Las noches de San Mam�s siempre se subrayaron en rojo por cualquier aspirante a la gloria con el Real Madrid, as� que alguien tan intr�pido como Dani Ceballos no pod�a dejar escapar la oportunidad. Era su momento. Era la hora de mostrar que ante el Athletic, el rival que mejor presiona de la Liga seg�n el refrendo de la estad�stica, Carlo Ancelotti pod�a confiar en su f�tbol. En su trabajo y en su frescura. Ceballos no iba a esconderse, como tampoco lo har� a partir de ma�ana. Aunque no consiga la continuidad necesaria como titular, �l siempre querr� sentirse protagonista.
En compa��a de Fede Valverde y Eduardo Camavinga, Ceballos dio el domingo un recital en Bilbao. Atrayendo a los rivales desde su posici�n de volante zurdo, dirigiendo la jugada y acelerando la circulaci�n. Sin precipitarse. Un 93% de acierto en los pases (51/55), m�s ocho balones en largo sin error. Supo oxigenar al equipo bajando a recibir y pudo dominar jugando de cara. �l necesitaba saberse principio y final. Aunque por encima de todo, deb�a liberarse de una sombra que le ha acechado desde el mismo d�a de su fichaje.
Compartir vestuario con Toni Kroos y Luka Modric ha representado un suplicio y un goce para Ceballos, que absorbi� conocimiento y supur� desenga�os. Entre 2017 y 2019, relegado por el d�o creativo m�s dominante de Europa en la �ltima d�cada, s�lo seis partidos completos de Liga. Y el curso pasado, apenas uno, aquel s�bado de fiesta por el t�tulo ante el Espanyol. Cuatro d�as m�s tarde sufri� un problema muscular durante la pr�rroga ante el Manchester City. Sobre esa perversa din�mica ha basculado toda su etapa como madridista.
Desbordante personalidad
El drama de Ceballos se parece mucho al que deben enfrentar Ferland Mendy y David Alaba, observados con microscopio por un estadio que durante un cuarto de siglo disfrut� de Roberto Carlos y Marcelo. Sin embargo, mientras los laterales suelen optar la discreci�n, el sevillano apuesta siempre por la osad�a. Valga aquel atribulado minuto del a�adido en la final de Par�s ante el Liverpool o el pase errado que desemboc� en el 0-3 de Gavi en Riad. La desbordante personalidad de Ceballos, aun pisando terrenos que no le corresponden, se asemeja de alg�n modo a la de Isco Alarc�n. Otro virtuoso que, cuando no se abandon� en lo f�sico, sol�a encandilar a Ancelotti.
�Dani seguir� este a�o con nosotros y va a tener m�s minutos, porque los merece�, advirti� Carletto a finales de agosto. No obstante, el t�cnico s�lo ha cumplido a medias. En sus planes inmediatos parece privilegiar a Camavinga como mediocentro, dejando a Ceballos de revulsivo. Como el pasado jueves en Villarreal, cuando en apenas media hora gener� un gol y anot� el de la victoria. En los sectores que pisa Kroos, pero tambi�n con un rango de acci�n mucho m�s amplio. Sus arrancadas con el bal�n dominado, sin ser tan potentes como las de Valverde, recordaron las de Mateo Kovacic. Y en las cercan�as del �rea asom� como virtuoso mediapunta.
�Apretar los dientes�
A los 26 a�os, Ceballos sabe que podr�a triunfar en cualquier otro equipo con aspiraciones. Su contrato, como el de Karim Benzema, Marco Asensio, Mariano, Kroos y Modric, expira en junio, as� que aguardan semanas de murmuraciones. �Es el momento de apretar los dientes. Tengo muchos partidos para demostrar mi nivel�, advirti� en la zona mixta de San Mam�s. El Madrid, desde luego, no quiere hacer regalos al Betis, ni que se repita el extra�o caso de Martin �degaard, caudillo de un Arsenal inabordable en la Premier.
Mientras tanto, el futbolista aguarda una llamada de Luis de la Fuente, quien ya le otorg� las riendas de la sub-21. En torno a Ceballos puede girar Espa�a en la Nations League y la clasificaci�n para la Eurocopa. Pese a las apariencias, bajo ese trote desali�ado se esconde un centrocampista que no reh�ye los duelos. Justo lo que precisa una selecci�n necesitada de nuevo aliento.
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