Expediente Warren: La historia real del caso Obligado por el demonio

‘Expediente Warren’: La verdadera historia del caso ‘Obligado por el demonio’

La tercera parte de la saga se centra en el caso de Arne Cheyenne Johnson, un joven que asesinó a su casero y basó su defensa en asegurar que estaba poseído cuando lo mató

Ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga) durante el exorcismo de David Glatzel (Julian Hilliard) | Warner Bros. Pictures

Al contrario que la mayoría de películas o series de terror, inspiradas en leyendas o, directamente, salidas de la imaginación de sus creadores, la saga que se inició el cineasta James Wan en 2013 con Expediente Warren se caracteriza por estar presuntamente basada en hechos reales: los casos a los que se enfrentaron los demonólogos Ed y Lorraine Warren.

La primera entrega de la franquicia tomaba como base los sucesos acaecidos en la casa encantada de Harrisville, mientras que su secuela narraba lo ocurrido en la popular localidad de Amityville y con el caso Enfield. La saga ha dado lugar a otras películas derivadas de la trama principal en las que los Warren no aparecen (con la excepción de Anabelle vuelve a casa).

En la última entrega de Expediente Warren, que se estrena ahora en cines, el matrimonio se enfrenta al caso de Arne Cheyenne Johnson (Ruairi O’Connor), un joven que encara la pena de muerte tras haber asesinado a su casero, Alan Bono. Durante el juicio, Johnson alegaría que el diablo le obligó a matar a Bono. El caso es conocido popularmente en Estados Unidos con el sobrenombre con el que Warner Bros. ha titulado a esta tercera entrega: The Devil Made Me Do It  (traducido en España como Obligado por el demonio).

El audio original de un exorcismo puede escucharse durante los títulos de crédito, siendo la única prueba “real” que el espectador podrá encontrar en una película sobre posesiones demoníacas que se vende como una historia basada en hechos reales. Estos son los hechos probados sobre el caso de Arne Johnson, en el que supuestamente se basa Expediente Warren: Obligado por el demonio.

Los únicos testigos de la “posesión” eran familiares de Arne Johnson

Antes de que Johnson, de 19 años, asesinase a su casero, este se mudó momentáneamente a la casa familiar de su prometida Debbie (Sarah Catherine Hook). Su madre, Judy Glatzel relató a la prensa que David, su hijo de 11 años, había visto a “un hombre de grandes ojos negros, rostro delgado con rasgos animales y dientes afilados, orejas puntiagudas, cuernos y pezuñas”. Asustadas, Debbie y Judie pidieron a Arne Johnson que se quedara en casa durante un tiempo.

Las visiones del pequeño no cesaron, así que los Glaztel llamaron a los investigadores de sucesos paranormales, Ed y Lorraine Warren (interpretados por Patrick Wilson y Vera Farmiga) para que exorcizaran a David. Según relató entonces The Washington Post en una extensa crónica, Arne se habría burlado del demonio pidiéndole que dejase a David y le poseyera a él.

Expediente Warren obligado por el demonio
El padre Gordon (Steve Coulter) llega a la casa de los Glatzel para hacer un exorcismo | Warner Bros. Pictures

Llegado el momento, al ser incapaces de continuar con la situación de las visiones de David, Debbie y Arne se mudaron juntos. Debbie había comenzado a trabajar en la perrera de Brookfield, regentada por Alan Bono, la futura víctima de Arne Johnson, quien además les alquilaba la casa contigua.

La tarde del 16 de febrero de 1981, Bono convenció a la pareja, a las hermanas pequeñas de Arne y a una prima de Debbie para pasar la tarde juntos. En la perrera, el casero, borracho, pidió a Johnson que le arreglase un equipo de música. Una vez arreglado, Bono comenzó a poner música a un volumen demasiado alto y la situación comenzó a volverse incómoda.

En un momento dado, Debbie hizo ademán de marcharse con el resto, pero, según relató Wanda, una de las hermanas de Arne a The Washington Post, el casero se lo impidió, agarrando a la otra hermana. De acuerdo con Wanda Johnson, su hermano, que iba de camino al coche, se dio la vuelta, y se dirigió hacia Bono gruñendo como un animal, asestándole “cuatro o cinco” puñaladas hasta que cayó al suelo de bruces.

El juez desestimó el alegato de posesión

La policía de Brookfield (Connecticut) encontró a Arne Johnson a tres kilómetros de la perrera. Al día siguiente del asesinato, Lorraine Warren dijo a la policía que Johnson estaba poseído en el momento de cometer el crimen. “Tratamos de advertir a Arne, pero no nos escuchó” explicó la demonóloga a The Washington Post, relatando cómo este pidió al demonio que abandonase el cuerpo del pequeño David.

