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La entrevista final

Eva Isanta: "Yo s� que he tenido que hacer cobras"

Actualizado
Foto: ANDR�S RODR�GUEZ
Foto: ANDR�S RODR�GUEZ

Es una de las actrices m�s populares por su papel de La Cuqui en La que se avecina. Ahora representa en el teatro Trigo Sucio, donde da vida a Sondra, la secretaria de un productor de cine que acosa a actrices. �Les suena?

La obra 'Trigo Sucio' sube a escena el esc�ndalo de Harvey Weinstein.
En realidad, esto es algo que deducimos. Pero el autor, David Mamet, dice que no. �l lo que quiere es elevar un personaje as� a la categor�a de universal. Pero las similitudes son innegables.
Tu personaje es una secretaria c�mplice.
S�, Sondra es la c�mplice absoluta, la mano derecha y la que ejecuta todas las acciones que salen de la cabeza perversa de Barney Fein, el productor.
�Hay muchas mujeres c�mplices?
S�. Las mujeres estamos m�s concienciadas con lo que tiene que ver con el abuso de poder y el sexual. Mientras que hist�ricamente y educacionalmente se ha consentido mucho la figura del hombre que abusa de su testosterona. Pero dentro de las capacidades de la mujer tambi�n est� elegir. Ponerte del lado del poder y de la ambici�n profesional, tambi�n es una opci�n. Por supuesto, que hay mujeres as�.
�Perdiste oportunidades laborales por decir no a los Weinsteins de turno?
No, nunca me he visto en una situaci�n tan comprometida. Lo que s� he vivido han sido abusos de poder donde se me ha amenazado con "Nunca llegar�s a... si no haces esto" o "si no sigues este juego, no conseguir�s ser nadie". Nunca me he visto en una situaci�n tan extrema como estar la de estar encerrada en un despacho con un acoso sexual directo.
La actriz Natalia Mill�n confes� que ten�a normalizado c�mo torear a este tipo de hombres para no se enfadaran.
S�, eso s�. No s�lo lo he vivido en esta profesi�n, sino tambi�n en otros �mbitos. Yo s� he tenido que hacer cobras, en el sentido de bandear. Seducir nos gusta a todos y es un juego muy l�cito. Que alguien comprometa lo personal, mezcl�ndolo con lo profesional, es un abuso y es cruzar una frontera que nadie se merece. Cuando es algo mutuo, eso se nota. Es una situaci�n de poder que utilizan algunos hombres, pero es una especie en peligro de extinci�n. Las nuevas generaciones tienen otra mentalidad. Hay un avance social, aunque tambi�n un retroceso. Ya llevamos siete mujeres asesinadas por la violencia machista. Yo soy madre de ni�o y est� educado de otra manera. Ha mamado que sus compa�eras son iguales.
Tambi�n hay voces que denuncian que el '#Metoo' se ha cargado la presunci�n de inocencia.
No lo creo. El Metoo pone un altavoz a un suceso que estaba condicionando muchos comportamientos y vivencias femeninas con respecto a determinados hombres que abusaban de su posici�n de poder, comprometiendo su ilusi�n y su ascenso profesional e incluso su pan. �Cu�ntas mujeres, que no son actrices de Hollywood, sufren en esta situaci�n por un jefe y tienen que callarse para no quedarse sin trabajo y poder dar de comer a sus hijos?
�Hasta d�nde est�s de 'La Cuqui', tu personaje en 'La que se avecina'?
Estoy encantada con La Cuqui. Ya la echo de menos. Es un personaje que yo he creado con los guionistas y los directores de la serie y me lo sigo pasando muy bien. Cada temporada, hay una vuelta de tuerca y me suceden muchas cosas. Es un personaje que no tiene fin. �Qu� m�s le puede pasar a esta mujer?
�Qu� tiene la serie para que sea tan adictiva?
Lo fundamental es el guion y un buen casting que acompa�a. La serie tiene un ritmo muy trepidante. Suceden muchas cosas con muchas tramas y personajes diferentes. Las secuencias son muy cortas porque estamos en un mundo en el que los j�venes consumen redes donde todo tiene que ser corto y con mucho ritmo. Todos esos ingredientes hacen que la serie sea tan especial.
'La que se avecina' sigue teniendo un humor �cido, pese a estos tiempos de correcci�n pol�tica.
