Monster Hunter (2020), de Paul W.S. Anderson

La teniente Artemis está al mando de un escuadrón de soldados que cumple una misión para Naciones Unidas en un tramo desértico indeterminado. Atraviesan una tormenta de arena que los transporta a otra dimensión, donde serán acosados por extrañas criaturas de enorme tamaño. Además, Artemis conocerá a un extraño cazador de monstruos, que por culpa de uno de ellos se cayó del barco pirata volador en el que viajaba.

A Paul W.S. Anderson le encanta adaptar videojuegos al cine, así que vuelve a la carta tras Mortal Kombat y la saga de Resident Evil. De nuevo recurre a la protagonista de esta última, Milla Jovovich, su esposa y madre de sus tres hijos, para un título que se basa en un superventas lanzado por Gapcom en 2004, que después ha dado lugar a secuelas, comics, novelas y versiones animadas. El resultado deja la misma sensación que anteriores trabajos del cineasta, que sin ser memorables, al menos no son tan malos como otros intentos de llevar al cine éxitos consoleros, la mayor parte de los cuáles no hay por dónde agarrarlos.

El propio Anderson escribe el guión, pero no parece que tuviera muchas ganas de trabajar, así que parece haberse limitado a escribir un par de notas en una servilleta de la cafetería. De los personajes no se conoce nada, no se desarrolla el mundo paralelo donde transcurre la acción, al que ni se ha molestado mucho en buscar un nombre, ya que lo denomina Nuevo Mundo, y que tiene aspecto desértico, sin ninguna particularidad que lo haga un poco único.

Al final todo se reduce a un espectáculo de pirotecnia conformado por secuencias de acción con muchos efectos especiales no demasiado originalidades, pero que servirán como entretenimiento de aquellos a quienes les vaya la marcha. A Milla Jovovich se le da bien hacer lo mismo que en los filmes citados, aunque esta vez pegue a criaturas más grandes, y tienen cierta frescura sus secuencias con Tony Jaa, estrella de artes marciales de Ong-Bak, como nativo del Nuevo Mundo que habla otro idioma, y que pasa de enemigo a aliado forzoso. Como cabe esperar, no llegan a la suela de los zapatos de Lee Marvin y Toshiro Mifune en Infierno en el Pacífico, de la que parece haber surgido la inspiración. El tercer actor con un personaje importante, Ron Perlman (Hellboy), aparece de repente, metido con calzador, y se podría suprimir del metraje.