El Borussia Dortmund consiguió la hazaña que se le había resistido desde 2014, ganar en el Allianz Arena. Lo hizo en un meritorio triunfo basado en una defensa de área casi perfecta de Hummels y Schlotterbech y unos contragolpes feroces de Adeyemi, Sancho y Brandt culminados por el propio Adeyemi (10') y Ryerson (83').
Los de Terzic golpearon pronto, dejando claras sus intenciones. En el 10' recuperó una pelota en el centro del campo y en pocos pases se plantó en el área de Ulreich, al que superó con un disparo bajo Adeyemi.
A partir de ese momento los bávaros empezaron a achuchar, pero se encontraron con la defensa imperial del Dortmund, que cerraba espacios por dentro y lo único que concedía eran centros laterales, con Hummels y Schlotterbech imponiéndose en la mayoría. En los dos únicos que no lo hicieron se demostró que no era la noche de los de Tuchel- cariacontecido en la banda- puesto que primero Harry Kane falló un remate a bocajarro que nunca suele errar y todavía más exagerado fue el gol que se perdió Dier, en este caso con mucha polémica.
El polémico penalti no pitado al Bayern
Muller peinó un balón en el primer palo, Dier remató en el segundo a bocajarro y Hummels evitó el gol de manera milagrosa. El central alemán lo hizo con la mano, en lo que parecía un penalti de manual.
Sin embargo, para alegría del Dortmund y tristeza de los bávaros, no se señaló la pena máxima. ¿La razón? Pues que justo antes de tocarla con la palma de la mano, la roza con la punta del pie, con lo que desde el VAR le comunicaron al colegiado que había rebote de una parte de su propio cuerpo y por lo tanto no debía señalarse el lanzamiento desde los once metros. Una jugada que dará que hablar seguro.
Segunda mitad de querer y no poder
El Bayern demostró en la segunda mitad porque tiene trece puntos menos que el Leverkusen, que ya tiene más de media Bundesliga en el bolsillo. Los de Tuchel estuvieron poco finos en los metros finales, incapaces de generar ocasiones y con perdidas que generaban transiciones. En una de ellas casi sentencia Nmecha, quien incomprensiblemente falló un tiro desde el área pequeña que le detuvo Ulreich. También pudo hacerlo Maatsen tras una gran carrera, pero su disparo salió ligeramente desviado.
La entrada al campo de Coman dinamizó un poco la zona ofensiva y generó sensación de peligro, pero Hummels y compañía seguían empeñados en dejar la portería a cero. A la causa contribuyó Meyer, que le sacó una gran mano al francés. En el 83' lo cerró Ryerson, aprovechando una gran jugada coral, para con un golpeo seco y pegado al palo superar a Ulreich, que nada pudo hacer.
En el 89' cuando los aficionados ya estaban abandonando el estadio, Kane dio esperanza acudiendo a su cita con el gol. Pero el VAR se cruzó en su camino para dictaminar que el cabezazo era en offside y por lo tanto el tanto no debía subir al marcador. No era el día.
Cuidado con el Dortmund, que lleva cuatro victorias consecutivas y en Champions puede dar un susto a cualquiera. Arriba tiene cohetes y abajo está encontrando una solidez que se le desconocía.