ENTREVISTA DE PORTADA

Emily Ratajkowski: “Pensé que lo máximo que podría hacer con mi vida era ser un objeto sexual y me dije: ‘Dios mío, soy tan infeliz’. Entonces empecé a escribir”

Convertida en escritora, ‘podcaster’, sujeto político y madre, Emily Ratajkowski ha entrado en la treintena sabiendo cuáles son sus fuentes predilectas de satisfacción personal. En este editorial, la modelo viaja hasta el pintoresco pueblo de Chinchón, en el sureste madrileño, para encarnar una celebración de la sensualidad mediterránea, un oasis de piel y tradición que evoca el poder catártico del estío
Emily Ratajkowski portada del número de mayo de 2023 de Vogue España
‘Top’ y ‘shorts’ de canalé, ambos de MAX MARA; pendientes y brazaletes de metal y madera, todo de SAINT LAURENT POR ANTHONY VACCARELLO; lazo de pana de PARDO HATS; anillo B.zero1 Rock de una banda de oro con diamantes, anillo B.zero1 de tres bandas de oro con diamantes, anillo B.zero1 Rock de cuatro bandas de oro con diamantes, todos de BVLGARI.Fotografía Brett Lloyd. Estilismo Laëtitia Gimenez. 

Esta entrevista es parte del número de mayo de 2023 de ‘Vogue’ España.

Cuando una celebridad internacional se presenta a su cita con una cabecera de moda desprovista de excentricidades, haciendo gala de un talante conciliador, una disposición estupenda y muchas ganas de acometer una extenuante jornada de trabajo, lo habitual es que la emoción se abra paso entre el equipo. Un creciente optimismo se contagia entonces entre los allí presentes, que van de unos a otros comentando encantados la buena nueva: “¿La habéis saludado ya? ¡Es majísima!”. Y esto es exactamente lo que aconteció cuando Emily Ratajkowski (Londres, 1991) apareció –vuelo nocturno desde Nueva York mediante– en el Parador de Chinchón en la mañana del Lunes Santo. Todo, desde el evocador entorno escogido para la sesión de fotos hasta el más radiante sol primaveral, hacía presagiar un día redondo. Todo, menos la acuciante afonía de Ratajkowski, que apenas podía articular palabra. Lejos de excusarse en ello, la modelo mantuvo, entre susurros y sorbos a un té con limón y miel, una profunda charla con Vogue España en la que no rehuyó ni una sola pregunta. Cuando la solidez discursiva está en la base, el más tenue hilo de voz basta.

Lo cierto es que el momento para la entrevista no podía ser más oportuno. Se acaban de cumplir diez años desde aquel 26 de marzo de 2013 en que saliera a la luz el videoclip de Blurred Lines. En él, tres modelos –una de ellas Ratajkowski– acompañaban bailando semidesnudas a los tres artistas que firmaban la colaboración, Robin Thicke, PharrellT.I. La canción se convirtió en un hitazo global y el vídeo fue objeto de duros ataques por quienes criticaban la supuesta cosificación de las mujeres que en él aparecían. Para entonces, EmRata –abreviatura que usa en Instagram– ya llevaba desde los 14 años ejerciendo como modelo en catálogos de marcas como Kohl’s o Nordstrom, pero fue este hito el que la propulsó a la fama internacional de la noche a la mañana a los 21. Luego, las portadas de revistas; el salto a las pasarelas y las campañas publicitarias de firmas de moda (entre las más recientes, Miu Miu, Loewe o Versace); y un puñado de incursiones en la gran pantalla –se puso a las órdenes de David Fincher en Perdida (2014)–.

En portada, Emily Ratajkowski lleva vestido, sujetador, pañuelo y guantes, todo de DOLCE & GABBANA. Fotografía Brett Lloyd. Estilismo Laëtitia Gimenez. 

En la primavera de 2023, la carrera de Ratajkowski se encuentra en un punto totalmente distinto. Sigue ejerciendo como maniquí al más alto nivel y cultivando una influencia arrolladora en redes sociales, pero la amplitud del rango de sus actividades profesionales la ha visto convertida en una autora superventas gracias al ensayo autobiográfico Mi cuerpo (2021). La escritura se ha erigido como una de sus grandes vías de expresión, pero no es la única. Su visión política se manifiesta también en el pódcast que conduce desde el pasado octubre, High Low!, en el que charla con otras celebridades y aborda temas de su interés que van del feminismo a TikTok. Sin olvidar la cuestión de la maternidad, un eje central en su vida desde el nacimiento hace dos años de su hijo, Sylvester Apollo, fruto de la relación que mantuvo con su exmarido, el actor Sebastian Bear-McClard. Sobre todo ello –y sí, también sobre el vídeo filtrado en el que aparece besándose junto a Harry Styles– nos habla tan susurrante como contundente.

