Instinto peligroso (2022), de David Hackl

Dylan 'D' Forrester es un sociópata que está intentado reformarse. Acude a terapia regularmente y procura seguir los consejos de su psiquiatra con el fin de aprender a empatizar con los demás. Porque Dylan tiene una tara impresionante a la hora de saber cómo comportarse en sociedad, aunque precisamente eso le ha servido para ser un soldado implacable. Ahora marcha a una pequeña isla en donde vive su familia, ya que su hermano ha muerto y quiere dar el pésame. Lo que no sabe es que unos criminales también van hacia allí con otros planes.

Una de esas películas que lo tenía todo para ser más que aceptable y acaba por no alcanzar el mínimo por culpa seguramente de un guión poco inspirado. La historia de Instinto peligroso, con la premisa de unos cuantos personajes encerrados, con psicópatas vigilándolos y el tipo salvador que es mucho más de lo que parece, no es algo nuevo, pero quizá en otras manos diferentes de las de David Hackl (La hija del lobo) hubiera encontrado un punto de originalidad. El reparto es apañado, con un Scott Eastwood que crece por momentos, pero que aquí hubiera requerido un papel algo más rico en matices ¡y no precisamente el de alguien que no siente nada! Terrible resulta por otra parte ver el lamentable estado de Famke Janssen, que tiene que lidiar con un insulso papel de comparsa, algo parecido al que tiene Mel Gibson como psiquiatra.