El kilómetro cero del Girona y el fenómeno Daley Blind confluyen en la otra Rambla de Cataluña | Relevo
GIRONA FC

El kilómetro cero del Girona y el fenómeno Daley Blind confluyen en la otra Rambla de Cataluña

La historia del club gironí está estrechamente ligada a una de las calles más representativas del centro de la ciudad.

La tienda del Girona en La Rambla de la Llibertat. /RELEVO
La tienda del Girona en La Rambla de la Llibertat. RELEVO
Marc Mosull

Marc Mosull

La Rambla de Barcelona es una de las calles más emblemáticas de la Ciudad Condal, históricamente el gran eje cultural de la localidad, ahora tomada por los turistas que beben sangría en sus terrazas y se detienen a visitar la macrotienda que inauguró allí el FC Barcelona en 2019 a la caza de un souvenir. Con permiso del Camp Nou, la Rambla ha sido y es el corazón del barcelonismo -doctrina imperante en la sociedad catalana- que late con fuerza desde hace más de un siglo.

En la parte más alta de la Rambla es donde los azulgranas celebran sus títulos desde tiempos casi inmemoriales, en Canaletas. Cuando no existía Internet ni teletexto, los culés se agolpaban a las puertas del diario deportivo La Rambla, localizado enfrente de la fuente mágica, que tenía por costumbre rotular los resultados de los partidos en una pizarra. Así se enteraban de si su equipo había ganado, y allí mismo lo celebraban. Además, a escasos cinco minutos andando, se fundó en 1899 el FC Barcelona, en el antiguo Gimnasio Soler.

La otra rambla, en Girona

La preciosa Girona, el segundo polo futbolístico catalán en la actualidad, también goza de su propia Rambla, y, como sucede en Barcelona, condensa la historia del Girona CF como ningún otro lugar en la ciudad. Oficialmente, se la conoce como La Rambla de la Llibertat, y es una pequeña calle peatonal de apenas 250 metros que sirve como puerta de entrada al casco antiguo. Se ubica entre el puente de piedra y el de les Peixateries Velles, casi siempre repleto de visitantes haciéndose selfies, especialmente durante el atardecer. Ambos cruzan el río Onyar. Este último, de color rojo y construido por el ingeniero de la torre Eiffel, se ha convertido en todo un símbolo de la localidad.

"La Rambla de Girona era el centro neurálgico de la vida en la ciudad. Un punto de encuentro, un sitio donde la gente paseaba y se reunía para hablar de todo, también de fútbol. Estaba lleno de cafés, como Can Norat, y terrazas donde se juntaban sus habitantes para charlar y socializar. También se hacía el mercado semanal", cuenta Albert Mateos Poch, gironí y socio del Girona desde hace casi 50 años, además de exconsejero y exencargado del área social del club. Él, que conserva en su casa fotografías y documentos antiguos de un valor incalculable, atesora un profundo conocimiento de todo lo relativo a la entidad desde sus inicios. Es algo así como el guardián de su memoria histórica.

Turistas enfrente de la tienda del Girona en La Rambla de la Llibertat.  RELEVO
Turistas enfrente de la tienda del Girona en La Rambla de la Llibertat. RELEVO

Can Norat, lugar de fundación del Girona en 1930

Es la hora del vermut y no hay hueco en las terrazas de La Rambla de la Llibertat. Entre locales, extranjeros y cicloturistas -Girona es un destino ciclista de primera línea desde que Armstrong y otro puñado de profesionales de la bicicleta se instalaron en el municipio-, ni un sitio libre. No es hora para un café de especialidad ni tampoco un xuixo, el duce típico de la ciudad, presente en cada esquina. Un paseo por los distintivos soportales de la Rambla y sus arcadas desiguales revela una placa que pasa desapercibida para los alemanes que devoran un calzone justo al lado. "El 23 de julio del año 1930, en el Cafè Can Norat de la Rambla, nació el Girona Futbol Club", es la inscripción grabada sobre el pedazo rectangular de bronce que recuerda el lugar y la fecha de nacimiento del club: el kilómetro cero de la historia del Girona FC.

Detalle de las placas que hay en el antiguo Can Norat.   RELEVO
Detalle de las placas que hay en el antiguo Can Norat. RELEVO

"El Girona nació de las cenizas de la Unió Deportiva Girona, el primer gran club de la ciudad y el que inauguró el estadio de Vista Alegre. Desapareció a finales de los años 20, y en 1930 el Girona tomó el testigo, cambiando el nombre y los colores. La UD vestía de amarillo y azul, y el nuevo equipo utilizó el blanco y rojo de la heráldica local", relata Mateos Poch sobre la fundación de una entidad que dentro de poco cumplirá su centenario. Sucedió en Can Norat, una de las cafeterías más exclusivas de la localidad, un espacio gastronómico y cultural de la época, famoso por su café y su cerveza, importada de Bélgica, además de por sus audiciones de orquestas clásicas y conciertos. Ahora, Can Norat es una pizzería. Y debajo de la placa fundacional se colocó otra en recuerdo del primer ascenso del Girona a Primera División en 2017.