¿Ha supuesto la efeméride de Blurred Lines una oportunidad para reflexionar sobre esta década de máxima exposición mediática?

Vi en Twitter que era el aniversario. De alguna manera ya sabía que venía, así que supongo que había estado haciendo un balance previo. Pero no fue un día importante para mí en ningún caso.

¿Te sientes en paz con el episodio de la grabación después de haber contado en Mi cuerpo que sufriste un tocamiento no consentido en el set de rodaje por parte del propio Thicke?

El ensayo me ha brindado un cierre emocional rotundo a esa época de mi vida en general y aún más en relación con el vídeo. Hay gente que aún tiene ideas equivocadas al respecto, pero he capturado los matices de mi experiencia a través de mi escritura y está publicado para quien esté interesado en tratar de entenderlo.

Emily con abrigo de ‘mohair’, chaleco de cachemir, ‘short’ de piel, y bolso de napa, todo de PRADA; pendientes de oro  y anillo de oro, ambos de PRADA FINE JEWELRY. Chris luce camisa de satén de seda de SAINT LAURENT POR ANTHONY VACCARELLO.Fotografía Brett Lloyd. Estilismo Laëtitia Gimenez.
‘Tops’, ‘shorts’ y minifalda, todo de MIU MIU; pendientes Juste un Clou de oro rosa y anillo Écrou de Cartier de oro amarillo, ambos de CARTIER.Fotografía Brett Lloyd. Estilismo Laëtitia Gimenez.

Has insistido en la necesidad de hacerse preguntas más por desarrollar una búsqueda personal y una mirada crítica que por obtener respuestas categóricas. ¿De dónde viene esa pulsión por indagar en los espacios más grises de la experiencia?

Tenemos una tendencia a la etiquetación maniquea, pero una gran parte de mi andadura vital como mujer ha sido realmente complicada y plagada de sutilezas, tanto a nivel personal como profesional. Quiero relatar eso de una forma en la que creo que ahora mismo la cultura no está interesada. Actualmente se trata más de decir: ‘Esto es bueno. Esto es malo. Esta persona es buena. Esta persona es mala’. Pero la realidad del asunto es que todo el mundo es... complicado [risas]. Y mi relación hacia muchos de estos episodios también lo es.

También has entrado de lleno en el debate ‘respetabilidad intelectual vs. capitalización de la sexualidad’. Has defendido tu autonomía para decidir con libertad sobre tu cuerpo, pero tu realización definitiva ha llegado con la expresión de tus ideas y visión política. ¿Cómo navegas a día de hoy esta supuesta dialéctica?

Cuando miras los ejemplos de muchas mujeres jóvenes ‘poderosas’, en muchos casos son personas que han capitalizado de alguna manera su sexualidad, al menos en la esfera de la cultura pop. Ahora hemos tenido un momento de reconocimiento a la figura de Britney Spearshemos hecho un examen de conciencia colectivo, en el sentido de: ‘Oh, vaya. Celebramos a estas mujeres pero a la vez las aniquilamos y las condenamos al ostracismo’. No estoy diciendo que haya que sacar un rendimiento económico del cuerpo o la sexualidad, porque no creo que eso te vaya a conducir necesariamente a la felicidad, pero lo cierto es que a mí me llevó a un lugar en el que pude escribir mi ensayo y a la gente le importó mi relato. Una vez más, es complicado. Lo que considero injusto es avergonzar a las jóvenes por ver el mundo tal como es y aprovechar las oportunidades. No creo que haya que darle la vuelta a la tortilla y culpabilizarlas por perpetuar estos esquemas. Durante mucho tiempo, pensé que lo máximo que podría hacer con mi vida era básicamente ser un objeto sexual y, a mediados de la veintena, me dije: ‘Dios mío, soy tan infeliz’. Y entonces empecé a escribir. Era una manera para mí de descubrir cómo me sentía y entender la evolución de mis creencias políticas.

Emily luce vestido, velo, pendientes y zapatos, todo de VERSACE. Chris, con camisa de satén de seda de SAINT LAURENT POR ANTHONY VACCARELLO. La mujer, sentada en una silla, con vestido de GIVENCHY. Niños, de izda. a dcha., camisa de COCONUT en EL CORTE INGLÉS; ‘top’  a modo de vestido, de SOUTHERN COTTON en EL CORTE INGLÉS; y camisas de MANGO.Fotografía Brett Lloyd. Estilismo Laëtitia Gimenez.

