Geli Rodríguez: «Me gusta contar historias de mujeres sencillas» | La Voz del Trubia
Publicado el: 12 Abr 2024

Geli Rodríguez: «Me gusta contar historias de mujeres sencillas»

La escritora tevergana y cartera del concejo, publica la novela ‘La casa Moure’

Geli Rodríguez con su novela

Patricia Bermejo / Teverga

[Entrevista]

Es más que un placer y un privilegio tener la suerte de haber leído ‘La casa Moure’, última novela de Geli Rodríguez y poder entrevistarla con la calma y el interés que se merecen tanto la obra como su autora. Nadie mejor que ella conoce y refleja el mundo rural, el pasado y el presente, las luces y las sombras, la lucha de las mujeres y nos hace reflexionar en cada uno de sus párrafos, parar y pensar, algo tan poco frecuente en nuestros días.

-¿Cuándo comenzó esta pasión por la escritura, cómo y por qué? –Mi pasión por la escritura, creo que es innata. Siempre me gustó, desde bien pequeña, escuchar y luego contar historias. Tengo mucha inventiva e imaginación. Así que la mejor forma de canalizarlas, fue a través de la escritura.

-La Casa Moure se desarrolla en la Asturias de los años 50 y nos describe lo que acaece en un lugar tan bello como sobrecogedor, lleno de historias, de luces y sombras. ¿Cómo decidió ubicar ahí la historia? – Conozco bien el medio rural, porque es mi paisaje desde pequeña. Así que voy a lo fácil. Además, me gusta dejar constancia de los usos y costumbres de la zona rural, que cada vez están más en desuso.

– Hábleme de Cándido, del viejo coronel retirado que vivía al margen del pueblo hasta la llegada de Elena y su madre a su vida y a su casa. –De Cándido Moure podemos decir que es un hombre íntegro, marcado por su alto sentido del honor. Se rige por códigos en cierta medida adquiridos en su vida de militar. En la novela es ya un hombre mayor, que busca en el retiro de su casona un poco de sosiego y paz, después de una vida azarosa, llena de hazañas bélicas. Pero en el fondo, no deja de ser un hombre abatido por la pérdida de todos sus seres queridos.

-Me ha impactado especialmente la historia de Adolfo y todo el tiempo que ha tenido que pasar escondido en un zulo u otro huyendo de ser detenido acusado de republicano. ¿Ha querido plasmar en él la vida de tantos y tantos perseguidos y represaliados tras la guerra civil? –Claro. La historia de Adolfo es, por desgracia, la historia de muchos que tuvieron que tirarse al monte y vivir a salto de mata. Tenían una presión tremenda, perseguidos por los guardias y a veces delatados por vecinos. Sus condiciones de vida fueron pésimas, siempre con miedo a que les echaran el guante, porque eso suponía, en los primeros años de posguerra, la muerte.

-Una tiene la sensación, según va leyendo la novela, de que los fantasmas del pasado siempre vuelven y es porque nunca se han ido. ¿Es así? –Depende de las experiencias vitales de cada persona. Habrá quien tenga cuentas pendientes o capítulos sin cerrar en su vida, y de ahí pudieran surgir los temidos fantasmas. Luego están los miedos, que también pueden ser una especie de fantasmas que pueden llegar a condicionar mucho la vida de quienes los sufren.

– Su primera novela, Amargo Legado, se desarrolla en Teverga pero ésta puede ser, puede que no… ¿en dónde ubicarías la casa? – Amargo legado está ambientada en una zona concreta de Teverga. ‘La casa Moure’, en cambio, podría estar ubicada en cualquier lugar de la Asturias interior.

– Hábleme un poco de usted y de su vida. ¿Cómo se lleva esto de compaginar el ser escritora con su profesión, tan bonita, por cierto, de cartera en la zona rural, en Teverga?, ¿Hay tiempo para todo?. –El tiempo es el que es, pero el día da para mucho si una se organiza un poco. Las horas de trabajo son sagradas, porque es de lo que vivo, y me encanta mi profesión de cartera. Por las tardes, cuando acabo mi jornada laboral, es cuando escribo. Antes tenía muchas actividades entre manos, pintaba, hacía teatro, pero de un tiempo acá, estoy más centrada en la escritura. Escribir lleva su tiempo y le dedico todo el que puedo.

-Antes escribió cuentos, poesía, relatos… ¿Cómo tomó la decisión de tirarse a la piscina e ir a por el género “grande”, la novela? –Bueno, en realidad mi primer relato fue una novela corta que escribí con 12 años. Después vinieron más, que duermen en una caja en el hórreo. Tuve una época muy prolífica también en poesía. Cuando por fin me decidí a publicar, empecé con un poemario, El alma en la palabra. Después publiqué dos libros de cuentos. Finalmente, retomé la novela, género que me gusta especialmente.

– En ambas novelas hay presencias femeninas muy importantes y con vidas muy duras… – Sí, es cierto, las mujeres son protagonistas en mis novelas. Me gusta tejer historias sobre mujeres sencillas, aldeanas, humildes, que acompañan y arropan a las protagonistas. Creo que todas merecen su atención y son las que dan vida al paisaje que habitan.

– ¿Piensa ya en la siguiente novela? –Siempre tengo en mente un nuevo proyecto. La idea de la próxima novela está cuajada en mi cabeza y ya he empezado a trabajar en ella. No puedo desvelar nada más por el momento.

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