta iniciativa. “No buscábamos crear un equipo competitivo profesional, sino dar voz a las mujeres que quisieran demostrar que en el ciclismo también hay espacio para quienes quieran romper barreras”, afirma el Team Manager del equipo, David Felipe. Y es que, a día de hoy, es todavía una disciplina muy masculinizada en la que las mujeres luchan por hacerse un hueco. Sin ir más lejos, 2024 será el primer año en el que haya una Volta a Catalunya femenina y queda todavía mucho trabajo por hacer. 

Deporte mental

“Uno de los miedos que tenía al principio y por el que evitaba salir con chicos era porque sufría porque me tendrían que esperar. Encontrar otras chicas con quien salir me dio la confianza de hacerlo sin tener que demostrar nada a nadie y poder decir ‘eh, que yo también puedo’. Pero eso, sin referentes, es complicado”, explica Aida. Precisamente así se unió Cristina al equipo. Es la que tiene menos experiencia, lleva poco más de dos años rodando, pero recuerda la primera vez que vio al equipo. “Subían puertos de montaña y yo pensaba ‘wow, qué inspiración’, y fíjate, gracias a eso hoy estoy aquí”, recuerda la menorquina.

“En la bici hay momentos muy duros, es muy mental. Pasas por muchos estados de ánimo en cuestión de minutos y es crucial el apoyo que nos damos unas a otras”, explica Sheila. “Todas hemos pensado alguna vez en mandarlo todo a tomar viento y vender la bici en Wallapop”, bromea Xell secundada por las demás. Erróneamente existe la percepción de que el ciclismo es un deporte individual, pero en realidad, la ‘grupeta’ lo es todo. “Me hubiera gustado cuando empecé a ir en bici que hubiera habido un equipo así en el que poderme ver reflejada, porque mis primeras salidas eran con chicos, lo pasaba fatal y me sentía un poco el bicho raro”, recuerda Xell. 

Un avituallamiento durante el stage en la Vall de Boí.

Un avituallamiento durante el stage en la Vall de Boí. / Pau Costa

Su mayor reto hasta la fecha

A pesar de no ser un equipo profesional, se preparan con mucha dedicación para su mayor reto de la temporada. Este mes de abril, se concentraron cuatro días en la Vall de Boí para entrenar. Su objetivo este año es terminar la Transpyr Coast to Coast. 

“Serán siete días de vivir por y para la bici. Dará igual si llueve, hace frío, te has quemado o te roza el maillot. Va a ser intenso pero mágico”, afirma convencida Nemesí. Es la más veterana, lleva más de 12 años sobre ruedas y echando la vista atrás, asegura que el panorama ha mejorado mucho desde aquellos días en los que salía sola por las carreteras francesas de donde vivía y jamás se cruzaba con otra mujer. “Se me pone la piel de gallina cada vez que una niña me ve pasar en bici y me saluda con ilusión en los ojos, porque siento que de algún modo, le estoy enseñando que si ella quiere, también puede”, reflexiona. 

“Para mí, es imprescindible romper el estigma de que las mujeres en bici salen de ‘postureo’ con una bici con cestita a pasear. Somos igual de capaces y competitivas que los hombres”, asegura. “Cuando dos chicos dan rueda a dos chicas, se da por hecho que es porque ellas no podrían ir delante. Si ocurre al revés, lo más probable es que crean que a ellos les ha pasado algo. No se concibe todavía que las mujeres puedan ser líderes”, remarca en la misma línea Aida. 

Aida y Nemesí lideran la grupeta durante el stage en la Vall de Boí.

Aida y Nemesí lideran la grupeta durante el stage en la Vall de Boí. / Pau Costa