Desde que se hizo pública la relación entre Meghan Markle y el príncipe Harry, Doria Ragland, madre de Meghan, ha tenido que enfrentarse a la presión mediática y al constante acoso de los medios, quienes se mostraban sorprendidos ante el hecho de que una mujer de raza negra, y que creció en uno de los “barrios más pobres y desfavorecidos de Los Ángeles”, se había convertido en la suegra del príncipe Harry, hijo menor de Lady Di y Carlos de Inglaterra. Sin embargo, la instructora de yoga, de 66 años, decidió mantenerse en silencio y no dar ningún tipo de declaraciones hasta el estreno del documental ‘Harry & Meghan’ de Netflix, en el que reveló cómo salió adelante por amor a su hija.

En su primera aparición en la docuserie de los duques de Sussex, Ragland afirmó que estos últimos cinco años de su vida han sido muy “difíciles”, dado que ha tenido que “luchar contra los fotógrafos para llegar a la puerta de su casa” en más de una ocasión. No obstante, lo que más le impactó fue el tono racista con el que escribían noticias falsas sobre ella. “Tomaban fotos de zonas como Skid Row (zona de Los Ángeles donde viven adictos y personas sin hogar) y decían que yo vivía allí y que ella había crecido ahí”, recordó Doria. De hecho, el Daily Mail publicó un artículo con el siguiente titular: “La novia de Harry viene (casi) de Compton”, la cual es una ciudad en California relacionada con el crimen organizado y los gánsteres. En el documental, Doria afirmó que esto no era cierto, pero que los tabloides suelen relacionar a las personas negras con las pandillas criminales.

Tras haber crecido en una familia de clase media trabajadora, Doria Ragland comenzó a trabajar desde muy joven como maquilladora profesional en diversos sets de filmación, lugar donde terminó conociendo a Thomas Markle, padre de Meghan. Se casaron en 1979 y dos años después nació su hija. En ese momento vivían en un barrio de Los Ángeles “frondoso y asequible”, pero tras el divorcio de la pareja, Meghan se quedó a vivir con su padre por una temporada, mientras Doria conseguía un empleo para poder ayudar con la manutención de su hija. Es así como terminó convirtiéndose en azafata de vuelo.

La madre de Meghan Markle: maquilladora, psicóloga e instructora de yoga

Doria nunca se dio por vencida. Tras haber dejado atrás sus días como maquilladora y azafata, tomó la decisión de crear una pequeña empresa, pero se declaró en bancarrota a mediados de los 2000. Tiempo más tarde tomó la decisión de estudiar Psicología en la universidad y hacer un máster en Trabajo Social. También se dedicó a ser instructora profesional de yoga, trabajo que le permitió pagar los estudios de su hija y su formación actoral. Su resiliencia y su gran determinación para salir adelante fue crucial en la infancia y juventud de Meghan, convirtiéndose  en un modelo a seguir para su hija, la esposa del príncipe Harry y duquesa de Sussex.