Considerado como uno de los entrenadores m�s notables de las �ltimas d�cadas, Fabio Capello (76) est� feliz de celebrar los 60 a�os de su debut en la Sociedad Polideportiva Ars et Labor de Italia. Cuando su padre, tambi�n entrenador, pero de un equipo local desconocido, se dio cuenta de los intereses deportivos de su hijo, le puso en vereda. Si quer�a jugar al f�tbol no pod�a descuidar sus estudios.
Sus inicios como jugador los compagin� con los estudios de Geometr�a y de no haber cumplido su sue�o habr�a podido dise�ar edificios de hasta tres plantas de altura. Nunca lleg� a usar los planos. Milit� en la Roma (1967-1969), la Juventus (1969-1976) y el Milan (1976-1978), donde colg� las botas para iniciar una nueva etapa como entrenador. Desde mediados de los 80 ha capitaneado el AC Milan, el Real Madrid, la Juventus y las selecciones de Inglaterra y Rusia, entre otras.
Su nivel de exigencia ha sido tan alto que le conoc�an como el Sargento. Nunca se ha vanagloriado de los numerosos trofeos conocidos y cualquiera que entre en su casa se asombrar� porque no hay rastros de ellos. En las paredes cuelgan obras de arte contempor�neo y abstracto, una de sus grandes pasiones junto al jam�n serrano y los toros. En cierta ocasi�n, su hijo Pier Filippo destac� que "no le gustan las celebraciones, no participa en ellas. Para �l, ganar solo es una parte del trabajo".
Desde hace 48 a�os comparte su vida con Laura Ghisi, con la que ha tenido dos varones, Edoardo y Pier Filippo, que estudiaron derecho y econ�micas. Como siempre ha sido un hombre que ha ido de frente, a sus v�stagos les dijo sin anestesia que no ten�an talento para el f�tbol y que se dedicaran a estudiar.
El secreto para mantener una relaci�n tan estable al vivir en diferentes pa�ses la desvel� el propio Capello al diario Marca: "En mi casa nunca se habla de f�tbol. Creo que mi mujer entiende, pero nunca discutimos sobre ello. Si quiere saber algo puede leer el peri�dico" y tambi�n coment� que "supongo que una de las claves del �xito es dejar los problemas en la puerta".
Tiene unos gustos exquisitos. Sus buenos amigos, Giorgio Armani y Gianfranco Ferr�, sol�an hacerle los trajes a medida, pero admite que no es un gran seguidor de tendencias. Le gusta ir bien peinado, afeitado, duchado y si puede evitarlo, usa prendas para las que no necesita corbatas. Hace unos a�os, Capello manifest� a EL MUNDO que "no me gustan las camisas blancas, prefiero las azules. Y no soporto los calcetines cortos. Cuando un hombre cruza las piernas y ense�a el borde de los calcetines y los pelos, me duelen los ojos. Es como las mujeres que llevan medias por la rodilla... Eso me parece antilujuria".
Mientras vivi� en Espa�a qued� alucinado por la belleza de la Alhambra de Granada, el Alc�zar de Segovia y el arte del Museo del Prado. Ha viajado por un sinf�n de pa�ses y le encantan las civilizaciones antiguas. Pero por encima de todo sus pasiones son sus nietos.
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