Eduard Streltsov, el 'Pelé ruso' que pasó cinco años en un gulag

Eduard Streltsov, el 'Pelé ruso' que pasó cinco años en un gulag

El delantero del Torpedo de Moscú era la mayor amenaza para Brasil en el Mundial'58 hasta que cayó en desgracia ante el régimen soviético

A finales de mayo de 1958, a solo unos días para que empezara el Mundial de Suecia, la selección de la URSS se preparaba para la cita mundialista en Tarasovka, una zona de entrenamiento a las afueras de Moscú. El combinado ruso era uno de los favoritos al triunfo final tras conseguir el oro en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956.

Su estrella indiscutible era el delantero Eduard Anatólievich Streltsov, un joven de 20 años que llevaba varias temporadas dominando la liga de su país con el Torpedo de Moscú. La noche del 25 de mayo, sin embargo, la vida de este célebre futbolista cambió para siempre.

Fue en una fiesta, organizada por el general Eduard Karahanov en su dacha (casa de campo). Saltándose la normativa de la selección, Streltsov aceptó la invitación y se personó en la celebración junto a dos compañeros. Fue la peor decisión de su vida. A la mañana siguiente, era arrestado y enviado a un gulag , un campo de prisioneros anclado a la fría Siberia. Le acusaban de violar a una mujer llamada Marina Lebedeva.

Su fama de Casanova y bebedor empedernido le precedía. Y en la fiesta de Karahanov hizo gala de sus dotes. Las evidencias de su delito, sin embargo, era confusas y las declaraciones de los testigos, incluida la de Lebedeva, contradictorias. Todo parecía un montaje para darle una lección al delantero, algo que años más tarde se confirmaría.

Poco antes de la muerte de Streltsov, en julio de 1990 a los 53 años, el entrenador de la selección soviética, Gavriil Kachalin, afirmó que los más altos dirigentes del Partido Comunista estaban empeñados en castigar al futbolista y que la policía le explicó que incluso el máximo dirigente del país, Nikita Kruschev, se había involucrado personalmente en el asunto.

Nuestro protagonista siempre había sido un personaje incómodo para el régimen soviético. Había debutado en 1953 con 16 años en Primera División y rápidamente se convirtió en una estrella. A los 17 ya fue máximo goleador del torneo y le convocó la selección rusa. Sendos hat-tricks fueron el bagaje de sus dos primeros encuentros con la URSS.

En 1956 se proclamó campeón olímipico junto a Lev Yashin, la 'Araña Negra', y empezó a recibir presiones para que aceptara fichar por el CSKA (el equipo del ejército) o por el Dínamo (controlado por la KGB). Streltsov no solo se negó a aceptar las propuestas de los dirigentes soviéticos, si no que se erigió en un elemento peligroso para el régimen.

En los archivos del partido comunista se conservan documentos en que se alertaba de una posible deserción del famoso jugador, tentado por clubes de Francia y Suecia. También se consideraban una amenaza sus ideales de libertad, que empezaban a calar en los adolescentes rusos.

Algunas fuentes apuntas que a Streltsov le prometieron que podría participar en el Mundial de 1958 si confesaba el crimen. Y él habría aceptado. Lo que obtuvo, sin embargo, fue una condena de 12 años en uno de los campos de trabajo que tan bien describió el escritor Aleksandr Solzhenitsyn en Archipiélago Gulag. También se le prohibió volver a jugar como profesional.

Pelé, Garrincha, Didí, Vavá, Zagallo y compañía arrasaron en Suecia. Brasil compartió grupo con la Unión Soviética en la primera fase, a la que derrotó por 2-0. Ambos combinados pasaron a cuartos pero los rusos no pudieron superar a los anfitriones (2-0) mientras Streltsov se pudría en una prisión. El hambre, el frío y las constantes palizas que recibía eran ahora las principales preocupaciones del genial jugador del Torpedo de Moscú.

Cinco años después, el 4 de febrero de 1963, Streltsov fue puesto en libertad. Ocupó su tiempo como operario en una fábrica y estudiando ingeniería. Aunque la pasión por el fútbol seguía en su interior. Por eso no pudo negarse a formar parte del equipo amateur que tenían sus compañeros de trabajo. Cuando la gente se enteró, los partidos de empresas en los que participaba el genial jugador siempre eran seguidos por grandes multitudes. Hasta que el régimen volvió a mover los hilos para dejarle de nuevo en el ostracismo.

Pero, en esta ocasión, les salió el tiro por la culata. Los aficionados provocaron disturbios, amenazaron incluso con quemar el campo y corearon el nombre de Eduard Streltsov hasta que se permitió que el delantero participara en un encuentro en el que, en principio, tenía vetada su participación.

Cuando Kruschov fue reemplazado por Leonid Breznev como Primer Secretario del Partido Comunista, la vida de Streltsov regresó al camino que nunca debió abandonar. Breznev recibió miles de cartas firmadas pidiéndole que permitiera al 'Pelé ruso' regresar al fútbol profesional.

En 1965 renacía la carrera de Streltsov. De nuevo en las filas de su estimado Torpedo, el delantero ya no tenía los bríos de su juventud pero conservaba toda su sapiencia. Tenía 28 años y había perdido la velocidad y la condición física. Pero esto no le impidió llevar a su equipo a ganar, esa misma campaña, la segunda liga de su historia y una Copa en 1968. También fue nombrado Futbolista del año en la Unión Soviética dos temporadas consecutivas. Incluso regresó a la selección, con la que marcó 28 goles en 35 encuentros.

Anatoly Karpov, el ex campeón del mundo de ajedrez, presidió un comité para limpiar la memoria de Streltsov. Él no tiene ninguna duda: "Se hubiera convertido en el mejor jugador del mundo y hubiera sido más grande que Pelé". ¿Se imaginan el duelo entre estos dos mitos del fútbol en los Mundiales de 1958, 1962 y 1966?

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