"Hasta más allá de 1970, y durante 40 años o más, la sede social del club estuvo también en la Rambla, encima del Bar Montaña. Yo recuerdo, de pequeño, ir a buscar el carnet de socio allí", rememora con nostalgia Mateos Poch. "En el balcón del edificio había dos banderas. Cuando el Girona jugaba fuera de casa y ganaba, se colgaban las dos; si empataba, solo una. Y si perdía, ninguna", y de este modo, todo el vecindario se enteraba de cómo le había ido al equipo en sus partidos a domicilio en Tercera División y Segunda B, según descubre el también impulsor del Genuine Girona FC.

Mateos Poch subraya el valor social del Bar Montaña -ubicado justo debajo de la sede social de Rambla- como foro de debate gironí: "De un modo informal, el Bar Montaña se convirtió en un espacio de reunión y de encuentro de seguidores, jugadores y directivos del Girona. Se hablaba y se discutía sobre el equipo, había ambientillo futbolero e incluso era lugar de partida hacia el estadio de Vista Alegre antes de los partidos por parte de la afición. Era un sitio especial".

El fenómeno Blind y la nueva tienda del Girona

Dejando atrás las arcadas, el paseo continúa en dirección al puente de piedra. De camino se observan un puñado de banderas del Girona colgadas de los balcones de los edificios, prueba de que el lema 'Orgull gironí' ha calado entre la vecindad. A pocos metros de la construcción que cruza el río y justo enfrente de un kiosco de los de toda la vida, con un gran letrero del Diari de Girona encima de la estructura metálica, un padre francés fotografía a su hijo junto a un escaparate de cristal del cual sobresale un escudo de grandes dimensiones del equipo. Es la tienda del Girona, inaugurada en mayo de 2023. Desde entonces, el club, que ya tenía una tienda en Montilivi, está más presente que nunca en el día a día de la localidad gironina, ubicándose, además, a escasos dos minutos a pie de su lugar fundacional.

El dorsal de Daley Blind, al lado del de Stuani.  RELEVO
El dorsal de Daley Blind, al lado del de Stuani. RELEVO

La tienda es estrecha, pero coqueta. Tiene dos plantas. No paran de entrar y salir visitantes, casi todos de fuera. Las camisetas de juego no están personalizadas, pero al fondo del mostrador, hay dos dorsales en exposición que sirven como muestra para la serigrafía del nombre y el número. Choca que al lado del dorsal de Stuani, máximo goleador histórico del Girona, aparezca el de Daley Blind, leyenda del Ajax pero recién llegado a Montilivi. "Cuando fichamos a Blind en verano coincidió que había muchísimos holandeses en la ciudad. Fue una locura, vendimos muchísimas equipaciones con su nombre", desvela un joven dependiente mientras cobra al padre del niño francés. "Desde entonces, su dorsal es de los más demandados", cierra el vendedor. "Hace diez años no había camisetas del Girona a la venta" -comentó el presidente Delfí Geli en Relevo-. Pues bien, ahora es uno de los recuerdos más cotizados para los guiris que visitan la provincia.

Plaça del Vi, la Canaletas de Girona

Saliendo de la tienda y girando la calle a mano izquierda, ya fuera de la Rambla, está la Plaça del Vi, una plaza señorial de forma rectangular, también con soportales, donde se encuentra la casa consistorial. Allí es donde el Girona festeja sus logros, es la fuente de Canaletes gironina. Especialmente recordada es la celebración del último ascenso a Primera División en 2022, conjunta entre el equipo de futbol y el Bàsquet Girona -subieron el mismo día-. El abrazo entre Marc Gasol y Stuani en el balcón del Ayuntamiento es ya patrimonio de la ciudad.

"Yo guardo un recuerdo muy especial de la celebración del ascenso de 2017 porque yo era consejero del club y viví el festejo desde el balcón del Ayuntamiento. En un segundo plano, pero con todos los futbolistas, cuerpo técnico y directivos", evoca con una sonrisa Mateus Poch, el cuidador de la memoria histórica del Girona.

En unas semanas, aficionados y jugadores podrán volver a la Plaça del Vi para celebrar la mejor temporada en casi 100 años de vida de un club nacido en La Rambla de la Llibertat, corazón de la ciudad de Girona y de su equipo de fútbol. Y en verano su tienda se volverá a llenar de holandeses para comprar la camiseta de Blind, con el parche de la Champions.