Estamos en un momento en el que hemos retrocedido mucho en cuanto a la libertad de expresi�n. Todo se pone en tela de juicio y estamos muy susceptibles. El humor es salud y terapia. La serie se mantiene fiel a ese humor iconoclasta que rompe con todo y que da cera a todo el mundo. No se casa con nadie.
�Soportar�as a un Amador como marido en la vida real?
No.
Ni cinco minutos, �no?
No. La figura de Amador es entra�able como personaje, pero acabar�a con mi paciencia. Es como una r�mora, una sanguijuela simp�tica. Te chupa la sangre.
�Qui�n es m�s sexy en la cama: Ernesto Sevilla o Pablo Chiapella?
Con Ernesto tuve un trato carnal muy limitado. No sabr�a a qui�n elegir. �Como hacen de hermanos! Si habla Maite, yo creo que Amador fue el hombre de su vida. Es la neverending story. Esto no se acaba nunca.
�Qu� es lo m�s delirante que has hecho en la serie?
Tuvimos que hacer una escena de cama y hab�a muchos rebotes. Pablo Chiapella es muy en�rgico y muy pasional. Lo grabamos todo a muerte. La cama no paraba de moverse y cuatro t�cnicos ten�an que sujetarla.
�Y en la vida real?
Me gusta mucho el buceo y lo hago con mi hijo. La experiencia m�s heavy que he tenido �ltimamente ha sido tirarme en paraca�das.
�Ah s�?
No sabes lo que mola. Fue maravilloso. Casi me muero de miedo, pero lo volver�a a hacer.
�Espa�a es un gran patio de vecinos?
Por supuesto. Espa�a es una gran corrala.
Jodorowsky afirma que el odio es el mejor de los maestros.
Me interesa mucho todo su teatro m�gico. Puede que tenga raz�n, pero me atrever�a a decir que el amor es el mejor de los maestros. Hay mucha gente que del odio no sale, no se recupera. Con el amor es m�s f�cil aprender.
Vivimos tiempos en los que se vapulea a una voluntaria de Cruz Roja por abrazar a un inmigrante.
Inconcebible. Tenemos que estar muy alerta. No nos podemos permitir m�s deshumanizaci�n. Yo soy de Ceuta y he vivido la realidad con mi familia y mis amigos d�a a d�a. Son dos seres humanos. Una mujer que profesionalmente muestra lo mejor que tiene y una persona que llega desesperada. �C�mo se puede criminalizar eso? No me cabe en la cabeza. Muchas veces creemos que el fin justifica los medios. Por conseguir una manipulaci�n ideol�gica somos capaces de arrancarnos el coraz�n y tirarlo a la basura.
�D�nde est�n los h�roes de la actualidad?
Est�n m�s en la intrahistoria, que en la historia, como dec�a Unamuno. En la cotidianidad, en el d�a a d�a. Como esta chica o los voluntarios que ayudan a los m�s desfavorecidos o los que intentan ser consecuentes a diario.
�A qu� eres adicta?
Al arte. Me explico porque queda muy grandilocuente. Soy muy terrenal, pero tengo una parte muy Geminis. Me gusta lo que me eleva por encima de la realidad: el teatro, la poes�a, el arte, la danza, el cine...
Est� bien reivindicarlo en estos momentos en los que la cultura est� tan arrinconada.
Pero, qu� curioso, que en la pandemia hemos consumido mucha cultura. Esa confusi�n que hay entre la cultura y el entretenimiento. Pensamos que la cultura es un rollo y el entretenimiento mola. La cultura tambi�n es entretenimiento. Soy adicta a nutrirme. A que otros me cuenten y me descubran la realidad de otra manera por encima de lo meramente tangible.
�La fidelidad est� sobrevalorada?
Puede ser. Lo que nunca est� sobrevalorado para m� es la honestidad y la lealtad. Una cosa es lo convencional de c�mo se nos ha educado con respecto a unos valores religiosos y morales y otra cosa es el acto que t� tengas con tu pareja. Es muy personal. Cada uno lo puede jugar como quiera.
Dice Javier Sard� que los padres te ense�an a mirar la vida. �Qu� te ense�aron los tuyos?
Mis padres me ense�aron a valorar mucho las peque�as cosas y a ser honesta. Son muy buenas personas. Vivo de mi profesi�n y me encanta cada d�a m�s. Yo no ten�a ni apellido ni familia ni contactos y ahora vengo todos los d�as a trabajar al Teatro Reina Victoria. Y me dec�a mi padre: "�Hija y sin prostituirte!". Era su gran miedo y me dec�an que iba a tener que pasar por esto y aquello. Y yo le contestaba: "Bueno, pap�, es que a ser honesta me has ense�ado t� y mam�".

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