CINE
Cr�tica

El poder del perro: nostalgia y asco del western; nostalgia y asco de la identidad; nostalgia y asco de la masculinidad

Actualizado

El poder del perro

5 estrellas
  • Género: Western
  • Director/a: Jane Campion
  • A�o: 2021
  • Duración: 128
  • Nacionalidad: Australia
  • Actores: Benedict Cumberbatch, Jesse Plemons, Kirsten Dunst, Kodi Smit-McPhee, Thomasin McKenzie

El personaje m�s importante y que da t�tulo tanto a la novela de Thomas Savage de 1967 como a la nueva pel�cula de Jane Campion que la adapta con una rara perfecci�n no se ve. O, mejor, s�lo los m�s rudos o menos blandengues de los hombres consiguen verlo. Se trata de ese perro que se dibuja en la silueta de las monta�as de Montana, que todo lo preside y que, de forma casi evidente, representa la figura m�tica del vaquero que fue Bronco Henry. �ste es el �dolo inalcanzable y t�tem de Phil, el protagonista al que da vida Benedict Cumberbatch entre la culpa y la simple tortura.

Digamos que toda la cinta de la directora neozelandesa est� construida sobre esa ausencia angustiosamente presente. El perro es la imagen que se desvanece de un tiempo de identidades fuertes, de verdades duras, de hombres rudos, solitarios y violentos. El perro es la eterna nostalgia de esa especie de recurrente nacionalismo del alma que, en su ceguera c�nica, acaba por admitir como rasgos de car�cter el racismo, la misoginia o la homofobia. El perro est� ah� para recordarnos que un vaquero gay es, antes que nada, un cataclismo. El personaje de Sterling Hayden en el cl�sico Johnny Guitar que Campion muy a su modo reimagina era una contradicci�n insalvable, una paradoja que refutaba el sentido mismo del western. No tanto por homosexual (de eso se encargaban Mercedes McCambridge y la propia Joan Crawford) como por pistolero sin pistola, amante sin la certeza del amor.

El poder del perro cuenta la historia de dos hermanos. Uno es culto, extrovertido, brutal y arrollador. El otro, tranquilo, silente y perfectamente conforme con su suerte y destino. Han vivido siempre juntos y comparten habitaci�n, trabajo y se dir�a que aspiraciones. Ninguna. Y as� hasta que el segundo, el t�mido, decide casarse y traer a su esposa y al hijo de �sta al rancho familiar. Phil (Cumberbatch) es el centro en torno al cual gira un drama de angustias, identidades quebradas, miedos eternos y paisajes interminables. �l es el vaquero enamorado del perro, de todo lo que ya no es ni puede ser, y que no soporta ni su vida ni la posibilidad de que su vida cambie. A su lado, brillan como pocas veces antes una doliente Kirsten Dunst y un Jesse Plemons convencido (tambi�n nosotros) de ser el mejor int�rprete de car�cter sobre el planeta.

La directora de 'El piano' ha vuelto tras m�s de diez a�os lejos del cine y no hay manera de llevarle la contraria

El personaje de Cumberbatch es el encargado de oficiar de maestro de ceremonias en una liturgia ruda, �rida y esencialmente dolorosa. Campion ofrece un ritual tan poderoso e hipn�tico como ligeramente abstracto y son�mbulo que igual apela al esfuerzo de Ang Lee en Brokeback Mountain que al viaje desesperado de la hero�na de Meek's Cutoff de Kelly Reichardt o, por qu� no, a la tradici�n entera del Oeste siempre perfectamente consciente de su extinci�n. El hombre que mat� a Liberty Valance tambi�n disparaba contra s� mismo, contra la silueta de ese mismo perro de Savage y Campion. Pero m�s all� de las referencias cruzadas, lo que queda es la perfecta destilaci�n de un sue�o que, a cada paso que da, se parece a una evidente pesadilla.

De la mano de una fotograf�a entre saturada y solo m�gica firmada por Ari Wegner y merced a una m�sica a cargo de Jonny Greenwood (Radiohead) que directamente absorbe el aire de la sala, Campion se las arregla para proponer un viaje at�vico al fondo de casi todo. Mas que ver la pel�cula, el espectador es invitado a bucear dentro de ella. O, de manera m�s precisa, dentro de cada una de las heridas m�s �ntimas que desgrana la cinta y que acaban por ser las incertidumbres m�s personal y pol�ticamente pertinentes. El resto es el reflejo de un mundo presente y ausente a la vez que camina entre dudas, pasos en falso y el rechazo de un nuevo horizonte que tambi�n es la promesa de una libertad que se anhela y, sobre todo, se teme.

La directora de El piano ha vuelto tras m�s de diez a�os lejos del cine y no hay manera de llevarle la contraria. Nostalgia y asco del western. Nostalgia y asco del cine.

+El poder del perro bien podr�a ser, en el ocaso de su esplendor, el poder de cine. Cosas de las met�foras no tan oscuras.
-No deja de ser frustrante ese empe�o de Netflix de producir cine que no cabe en la pantalla de la televisi�n.

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