Críticas de El sueño de Ellis (2013) - FilmAffinity
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El sueño de Ellis

Drama En 1921, Ewa y su hermana Magda dejan su Polonia natal y emigran a Nueva York. Cuando llegan a Ellis Island, a Magda, enferma de tuberculosis, la ponen en cuarentena. Ewa, sola y desamparada, cae en manos de Bruno, un rufián sin escrúpulos. Para salvar a su hermana, Ewa está dispuesta a aceptar todos los sacrificios y se entrega resignada a la prostitución. La llegada de Orlando, ilusionista y primo de Bruno, le devuelve la confianza y ... [+]
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Críticas 66
Críticas ordenadas por utilidad
8 de junio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
James Gray estrena con El sueño de Ellis su quinta película. Ya han pasado 20 años desde que rodó Cuestión de sangre (Little Odessa), su opera prima, y hasta hoy siempre había mejorado su trabajo anterior. Con La noche es nuestra (2007) dio un claro salto en su carrera, entregándonos una interesantísima mezcla de thriller policiaco y drama familiar. Tan sólo un año después, nos sorprendía con Two Lovers, un drama romántico, triste, contradictorio e inmenso.

Ahora llega El sueño de Ellis, donde podemos observar los esfuerzos de Gray por superarse de nuevo, una ambición quizá demasiado grande que no llega a alcanzar.

La producción es exquisita, igual que su ambientación, cuidada hasta el último detalle. Sus tonos apagados, marrones y amarillos, nos retrotraen a Érase una vez en Ámerica, película referente del director, y con la cual comparte más de lo que pudiera parecer. Aquella, al igual que esta, evidencia esas ansias del director por ir más allá. Para ello, Sergio Leone contó y ahora James Gray cuenta con un gran presupuesto y una historia muy personal (ambos intervinieron de forma activa en sus respectivos guiones). El director italiano logró una de las mejores películas de la historia, y es aquí donde Gray pretende jugar.

Este es el gran problema de El juego de Ellis: su excesiva ambición. Su forma, sus pretensiones parecen amordazar la película y ahogar su expresividad. La película parece llevar un peso demasiado grande.

Los personajes son interesantes en su contrariedad (algo muy típico del director). Me gusta como están perfilados los dos personajes masculinos, egoístas pero a la vez capaces de amar por encima de cualquier cosa, poseedores de una maldad tan grande como lo es su bondad. Sin embargo, la protagonista me crea más dudas. Nos identificamos al instante con ella y su situación, pero su pasividad y frialdad me irritan y me alejan de ella poco a poco. Para mí, siendo el personaje más “bueno”, me parece el menos humano. Sólo tiene un objetivo: recuperar a su hermana. Lo demás lo afronta casi con indiferencia.

Hay momentos hermosos e imágenes bellísimas, pero sólo durante los últimos 20 minutos admiro a El sueño de Ellis. Es entonces, en su desenlace, cuando la película alcanza las cotas más altas de emoción y belleza, acercándose a lo que pretendía ser.

El Cine en la Sombra
http://www.elcineenlasombra.com/
ArturoGMaiso
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1 de julio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se agradecen películas así sobre todo cuando tocan temas dramáticos desde otra perspectiva, lo de la inmigración, la isla de Ellis,se había visto, pero desde la imagen de una chica que tiene que ejercer la prostitución para sobrevivir y para ayudar a su hermana,pocas.
Esta muy bien ambientada, sombría, triste un buen drama, eso si algo espeso y lento mientras va desarrollándose el film pero con una nota final mas que aceptable.
Buenas interpretaciones, a destacar como casi siempre a Joaquin Phoenix, esplendido y Marion Cotillard, frágil y creíble, maravillosa.