La novia de Arne, Debbie dijo haber visto a Johnson comportarse de manera extraña desde entonces, incluyendo un momento en el que escuchó cómo dos voces diferentes salían de su cuerpo al mismo tiempo. Sin embargo, la policía lo consideró un homicidio corriente resultado de una discusión.

Expediente Warren obligado por el demonio
Ed Warren (Patrick Wilson) luchando contra el demonio en una secuncia de Expediente Warren | Warner Bros. Pictures

Los guionistas de Expediente Warren: Obligado por el demonio han construido la historia de la película a través de este caso real, y de la polémica surgida a raíz del intento de la defensa de alegar que Johnson estaba poseído en el momento del crimen para evitar la cárcel. El juez rechazó dicha alegación y Johnson fue declarado culpable de homicidio involuntario, pasando cinco años en prisión. Debbie Glatzel, que siempre creyó en él, se casó con Arne mientras se encontraba en prisión.

A excepción de estos hechos, nada de lo que cuenta la película es real. Los Warren no iniciaron una investigación que culminase con el descubrimiento de una maldición pesando sobre los Glatzel y que sería la que provocó la posesión demoníaca. Tampoco se reportaron más episodios de posesión en la vida de Johnson, mucho menos durante su estancia en prisión.

Cuando salió de la cárcel, los Warren dijeron a Associated Press que Arne no mostraba signos de posesión. “La posesión no dura las 24 horas del día. Llega rápido y se va velozmente. Arne comprende lo que le pasó, y ahora sabe cómo evitarlo y no será tan estúpido como para enfrentarse al diablo de nuevo”, declaró Ed Warren.

Debbie Glatzel participó en la promoción de la película antes de fallecer, asegurando que su hermano y, posteriormente, su novio fueron poseídos a comienzos de los 80, de la manera que se narran en el film. Carl, el hermano mediano de Debbie y David Glatzel, por su parte, asegura que el pequeño de la familia nunca fue poseído, sino que sufría una enfermedad mental de la que ya se ha recuperado. En 2006 demandó a los Warren, acusándoles de explotar la enfermedad de su hermano por intereses económicos. El matrimonio publicaría un libro sobre el caso.

Expediente Warren obligado por el demonio
Arne Cheyenne Johnson (Ruairi O’Connor) poseido en prisión, durante una trama creada para Expediente Warren | Warner Bros. Pictures

El autor de los libros sobre los Warren los acusó de fraude para ganar una demanda contra Warner

La demanda de Carl Glatzel no fue la primera vez que el matrimonio Warren era acusado de fraude. La pareja había montado en 1952 la Sociedad para la Investigación Psíquica de Nueva Inglaterra, a través de la cual eran contratados para investigar sucesos paranormales.

El caso más famoso del matrimonio, el de Amityville, inspiró multitud de libros, películas o programas de televisión, pero sería declarado “ficción” por el Juzgado del Distrito de Brooklyn, por evidencias de que la familia Lutz se inventó la historia en colaboración con el abogado defensor de Ronald De Feo Jr., el asesino que vivió en la casa antes que ellos y que había masacrado a su propia familia. El propio abogado admitiría que todo era mentira y que colaboró con los Lutz para tratar de reducir la condena de su representado.

Gerald Brittle, autor de los libros que cuentan las hazañas de los Warren, The Demonologist y The Devil in Connecticut llegó a afirmar que los hechos descritos en sus propios libros eran ficción con tal de ganar una demanda: Brittle había demandado 900 millones de dólares a Warner Bros. por una infracción de derechos de autor. El estudio había llegado a un acuerdo económico con Lorraine Warren para llevar la vida de la pareja al cine, pero el escritor defendía ser el único que cuenta con los derechos sobre las historias del matrimonio Warren.

Warner Bros. se amparó en que sus películas no se basan en los libros escritos por Brittle, sino “en hechos reales”, pero el escritor demandó que la saga no se sustenta en la realidad, ya que no hay hechos probados de posesiones demoníacas en los Estados Unidos. Ambas partes llegaron a un acuerdo para evitar el juicio, pero con su defensa, Britte había desmontado lo relatado en sus propios libros. El autor justificaba haber creído en los Warren en su momento, pero ahora cree que los Warren mintieron sobre lo que sucedió en sus historias y que, por tanto, sus libros (y las películas) no relatan hechos reales.

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