David Villa, un valencianista para siempre

David Villa marcó una época en el Valencia. Fue mucho más corta de lo que hubiéramos querido todos, el primero el propio asturiano, pero las necesidades y las estrecheces del club, aunque a alguno le sorprenda, no son nada nuevo en nuestros más de 100 años de historia. No se quería ir, pero el club decidió venderle, y en ese contexto, sí que al menos quiso decidir su destino, algo perfectamente normal.

En el tiempo que estuvo con nosotros, 5 años, se convirtió en uno de los mejores delanteros no sólo del Valencia, sino del mundo, alcanzando cotas espectaculares, como ser el referente de una selección española campeona de todo. Aquí el Guaje fue muchas cosas, y lo digo en primera persona, porque su estancia aquí fue mi última época haciendo radio y televisión, y el trato humano y personal que dispensó siempre, a todo el mundo, no es algo especialmente fácil de ver en este mundo nuestro. 

Que hoy Mestalla le tribute un homenaje, que llevaba pospuesto más de dos años, es algo de ley, de justicia. Porque Villa siempre nos ha tenido presentes, porque quiere a esta club y a esta ciudad, y porque siente que hay muchas cosas aquí que forman parte de su vida. Marcó una épica, por desgracia muy corta, pero la marcó, sin lugar a ninguna duda.

Ver esta noche a casi 50.000 personas aplaudir al que fue, con nuestra camiseta, el mejor delantero del mundo en su momento, como antes lo fuera Mario Kempes, es algo que se tiene que poner en valor, porque no pasa todos los días, desde luego. Luego iremos con los debates, que no deben centrarse sobre su figura, sino sobre las otras que hemos olvidado por dejadez, que ese es el gran problema.

Pero él se ha ganado su lona, lo mismo que otros muchos a la largo de la historia, siendo los referentes de distintas generaciones. David Villa es un valencianista más, que también tiene afecto por otros clubes donde lo tratarían bien, pero que tiene al nuestro marcado por muchas cosas. Siempre lo ha honrado, ha hablado bien de él, y cuando le tocó defenderlo sobre el verde, lo llevó a un punto muy cercano a la excelencia.