De hecho, hubo un momento en que pensaste que si eras menos sexy tenías más posibilidades de triunfar en el mundo de la interpretación. ¿Qué consideraciones te merece ahora este planteamiento?

Recuerdo presentarme a una audición y que los responsables me dijeran: ‘No lleves nada de maquillaje, lleva un cuello alto, deshazte del artificio’. En esencia, querían que tuviera mal aspecto. Luego me llamaron y me dijeron: ‘De hecho, demasiado poco artificio’ [risas]. Y pensé, pues claro, es un hombre el que está dando las indicaciones y por un lado quería crudeza, pero por otro quería que siguieras estando buena. Creo que las mujeres jóvenes están constantemente lidiando con esa tensión entre querer impresionar con su atractivo a hombres que ocupan posiciones de poder para obtener oportunidades y, a la vez, procurar no traspasar una frontera que las convierta en vulgares. El típico complejo de virgen-prostituta. En ese sentido, no hay manera de ganar.

¿Qué crees que deberían saber en materia de educación sexual las adolescentes que comienzan a experimentar con sus primeras relaciones para estar lo más seguras posible?

Creo que saber que no le debes nada a nadie es algo muy importante. En mi caso, no sabía cómo el sexo podía resultarme placentero. Lo entendía como algo que yo le procuraba a un hombre, porque no entendía mi propio cuerpo, mi propia anatomía. La cierto es que, se oponga quien se oponga, los chavales van a tener sexo, así que lo mejor que podemos hacer es darles la protección para ello y enseñarles las herramientas del consentimiento activo. Si hay algo con lo que no te sientes bien, es que no está bien.

Vestido de punto con aplicaciones, de LOEWE PAULA’S IBIZA.Fotografía Brett Lloyd. Estilismo Laëtitia Gimenez.

También es crucial articular el lenguaje y la perspectiva para identificar qué ha ocurrido en una determinada situación abusiva.

Es importantísimo para procesar todas las ideas que tenemos sobre el consentimiento y qué apariencia puede tener una violación o una agresión sexual. Incluso después de la publicación del libro, en mi primera entrevista, la reportera me dijo: ‘Eso es una agresión sexual’, y yo le conteste: ‘¿Ah, sí?’. Al conservar parte de la vergüenza que aquello me provocaba, me generaba muchas dudas el uso de ese lenguaje. Así que todavía estoy en ese proceso.

Durante tu adolescencia te relacionabas con otras mujeres más en clave de competición que de colaboración. ¿Cómo concibes las sinergias femeninas en la actualidad?

Esta es la cuestión en la que he sido capaz de evolucionar más personalmente. Siento una lealtad intensa hacia otras mujeres. Ya no tengo ese sentimiento de escasez, de que tenemos que competir porque solo hay un premio. Albergo una gran claridad mental sobre la perspectiva femenina que he conocido y su dimensión universal, lo cual hace que conecte con otras mujeres. No creo que pudiera transitar la vida sin mis amigas más cercanas. No solo sería infeliz, creo que directamente sería incapaz de funcionar.

Camisa de seda, minifalda, cinturón con hebilla, todo de MICHAEL KORS COLLECTION; y brazaletes de metal de SAINT LAURENT POR ANTHONY VACCARELLO.Fotografía Brett Lloyd. Estilismo Laëtitia Gimenez.
‘Body’ elástico sin mangas, ‘body’ de manga larga y cuello alto y falda tubo, todo de ALAÏA; y anillo de oro de PRADA FINE JEWELRY.Fotografía Brett Lloyd. Estilismo Laëtitia Gimenez.

Sin embargo, la narrativa del enfrentamiento femenino se perpetúa en los medios de comunicación. El ejemplo más reciente se ha visto en aquellos titulares que hablan de una enemistad entre Olivia Wilde y tú a raíz de la difusión del vídeo en el que apareces besando a su expareja, Harry Styles. ¿Qué opinas?

Estos enfoques se dan una y otra vez. Hice un TikTok hablando sobre ello cuando saltó a la luz pública el caso de Adam Levine. Todo mi algoritmo en esta red social mostraba contenidos centrados en hacer un slut-shaming [avergonzar a una mujer por sus comportamientos sexuales fuera de la norma] a una chica de 23 años. Me frustraba la manera en la que se estaba instaurando una narrativa de ataque a esta chica, en lugar de preguntarnos qué pasa con la persona que está en una relación y como tal ha contraído unas obligaciones. En el caso por el que me preguntas, es más de lo mismo. Me siento mal por Olivia, porque ella ha tenido que sufrir esta situación en varias ocasiones.

