Hoy cumple 54 años un gran actor al que desde hace un tiempo apenas vemos en la pantalla. Edward Norton (Boston, 18 de agosto de 1969) ha pasado de ser el joven prodigio de American History X y El club de la lucha a un apestado en Hollywood. ¿Qué ha pasado? Los problemas de un enorme ego en una industria que ha dejado atrás los tiempos en que un actor como Warren Beatty podía pelearse con todo el mundo para ser considerado autor. Pero hoy que es su cumpleaños nos toca celebrar una carrera de enormes títulos y desearle un futuro mejor.

El joven prodigio

Cuando uno ve los comienzos de Edward Norton debe admitir que no le faltaban razones para creérselo. Comenzó su carrera con una nominación al Oscar por Las dos caras de la verdad y obtuvo otra más dos años después por hacer de un neonazi arrepentido en American History X.

Ese mismo año, Norton apareció brevemente en una película de Woody Allen, Todos dicen I love you. Y cuando el director que ha (re)lanzado la carrera de Diane Keaton, Mia Farrow, Scarlett Johansson, Kristen Stewart y Timothée Chalamet te llama siendo un recién llegado, es que te espera un porvenir repleto de alfombras rojas y luces de neón. A menos que la cagues.

la otra cara de la verdad
La otra cara de la verdad

Durante la segunda mitad de los 90 todas las puertas estaban abiertas para Norton. En esa época definió el rol con el que todavía hoy solemos identificarlo. Un chico corriente, bueno y normal al que no le costará nada convencernos de que es inocente de cualquier cosa. Pero la verdad tiene dos caras y todo chico corriente un Tyler Durden en la recámara. Sus personajes siempre resultaban llamativos por jugar con la simpatía del espectador.

Después de El club de la lucha, en 1999, estaba en la cumbre. Además de ser un enorme intérprete, Norton toca la guitarra y ha dado varios conciertos con el grupo Hole; habla japonés y se defiende en francés y en castellano; adora la literatura y la fotografía (con Gabriel García Márquez y Hemingway siempre en la mesilla); y aunque su activismo social dista mucho de ser una manera de labrarse una marca personal, es conocido por todos la implicación de Edward Norton en la lucha contra la pobreza y las causas ecologistas. En 2006 incluso fue reconocido por la ONU como “Mensajero de la Paz” por su lucha por la diversidad biológica. ¿Cómo puede alguien así cagarla hasta el fondo?

el club de la lucha
El club de la lucha

Un lento desaparecer en Hollywood

Para muchos el comienzo del fin llegó con su salto a la dirección. Norton siempre había mostrado un tremendo interés por lo que sucedía al otro lado de la cámara, en el 2000 estaba en la cima de su carrera y se atrevió a dar el paso. Pero la recepción de Más que amigos fue más bien tibia. Para ser sinceros, esta comedia romántica no es nada del otro mundo, pero tampoco tal desastre como para que Norton dejara pasar 19 años antes de volver a dirigir.

En realidad, los problemas de Norton en la industria venían de más atrás. El más sonado de ellos tiene que ver con American History X, una película que acabó odiando su mismo director, Tony Kaye. Y es que mientras Kaye hacia su trabajo acosado por las notas que le enviaba el actor, la estrella de la película se metió en otra sala de edición y cerró con llave hasta presentar un montaje alternativo. Para más inri, la película sufrió nuevos cambios tras pasar por New Line Cinema, hasta el punto de que Kaye pidió (sin éxito) que, por favor, borraran sus nombres de eso.

american history x
New Line Cinema

Nada de esto escarmentó a Norton: cuando en el rodaje de Frida surgieron problemas con el guion se metió a reescribir el libreto. Se habla mucho del ego de Norton, pero hay que reconocer también que en muchos casos, como este, no se le ha reconocido en los créditos. Poco después, en El dragón rojo, la precuela deEl silencio de los corderos, Norton volvió a reescribir sin que nadie se lo pidiera páginas enteras del guión y se peleó con el director, Brett Ratner, con los productores y con todo el que se puso por delante. Se estaba labrando una fama de actor difícil, de perfeccionista entrometido.

Aún así, cuando en 2003 produjeron aquel remedo de Ocean’s Eleven llamado The Italian Job, ficharon a Norton en un reparto lleno de all stars. Y él se negó a hacer la promoción para el estreno.

Ni si quiera le intimidaban los jefazos de Marvel. Aunque es cierto que El increíble Hulk se filmó en los inicios del Universo Cinematográfico Marvel, antes de que lo comprara Disney. Pero después de reescribir escenas sin cortarse un pelo -y de nuevo sin un solo crédito- y tras negarse a hacer la promoción de la película, Marvel dio la patada al actor y fichó, a Mark Ruffalo para la siguiente aparición de Hulk en Los vengadores. ¿Sabría Norton el contrato millonario que estaba perdiendo? Eso sí que es ser un superhéroe. Tiempo después le ofrecieron hacer de Daredevil, pero a él no le gustaba el color del traje.

¿Las consecuencias? Edward Norton pasó de realizar cuatro películas en 2002 a un lento desvanecimiento en la cartelera. Primero dos películas por año, como en sus comienzos, después una y desde entonces un ritmo discreto, que con todo continúa. También ha diversificado su actividad, apareciendo en la televisión, en varios programas de Saturday Night Live y produciendo documentales y algunas películas que protagonizaría él mismo (El velo pintado, En el valle).

saturday night live   season 39
NBC//Getty Images

Los últimos años

En 2014, Edward Norton aparecería en dos películas que deberían haber dado un nuevo impulso a su carrera. Tenía un papel en uno de los mayores éxitos de Wes Anderson, El gran hotel Budapest (también tiene un papel en La Crónica Francesa) e Iñarritu le contrató para interpretar a un megalómano director de teatro que más de uno ha querido identificar con el propio Norton en Birdman. 16 años después de su nominación al Oscar por American History X, Norton volvía a competir por el mayor premio de la industria.

Pero parece que la carrera de Norton no terminó de volver a despegar. En los últimos cinco años apenas ha aparecido en unas pocas películas. No obstante, una de ellas merece celebrarse por todo lo alto. Huérfanos de Brooklyn es un neonoir de aliento clásico escrito y dirigido por el propio Norton a partir de una novela de Jonathan Lethem y demuestra que el actor sigue siendo un genio a uno y otro lado de la cámara. Lástima que la película, aun estando plagada de estrellas como Bruce Willis y Willem Dafoe, no recibiera más atención.

Su último proyecto mediático ha sido la secuela de Puñales por la espalda, dirigida por Rian Johnson para Netflix, y en la que hace una divertida parodia de los gurús tecnológicos. También ha tenido la oportunidad de cambiar su racha con Asteroid City, de Wes Anderson, pero quedó a la sombra de un reparto en el que promocionaron más a Margot Robbie, Maya Hawke, Scarlett Johansson o Tom Hanks. De hecho, desde que rodó esa película hace ya un año, su único proyecto anunciado es poner la voz a un personaje de una serie sobre salchichas parlantes, Sausage Party: Foodtopia. Ojalá recupere su estrella y no pase por una nueva etapa de ostracismo en Hollywood.

celebrity sightings in new york city  february 28, 2018
Bobby Bank//Getty Images