Sed

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El segador sediento, óleo del pintor belga Charles Soubre.
Sed, de William-Adolphe Bouguereau

La sed es el ansia por beber líquidos causado por el instinto básico de humanos u otros animales para beber. Es un mecanismo esencial de regulación del contenido de agua en el cuerpo[1]​ y uno de los primeros síntomas de deshidratación. Se produce por una carencia de hidratación o por un aumento de la concentración de sales minerales.[2]

Si el volumen de agua del cuerpo baja de un cierto umbral o la concentración osmótica es demasiado alta, el cerebro induce la sed. Si la deshidratación continúa, se pueden originar una gran cantidad de problemas; los más comúnmente asociados son problemas neurológicos y problemas renales.

Sed excesiva o polidipsia[editar]

La sed excesiva —conocida como polidipsia— junto con la diuresis excesiva —conocida como poliuria— puede ser un síntoma de diabetes.

Hay receptores y otros sistemas en el cuerpo que pueden detectar una disminución del volumen de agua o un aumento de la presión osmótica. Son estímulos al sistema nervioso central cuando el procesamiento central tiene éxito. Algunas fuentes[3]​ distinguen por lo tanto entre «sed extracelular» y «sed intracelular». Mientras que la sed extracelular es sed generada por un aminoramiento del volumen, la sed intracelular es sed generada por el aumento de la concentración osmótica; sin embargo, el ansia en sí misma es algo generado por el procesamiento en el cerebro, sin importar cómo es detectada.

Detección[editar]

Hay muchos receptores diferentes para captar un volumen crecido o una concentración osmolita crecida.

Volumen decrecido[editar]

  • Sistema Renina-Angiotensina

La hipovolemia lleva a la activación del sistema Renina-Angiotensina (RAS) y a una disminución del péptido natriurético atrial. Estos mecanismos, junto con sus otras funciones, contribuyen a desencadenar la sed, a través del órgano subfornical.[4]​ Por ejemplo, angiotensin II, activada en el RAS, es un potente dipsógeno (es decir, que estimula la sensación de sed) que actúa vía órgano subfornical

Concentración osmolite incrementada[editar]

Un aumento en la presión osmótica, por ejemplo, después de una comida salada[3]​ activa los osmorreceptores. Hay osmorreceptores en el sistema nervioso central, concretamente en el hipotálamo, y más específicamente en dos órganos circunventriculares, que carecen de una barrera hematoencefálica eficaz: el órgano vascular de la lámitar terminal (OVLT) y el órgano subfornical (SFO). Sin embargo, a pesar de que están localizados en las mismas partes del cerebro, estos osmorreceptores que provocan la sed, son distintos de los vecinos osmorreceptores en el OVLT y FO que provocan la liberación de Arginina-Vasopresina para reducir la salida de fluidos (equilibrio de líquidos).[5]

Adicionalmente, existen osmorreceptores en la vísceras.[4]​ Estos envían señales al área postrema[4]​ y al núcleo del tracto solitario[4]​ en el cerebro.

Ansia de sal[editar]

Dado que el sodio también se pierde del plasma en la hipovolemia, la necesidad de sal del cuerpo crece desproporcionadamente junto con la sed en esos casos.[3]​ Esto también es resultado de la activación del sistema Renina-Angiotensina.

Adultos mayores[editar]

Para adultos de más de 50 años, la sensación de sed disminuye y continúa disminuyendo con la edad, causando, en muchos casos, síntomas de deshidratación.

Muchacha grisona en la fuente, óleo del pintor suizo Giovanni Segantini, en 1887.

Procesamiento central[editar]

El área postrema y el núcleo del tracto solitario, en el bulbo raquídeo, envían señales vía 5-HT,[4]​ al núcleo parabranquial lateral[4]​ que, en respuesta, envía señales al núcleo preóptico medio, en el área preóptica. Además, el área postrema y el del tracto solitario también envía señales directamente al órgano subfornical, en el diencéfalo.[4]

Así, el núcleo preóptico medial y el órgano subfornical reciben señales del descenso de volumen, del aumento en la concentración osmótica y también del descenso de la presión arterial. Estos, envían señales a centros integradores superiores,[4]​ donde, en última instancia, surge la sensación consciente de "ansia". A pesar de ello, el mecanismo que desencadena este «ansia» conscientemente no se conoce de forma completa.

Además de la sed, el órgano vascular de la lámina vascular y el órgano subfornical contribuyen al equilibrio de fluidos a través de la liberación de vasopresina.

Referencias[editar]

Véase también[editar]

Enlaces externos[editar]