Déjà Vu (2006), de Tony Scott

Este film de sofisticadas invenciones tecnológicas, surgió curiosamente de la utilización de nuevas tecnologías. Terry Rossio, coguionista de grandes éxitos como Shrek y Piratas del Caribe: La madición de la Perla Negra, conversaba en un chat de internet con aspirantes a escritores, intercambiando puntos de vista, cuando apareció Bill Marsilli, un prometedor escritor. Ambos se compenetraron tan bien que estuvieron años intercambiando ideas para guiones, por correo electrónico, pues Terry vivía en Los Ángeles y Bill en Nueva York. Así surgió esta historia tan poco convencional, para la que ambos escribieron escenas por separado. Finalmente, acabaron unificándolas para enviarle el borrador a Jerry Bruckheimer.

Muchas grandes historias de amor de todos los tiempos han pasado a la historia por su trágico final, marcado por la muerte. En Déjà Vu tiene un gran peso la trama romántica, pero es muy original, pues Doug Carlin conoce a Claire Kuchever un poco tarde, cuando ésta ha muerto. Por una serie de giros en la trama, Carlin tendrá la oportunidad de enamorarse de Claire, e incluso de hacer algo para evitar desesperadamente su triste final. "Es una historia de amor al revés, parece un poco complicado, pero con Bruckheimer y Tony Scott en el proyecto, sabía que saldría bien", explica Denzel Washington. "Lo más importante del film es la historia de amor. De hecho, Tony Scott y yo no hacemos un film de amor desde Top Gun. Ídolos del aire", explica Bruckheimer.

Tony Scott fue el primer cineasta que rodó en Nueva Orleáns, tras el desastre del Katrina. "La gente que conocí allí luchaba por recuperar sus vidas. Fueron mi gran fuente de inspiración", explica Denzel Washington. Se llegó a rodar el desfile nocturno del primer Mardi Grass, después del Katrina. "Era un estallido de alegría a pesar de las desgracias", explica Tony Scott.