Este año, ha habido unanimidad a la hora de elegir el disfraz más terrorífico de Halloween. El atuendo que reproduce el mensaje «Grabando audio» de Whatsapp lleva días provocando gritos de terror en las calles. Incluso el mero hecho de mostrarse con el teléfono clavado a la boca, simulando que se está grabando una nota de voz, ha sustituido a los disfraces tradicionales. «Es que no sabes si es un disfraz o si es real, te mueres», confesaba una joven de Soria esta mañana, aún con el miedo en el cuerpo.
«Es lógico que la irrupción de la tecnología en nuestras vidas altere también estas festividades. Hoy en día ya no nos da tanto miedo lo sobrenatural. En cambio, una chapa de diez minutos con balbuceos supone una amenaza terrible», comenta el sociólogo Carlos Rimoñas.
Incluso las sesiones de ouija se han actualizado para resultar más inquietantes: ahora, los muertos se comunican desde el Más Allá grabando notas de voz que, en ocasiones, desesperan a los participantes hasta el punto de que ellos mismos desearían estar muertos.
Otro de los disfraces triunfadores es el de «Me gusta» involuntario en una publicación de tu ex mientras fisgoneabas en su cuenta de Instagram.