Un 6,5

http://filmefilico.blogspot.com.es/
Médano
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13 de marzo de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sabría muy bien por donde comenzar a hablar de esta película, nos ofrece una fotografía, vestuario y decorados excepcionales, y un reparto e interpretaciones magistrales de la mano de Marion Cotillard, Joaquin Phoenix y Jeremy Renner. Pero ahí se queda la cosa, una película que podría haber entrado por la puerta grande se queda estancada en la lentitud de un guión que aunque con frases que incitan a la reflexión no logra el empuje necesario y le deja todo el peso del filme a sus protagonistas.
torrentchris
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25 de noviembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos los barcos recalaban en la isla de Ellis. Allí, los inmigrantes europeos de comienzos del siglo pasado sufrían la primera criba en sus sueños de un futuro mejor en América. La imagen de la Estatua de la Libertad dando la bienvenida a quienes huían de las penurias de la Gran Guerra se convirtió en un clásico del cine desde que Chaplin la empleara en su cortometraje 'The Inmigrant' en 1917. Casi cien años después, el director James Gray le cambia el enfoque y presenta en 'El sueño de Ellis' a la estatua dando la espalda a los recién llegados. Un encuadre diferente para un mismo mensaje en un islote dotado de una gran carga simbólica, empleado también por Coppola para contar el inicio de cómo Vito Andolini se convirtió en Don Corleone.
Es en la isla de Ellis donde arranca el último largometraje del poco prolífico realizador norteamericano -cinco películas en 20 años-, que nos retrotrae a los años veinte para relatar la historia de dos hermanas polacas que emigran a EE UU. Durante la inspección de entrada, una de ellas es puesta en cuarentena por padecer tuberculosis, y Ewa, la protagonista, se agarrará a las manos de Bruno, un proxeneta sin escrúpulos, para evitar la deportación y tratar de recuperar a su hermana. Metida en el mundo de la prostitución, solo la aparición del primo de su captor le aportará esperanza.
Gray regresa al terreno del melodrama con dos personajes muy trabajados e inmersos en las penurias más extremas. Quizá la escasa ambición del guion, con giros poco realistas, provoca que los sentimientos tan profundos que experimentan no traspasen la pantalla. Al igual que en 'Two Lovers', el drama supura intensidad por todos sus costados, pero la lágrima resulta artificial. Su acercamiento al cine clásico le permitió crear secuencias magnéticas, pero hirió de muerte al estilo narrativo y se llevó por delante la emoción. Incluso su obsesión por el enfrentamiento familiar, genialmente abordado en 'La noche es nuestra', sucumbe ante el personaje del primo de Bruno, circunstancial y empleado para que avance la historia, sin dotarlo de un calado interior tan completo como el de sus compañeros. Los baches en la narración, junto con la exageración sentimental, son los que impiden que 'El sueño de Ellis' satisfaga las expectativas generadas por los anteriores trabajos de Gray.
La labor del reparto, al menos, es sobresaliente. La francesa Marion Cotillard -que habla en inglés y polaco- recrea con toda la gama de matices el sufrimiento y la resignación de Ewa, cuya caracterización, próxima a una musa del cine mudo, la envuelve todavía más en un aura de fragilidad. No obstante, su personaje también es utilitarista y calculador, y se echa en falta ese victimismo en su actuación. Quien no alberga fisuras es el actor fetiche de Gray. Joaquin Phoenix borda su interpretación y, con sus habituales desmanes, protagoniza unas escenas finales que, al desvelarse la trama, suponen lo mejor del filme.
A ello se añade una bellísima puesta en escena, con una lograda recreación de la Nueva York de los años veinte y unas imágenes enmarcadas con tonos dorados que juegan con claroscuros y planos muy cortos para potenciar la expresividad. El notable aspecto visual logra que el espectador no aparte los ojos de la pantalla durante dos horas, pero los resbalones del guion y el exacerbado melodrama condenan la historia al olvido.

Diario de Navarra / La séptima mirada
Asier Gil
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16 de agosto de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Cuando hasta la Estatua de la Libertad te da la espalda

Si el cine de James Gray está a menudo menospreciado por parte de la crítica, acaso El sueño de Ellis (The Immigrant) sea una de sus películas más injustamente vilipendiadas. Melodrama de corte clásico, mantiene todas las constantes del cine de su autor, con la salvedad de situar la acción a principios de los años 20. Ese dato encierra un homenaje a sus propios abuelos que, al igual que las hermanas polacas del filme, arribaron como inmigrantes a la Isla de Ellis (aduana de entrada a Nueva York), huyendo de los conflictos y persecuciones antisemitas de sus países de origen.

