(EL MARTES 19 DE SEPTIEMBRE ARRANCÓ LA LIGA DE CAMPEONES 2023-24 CON UN CHOQUE TREPIDANTE ENTRE LAZIO Y ATLÉTICO MADRID EN EL ESTADIO OLÍMPICO DE ROMA QUE PARECIÓ PARTIRSE EN DOS POR UNA OVACIÓN CUANDO LOS ALTOPARLANTES ANUNCIARON LA PRESENCIA, COMO TÉCNICO DE LOS «COLCHONEROS», DEL CHOLO SIMEONE, UNO DE LOS MÁXIMOS ÍDOLOS QUE TUVO EN SU HISTORIA EL CLUB ITALIANO)
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«BENVENUTO, GRANDÍSIMO SIMEONE, ROMA SERÁ SIEMPRE TU CASA PORQUE LOS «TIFOSI» DE LAZIO NUNCA TE OLVIDAN». Así podía leerse una gigantesca pancarta con la que los «tifosi» del equipo italiano virtualmente cubrieron la llamada «CURVA NORTE», o sea la cabecera del Estadio Olímpico que siempre ocupan los «tifosi» del club local. Era el agradecimiento -sentido, emotivo, nacido del «cuore»- hacia un grande DIEGO SIMEONE que, llegado en 1999 a Lazio proveniene del Inter, contribuyó en manera determinante a la victoria del «scudetto», el segundo de la historia del club, junto con varios otros argentinos que lo reconocían como el «capo» indiscutido dentro y fuera de la cancha. Y eo que sus compañeros no eran moco de pavo: Juan Sebastián Verón, Hernán Crespo, Matías Almeyda, Sensini.
Con su impecable y funerario traje negro, SIMEONE ofreció su clásico show desde la zona lateral dedicada al técnico visitante. Gritó, gesticuló, se enojó con el cuarto hombre, fue amonestado tras trenzarse en una discusión con el árbitro y se agarró la cabeza cuando en el minuto 95 de juego, cuando Lazio estaba abajo 0-1 y el partido parecía decidido, su arquero IVAN PROVEDEL de 29 años, ya tenido en cuenta para la nueva selección italiana que está armando LUCIANO SPALLETTI, abandonó su valla y partió como un rayo hacia la adversaria para intentar cabecear una pelota de córner que estaba por ejecutar NAHUEL MOLINA, el mundialista argentino a quien el Cholo le está sacando lo mejor de su repertorio. Y Provedel lo hizo con tanta contundencia que anotó el empate que ya parecía una ilusión para el equipo italiano.
El Olímpico se vino abajo. Abrazos. Gestos histéricos. Llantos cuando, 10 segundos después, el ´árbitro dio el pitazo final. El único de Lazio que se diferenció del festejo colectivo fue SIMEONE, quien se dirigió hacia el banco adversario y le pegó un fuerte abrazo al técnico rival Maurizio Sarri, deslizándole palabras acariciantes en el oído. Explicaría después, en los vestuarios: «La dije lo que pienso, que es un gran director técnico y que si mi «Aleti» no supera la primera ronda de esta Premier, me gustaría que lo haga su Lazio».
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Exactamente un año antes, el sábado 10 de septiembre de 2022, destinatario de un emotivo homenaje, en el estadio de San Siro antes del partido liguero entre Inter y Torino, fue DANIEL PASSARELLA, el defensor argentino capitán de la selección que ganó el Mundial 1978 y que, tras un tránsito de alto nivel en Fiorentina, se convirtió en el puntal del equipo milanés entre 1986 y 1988.
El promotor del reconocimiento fue otro argentino, JAVIER ZANETTI, vicepresidente del Inter, hoy avezado dirigente y ex compañero de Passarella. Consistió en la entrega de una espléndida plaqueta enmarcada con el número 6, que Daniel utilizaba en su camiseta de colores negro y azul. El público de San Siro rubricó el gesto con un largo y emotivo aplauso. Fue más valioso particularmente porque se produjo en un momento especial para Daniel, después que un diario argentino, con vocación escandalística, había difundido la noticia de que estaba padeciendo una grave enfermedad neurovegetativa.
Su comentario fue contundente, pues en ese rubro figuran males como los de Parkinson, Alzhaimer, SLA, : «Esa bola que se largó a correr me dio risa, solo tuve un cuadro de depresión del que estoy reponiéndome», desmintió Daniel. Habría sido provocado por su largo aislamiento durante el período de la epidemia (COVID), agravado por una incipiente sordera que ya sufría desde antes. Así lo especificó un, comentario emitido por sus familiares que lo acompañaron en su visita a Milán.
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Pero el reconocimiento hacia jugadores que dieron lustre a la fama que en Italia gozan los argentinos se enriquece con otros cracks ya retirados, todo lo bien que hicieron es puntualmente recordado. DIEGO MILITO (ex Genoa y el tricampeón Inter dirigido por José Mourinho) se ha vuelto un colaborador asiduo de «La Gazzetta dello Sport», el diario italiano de fama mundial, mientras ESTEBAN CAMBIASSO es un válido opinionista de la red SKY.
Claro, hay también otros argentinos que no han dejado una buena imagen y a quienes sus antiguos «tifosi» no quieren ni ver ni sentir. Es el caso de los seguidores del club Roma con GABRIEL BATISTUTA, transformado en el reverso de la idolatría que los devotos hinchas del club Roma profesan hoy por PAULO DYBALA.
Otro que dejó un pesímo recuerdo fue OSCAR RUGGERI, de efímero paso por el «calcio» donde lo marcaron a fuego como «el papelonero mayor» de su historia, tras su breve y atormentado y tránsito por el club Ancona. Los italianos no le perdonan haberse burlado cruelmente por un canal televisivo argentino de las lágrimas de GIANLUIGI BUFFON, arquero y capitán de la selección de Italia, cuando se produjo la eliminación de ésta para el Mundial 2018.
Pero hay algo que RUGGERI tiene a su favor. En Italia nadie se acuerda de él.
BRUNO PASSARELLI