Y, por lo que dices, se entiende que ese enfrentamiento no es real.

Así es. Simplemente, una cuestión desafortunada.

¿Qué se siente al ser sentimentalmente expuesta de manera reiterada? ¿Es algo a lo que puedes llegar a acostumbrarte?

No [suspira]. Es muy bizarro tener ciertas experiencias y que luego todo el mundo sepa sobre ellas y comente al respecto. Solo soy una persona que he ido de una relación de tres años a otra de cuatro, así que esta es la primera vez en mucho tiempo que estoy en una etapa de tener citas. Es muy extraño el interés que hay en ese área en particular. No es que me sorprenda, pero es una porción diminuta de mi vida. La mayor parte de mi vida se centra en mi hijo y en mi trabajo. Pero supongo que estas cuestiones no inspiran los mismos titulares llamativos. La invasión de los aspectos privados es muy dura para mí. Ahora, lo que me está empezando a preocupar realmente es mi hijo. Es complejo explicarle nuestra relación con los paparazzi. No quiero que les tenga miedo. Pero, al mismo tiempo, tiene que saber que no son sus amigos. Si le fuera a ocurrir algo, ellos no correrían a protegerlo. Seguro que tomarían una foto antes.

Jersey, camisa y falda de seda, todo de FENDI; zapatos de VERSACE; pendientes B.zero1 Rock de oro con ‘pavé’ de diamantes, y anillos B.zero1 Rock de oro amarillo con diamantes, todo de BVLGARI.Fotografía Brett Lloyd. Estilismo Laëtitia Gimenez.
‘Top’ de lana con capucha, pantalón de lana, cinturón de piel, pendientes metálicos, brazaletes de madera, brazalete metálico y brazalete metálico con coral, todo de SAINT LAURENT POR ANTHONY VACCARELLO.Fotografía Brett Lloyd. Estilismo Laëtitia Gimenez.

Por otro lado, es imposible pasarse la vida escondida, obsesionada y huyendo de los focos, ¿no?

No esperaba que ocurriera esto [en relación a la filtración del vídeo], pero creo que, en general, hay una razón por la que determinadas celebridades viven en Los Ángeles, contratan seguridad, no van a restaurantes públicos, etc. Si hay algo que comprender de la lectura de mi libro es que todo lo que yo quería era tener dinero, tener libertad. Así que la idea de renunciar a ello en aras de mantener la privacidad es algo que aún no me planteo. Quiero seguir exprimiendo Nueva York, un lugar con el que siempre había fantaseado. Esto significa que se harán artículos, tuits o TikToks sobre mi vida personal de una manera imprecisa, pero a día de hoy merece la pena porque prefiero tener la libertad.

La conversación femenina se ha ampliado mucho en cuestiones como la maternidad, que se aborda de manera más cruda y compleja. ¿Qué aporta tu mirada a esta huida de la idealización?

Por un tiempo, quise escribir sobre dar el pecho en el libro, porque fue duro para mí. No desde un punto de vista físico, tenía leche y no tenía dolores, pero a nivel emocional fue difícil, porque sentí que mi cuerpo no me pertenecía, el apego era muy intenso, una toma cada dos horas y nunca parecía ser suficiente. Aún estoy procesando esa experiencia y muchas otras sobre lo que la maternidad me ha enseñado. Lo que sí estoy en disposición de decir es que, al convertirte en madre, la imagen que tienes de ti misma se desmonta por completo. Y luego emerge una nueva. Hay aspectos de ese proceso que pueden ser negativos, pero también brota una experiencia bellísima que te enraíza a la tierra.

Créditos de equipo:
  • Maquillaje: Karin Westerlund (Artlist Paris) para Glossier.
  • Peluquería: Laurent Philippon (Bryant Artists) para Olaplex.
  • Manicura: Lucero Hurtado para O·P·I Spain.
  • Atrezo: Miguel Bento (CLM Agency).
  • Ayudantes de fotografía: Enrico Brunetti y Milan Rodriguez.
  • Retoque digital: Stefano Poli.
  • Ayudantes de estilismo: Julieta Sartor y Diego Serna.
  • Producción: Another Agency.
  • Agradecimientos: Excelentísimo Ayuntamiento de Chinchón, Parador de Chinchón, Restaurante Cuevas del Vino de Chinchón, Hotel Plaza Mayor Chinchón, Apartamentos Plaza Chinchón y Floreale.