El sueño de Ellis (The Immigrant) comienza con un plano general de la Estatua de la Libertad de espaldas. Como siempre, Gray, inicia la película con una declaración de intenciones. Cuando el símbolo más preciado de Estados Unidos te da la espalda, ya queda claro que los inmigrantes que llegan al puerto no lo van a tener fácil. Pero el momento aún es más esclarecedor. En lugar de acercarse, la cámara se aleja del monumento hasta descubrirnos la silueta de un hombre que mira a la dama de la antorcha desde la distancia, con el sonido de fondo de las sirenas de los barcos.

Lo curioso, entonces, es descubrir que la mirada no es de un inmigrante recién llegado a la Tierra Prometida, si no del personaje que interpreta Joaquin Phoenix, un norteamericano nacido en los suburbios de la ciudad, llamado Bruno Weiss (que por casualidad o no, comparte nombre con un compositor judío que estuvo apresado en los campos de concentración nazis). Es un personaje ambiguo, una persona de apariencia sociable, pero en realidad inadaptada, que trapichea y se gana la vida como proxeneta, aprovechándose de la necesidad de las recién llegadas. Su mirada denota desazón, conformismo y desafección.

*La pasión por los clásicos

James Gray vuelve a insuflar a El sueño de Ellis (The Immigrant) de su pasión por los clásicos. Su adorado Coppola está presente en las secuencias iniciales que inexorablemente recordarán a la llegada a América de Vito Andolini (posteriormente Corleone) en el El Padrino II. También la magnífica fotografía de Darius Khondji emula sin tapujos a la que Gordon Willis realizó para la mítica trilogía. Los clarosocuros y los tonos neutros habituales en el cine de Gray siguen sirviendo para poner de manifiesto la dualidad moral que tienen todos sus personajes.

Encontraremos muchas más referencias al cine clásico de Hollywood. Desde el Sergio Leone de Érase una vez en América, hasta el Charles Chaplin de El Inmigrante (con la que comparte el título original, no el estúpido que le pusieron en España). También hay reminiscencias del melodrama con tintes épicos de Elia Kazan o D. W. Griffith, pero al final, en los momentos cruciales de la película, siempre acaba tirando de cine realizado en Europa.

El siempre presente Visconti aparece en el apasionante uso de los espejos y de los reflejos que hace en El sueño de Ellis (The Immigrant). Pero también encontraremos la inspiración de Dreyer en la manera de filmar el rostro desamparado de Cotillard, o muchas similitudes entre el triángulo amoroso central y el existente en la La Strada de Fellini, con ese trasfondo del teatro de variedades.

*Conclusión

El sueño de Ellis (The Immigrant) es un melodrama con trasfondo social filmado con maestría por James Gray. A través de la llegada a Estados Unidos de inmigrantes a principios de los años 20, nos muestra como los sueños y esperanzas chocan siempre con la cruda realidad (la diferencia entre la magia y la vida fuera del escenario). Algo que podría extrapolarse a nuestra época actual. La película tiene una ambientación exquisita y desprende un romanticismo decadente, semejante al de su mejor obra hasta la fecha, Two Lovers.

En El sueño de Ellis (The Immigrant) vuelve a empapar su historia con una cadencia de amargura y negrura que nos cala hasta los huesos. Esa sensación está subrayada por la espléndida fotografía de Darius Khondji, donde las sombras que cubren los rostros, absorben toda la ambigüedad moral que encierran. La tragedia operística, siempre latente en su cine, contiene aquí una fuerte carga de tensión y amenaza cercana al thriller criminal de sus primeras películas. Es algo que se acrecienta en la sobrecogedora media hora final que desemboca en uno de los planos finales más bellos y expresivos que ha dado el cine contemporáneo.

El sueño de Ellis (The Immigrant) nos muestra a un James Gray maduro y fiel a su estilo. Un creador de atmósferas que, a menudo, están por encima de las historias que explica. Es un cineasta que recurre a la pintura tenebrista de Caravaggio o De La Tour, para perfilar emociones dolorosas y retratar a perdedores que se debaten entre la culpa y el perdón. Con unas interpretaciones memorables de Joaquin Phoenix y Marion Cotillard, la película es una excelente muestra de cine melodramático que bebe de los clásicos, un tipo de cine que se echa en falta en la cartelera actual.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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