El elegido (2016), de Antonio Chavarrías

1937. En plena Guerra Civil Española, el militante comunista Ramón Mercader acepta colaborar con los servicios de espionaje soviético. Tres años más tarde le envían a una misión secreta organizada por el propio Stalin. Viajará a Coyoacán, en México, para asesinar al antiguo oponente político de éste, Lev Trotski, que se ha exiliado allí en compañía de Natalia Sedova, su esposa. Para llevar a cabo su cometido, se ganará la confianza de Silvia Ageloff, la secretaria.

Cuatro años después de Dictado, el realizador Antonio Chavarrias, autor también de títulos muy espaciados en el tiempo, como Las vidas de Celia o Volverás, reconstruye el episodio histórico, tratado también en títulos como El asesinato de Trotski (1972), de Joseph Losey, y el excelente documental Asaltar los cielos (1996).

Se agradece cierto esfuerzo por mostrar lo ocurrido desde fuera, sin posicionamientos ideológicos, más allá como es natural del de las figuras que se retratan, que idealizan o critican al dirigente bolchevique. Básicamente ofrece la impresión de que como teórico e ideólogo tiene gran interés y fue muy apreciado, pero un personaje ofrece una interesante reflexión: ¿si hubiera gobernado no se hubiera convertido en otro Iósif Stalin?

Por su parte, la reconstrucción histórica está lograda. Aunque el conjunto resulta un tanto frío, las interpretaciones del conjunto del elenco son notables, sobre todo la de la británica Hannah Murray (Juego de tronos), que retrata a la secretaria, un personaje del que se sabe poco; también resultan creíbles Alfonso Herrera (Rebelde), como Mercader, Henry Goodman (Trotski), Julian Sands (superior del español), y Elvira Mínguez (la madre).