Los tres experimentos más macabros de la historia de la psicología

Los tres experimentos más macabros de la historia de la psicología

¿Dónde se establecen los límites de la ciencia?

Proyecto Aversión

Proyecto Aversión / SPORT.es

La línea roja ética de los experimentos científicos a veces no está tan delimitada como debería. Y es que la época en la que se está realizando el experimento influye en la ética, pero también el grado de profesionalidad, ambición, soberbia y enajenación de cada científico.

La ambición en un científico es una cualidad que, si se lleva a los extremos, puede ser perjudicial, ya que se puede poner en riesgo la salud mental y física de los individuos que participan en los experimentos, llegando incluso a asesinarlos.

El proyecto aversión: 'curar' la homosexualidad (1971-1989)

Aubrey Levin, psiquiatra canadiense, propuso en Sudáfrica en el año 1969, 'curar' a todos los soldados homosexuales de las Fuerzas de Defensa de Sudáfrica que pudiera. Los métodos elegidos fueron la terapia de aversión, la castración química o la terapia de electroshock.

La terapia de aversión es aquella en la que se somete al 'paciente' a un estímulo al mismo tiempo que se le provoca una sensación desagradable. De esta manera, el cerebro asocia ambas sensaciones y deja de encontrar un estímulo placentero.

Con unos cables adheridos al brazo izquierdo, a los pacientes se les presentaba una foto de un hombre y se les incitaba a que fantaseasen sexualmente con la imagen. Si el soldado mostraba algún tipo de excitación, se le electrocutaba. La intensidad iba subiendo si la excitación persistía. Después se les enseñaba una foto de una mujer para que, una vez más, fantaseasen.

El resultado de los experimentos fue todo un fracaso. Los hombres que no conseguían “superar” su homosexualidad eran forzados a someterse a un cambio de sexo. Alrededor de 900 hombres jóvenes fueron sometidos a operaciones chapuceras e incompletas de cambio de sexo en hospitales militares. Muchos murieron. Aubrey Levin tuvo que emigrar a Canadá para evitar cargos por violar los derechos humanos. Hoy en día está en libertad tras haber pasado un pequeño período de tiempo en la cárcel.

Experimentos psicológicos

Experimentos psicológicos / SPORT.es

Freud, Fliess y Emma Eckstein (1895)

Este experimento es uno de los más misteriosos de la historia de la psicología. ¿Qué hicieron Sigmund Freud y su amigo Wilhelm Fliess con Emma Eckstein? Pues exactamente enseñarnos el ejemplo de lo que no hay que hacer nunca.

Emma padecía una dolencia estomacal crónica, depresión moderada y abundantes hemorragias menstruales, por lo que acudió a la consulta del doctor Freud. En la mente del padre del psicoanálisis estos síntomas solo podían ser la manifestación de una histeria provocada por una masturbación excesiva.

Tanto él como su colega Wilhelm Fliess habían especulado en sus cartas sobre las complejas conexiones entre la nariz y los órganos sexuales, por lo que Fliess recomienda extirpar el cornete nasal izquierdo. Emma empeora sistemáticamente tras la operación.

Emma quedó permanentemente desfigurada después de este episodio y las hemorragias nasales se convirtieron en un problema crónico. No obstante, el diagnóstico de Freud se mantuvo firme: 'Los deseos sexuales reprimidos que antes de la operación habían provocado la dismenorrea eran también responsables de las nuevas hemorragias nasales'.

Diez años después Emma volvió a sufrir de dolores abdominales. Esta vez Emma se negó a retomar el psicoanálisis, como le propuso Freud, y se puso en manos de médicos más competentes que pocos años después le extirparon un mioma benigno en el útero. Quién sabe cuánto tiempo llevaba el tumor allí.

Freud, Flies y Emma Eckstein

Freud, Flies y Emma Eckstein / SPORT.es

El proyecto Artichoke: hipnosis y morfina para el control mental (1953)

El 13 de abril de 1953, el entonces director de la CIA, Allen Dulles, lanzó el programa psicodélico de control mental con el nombre en código MKUltra que tenía como fin manipular los estados mentales y las funciones cerebrales de una persona mediante la inyección encubierta de altas dosis de sustancias psicoactivas y otras sustancias químicas.

Según un documento desclasificado de la CIA, una misión importante del proyecto era determinar si la agencia podía capturar a una persona por control remoto en el lapso de una o dos horas y ordenarle que estrellara un avión o un tren, entre otras cosas.

Para llevar a cabo este proyecto se usó la hipnosis forzada por la adición a la morfina y el síndrome de privación, además de otros químicos para producir amnesia y estados vulnerables. Aunque el programa se cerró en 1964, existe evidencia contundente de que las agencias de inteligencia continuaron con el proyecto en sus dominios.