2001: Despertando a la vida (Waking Life)

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Despertando a la vida (Waking Life)amazon

Richard Linklater.
DESPERTANDO A LA VIDA (WAKING LIFE).
9/10

Categoría: Película.
Guion: Richard Linklater.
Año: 2001.
País: Estados Unidos.
Género: Drama, Fantasía.
Técnica: Rotoscopia.
Idioma: Inglés.
Característica: Aventurado, Experimental, Hipnótico.
Duración: 1h 41min.
Clasificación por edades: NR-12.

Despertando a la vida fue la primera incursión de Richard Linklater en el mundo de la animación y es especialmente recordada por su innovador uso de rotoscopia. Por supuesto, la técnica no era nueva, pues Max Fleischer ya la empleó por primera vez en 1917. Tampoco debutaba en un largometraje: Fleischer Studios recurrió al rotoscopiado en numerosas escenas de Los viajes de Gulliver (1939) y para Soyuzmultfilm era esencial en sus films de los años 50, por poner solo dos de los más apreciados ejemplos. Lo relativamente novedoso fue el tratamiento de la rotoscopia de un modo tan poco realista.

Bob Sabiston, el director de arte, desarrolló expresamente para este proyecto un software denominado Rotoshop que podía manejarse con ordenadores Apple convencionales, sin necesidad de recurrir a instalaciones particularmente caras. Ese proceso permitió que más de una treintena de artistas realizaran el rotoscopiado, cosa que favorece el ecléctico aspecto del film y esa creciente sensación de rareza e inquietud que se va apoderando del espectador.

Por otra parte, cuando afirmo que el tratamiento de la técnica es poco realista, me refiero a que los trazos son imprecisos, que el aspecto de los rostros y los fondos es crudo y que da la impresión de ser el resultado de un trabajo descuidado. Todo eso deliberadamente, claro está, como opción artística. Pero hay más: el uso de colores es más impresionista que natural -ocurre por ejemplo que un personaje va cambiando de color-; cuando alguien relata algo es frecuente que aparezcan en imagen elementos de ese relato a modo de ilustración; y, finalmente, a medida que avanza el metraje, los toques fantásticos van adquiriendo mayor protagonismo -dos personajes adoptan el aspecto de nubes, sus rasgos se difuminan al terminar la escena…-.

Al optar por una estética tan poco realista, cabe entonces preguntarse por qué quiso Richard Linklater recurrir al rotoscopiado y no a una animación tradicional que parta de dibujos directamente. La respuesta solo la conoce él, pero se me ocurren dos motivos. Uno, que al rodar primero cada escena podía controlar mejor la puesta en escena. El otro es que, por mucho que al dibujar sobre los fotogramas el aspecto final se aleje de la realidad, la rotoscopia mantiene el movimiento natural de los cuerpos o el efecto tan particular de la cámara al hombro, cuestiones muy difíciles de replicar con dibujos animados. Aquí la estética es animada, pero el lenguaje cinematográfico es el habitual en tantas obras del cineasta.

Merece la pena ver Despertando a la vida solo por la parte visual, aunque lo que hace de esta obra una experiencia tan memorable es la combinación de su singular estética con su aventurada narración. Linklater está particularmente dotado para el diálogo, para las largas réplicas, talento que aprovecha aquí al proponer la que, en esencia, es una sucesión de conversaciones. En lugar de una estructura tradicional con tres actos, propone breves escenas dialogadas, aparentemente inconexas y que parecen no seguir una cronología dictada por la lógica de causa-efecto. Escenas puntualmente interrumpidas por una suerte de interludios musicales.

Esas conversaciones, o más precisamente monólogos, pues rara vez hay un intercambio de réplicas, versan sobre los más diversos temas, pero privilegian cuestiones filosóficas o existenciales hasta que progresivamente se van interrogando sobre la naturaleza de la vida, las propiedades de los sueños y su relación con la realidad, los soñadores lúcidos… Es ahí cuando más estimulante resulta la película, pues el componente estético, ese peculiar empleo de rotoscopia, sume al espectador en un universo que cada vez se parece más a un sueño. Un universo que está cerca de la realidad, con elementos familiares, pero que al mismo tiempo evidencia su artificio, su irrealidad.

Es curioso pero, a pesar de que sus estrategias narrativas y estéticas son muy diversas, una película como Despertando a la vida tiene conexiones con el cine de Satoshi Kon, sobre todo con Paprika (2006).

Nota: los melómanos querrán también prestar atención a la banda sonora, obra de Glover Gill, que compuso muy sugerentes piezas de tango de vanguardia, claramente deudor del gran Astor Piazzolla, interpretadas por su Tosca Tango Orchestra.

Reseña Panorama
Puntuación
9
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