Cyle Larin, jugador del Real Mallorca, en la ciudad deportiva Antonio Asensio. | Miquel Àngel Cañellas

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Como toda Mallorca, Cyle Larin (Brampton, Ontario, 1995) sueña con la Copa del Rey. El delantero canadiense, uno de los hombres fuertes del equipo durante el torneo, fantasea con ganar su primer título en el fútbol español tras poco más de ocho meses en el club. En su caso, ya ha vivido experiencias similares a la que le esperan este fin de semana en Sevilla a él y a sus compañeros, aunque reconoce que el de La Cartuja será uno de los partidos más importantes de una carrera que en poco tiempo ha transitado por cuatros países distintos. Sabe que no afrontan la final como favoritos, pero tampoco le incomoda el papel de secundario que el conjunto balear ha interpretado tan bien hasta ahora y reconoce, tras una gigantesca sonrisa, que sería muy especial marcar un gol este sábado.

Desde que aterrizó en Son Sant Joan a principios de agosto Larin no había concedido entrevistas. Aún no habla castellano y ha centrado sus fuerzas en un proceso de adaptación al equipo que tampoco ha resultado sencillo. Sin embargo, tiene las ideas muy claras y sus mensajes son muy directos. «Va todo bien, preparándonos para el partido. Y creo que todo el mundo está listo», afirma tras las presentaciones y las fotografías de turno. «Personalmente me siento bien, trabajando y pensando ya solo en el fin de semana. Estamos centrados en hacer bien las cosas en el partido contra el Athletic», asegura sin rodeos.

Larin sabe lo que es jugar y ganar una final de Copa. Lo hizo en 2021, durante su estancia en el fútbol turco, con la camiseta del Besiktas y en una final en la que su equipo, con él como titular, derrotó al Antalyaspor. «En Turquía tuve la suerte de jugar algunos partidos muy trascendentales», recuerda sobre esa época en la que también se alzó con la Süperlig. «Pero este va a ser uno de los más importantes en mi carrera», admite al mismo tiempo sin dudarlo.

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Si algo ha acelerado la aclimatación de Larin al Mallorca ha sido precisamente la Copa del Rey. Sus mejores fotos de la temporada están en el álbum del torneo. En Boiro, a principios de noviembre y vestido con la misma equipación turquesa que lucirá en Sevilla, marcó y celebró su primer gol con el escudo del club en el pecho. A partir de ahí, ha mostrado su mejor versión. En dieciseisavos de final sentenció al Burgos, en octavos liquidó al Tenerife en el último minuto de la prórroga y en cuartos abrió el camino contra el Girona. Le toca repetir contra el Athletic en el gran partido. «Seguro que si marco será muy diferente a la de aquel primer gol, pero sin duda sería una sensación increíble. Para mí y para los aficionados del Mallorca», reconoce. Aun así, tampoco esconde que tanto él como Muriqi y Abdón llevan demasiado tiempo sin pólvora en las botas. «Creo que lo más importante es hacer las cosas bien durante el partido, porque los goles llegarán. Sé que es un momento difícil para nosotros, pero al final lo más importante son los resultados. Más que si marcamos uno u otro. Y si seguimos trabajando como hasta ahora no habrá problema con eso porque los goles acabarán viniendo», comenta. Y aunque destaca que los tres puntas son muy diferentes, también asegura que se entiende muy bien con ambos.

Larin tiene en Javier Aguirre a uno de sus mejores punto de apoyo en la caseta. «Es un entrenador muy exigente. Siempre quiere lo mejor para ti y darte todo para que rindas», dice Larin.
Mirando solo al partido de Sevilla, a Larin no le preocupa el reparto de papeles que indica que el Athletic es quien mejor lo tiene para ceñirse la corona. «Tampoco éramos los favoritos en los otros encuentros antes de la final. Lo que quiero decir es que es solo un partido y que vamos a darlo todo para ganarlo», aclara. «El Athletic es un equipo con mucha calidad y todos sus jugadores tienen mucha calidad con el balón en los pies. Y mucha velocidad, sobre todo con los hermanos Williams por las bandas. Pero creo que tenemos que hacer lo mismo que hemos estado haciendo en los partidos anteriores. Ser competitivos y hacerlo lo mejor que sabemos», señala.

Llega la hora de acabar la charla y de que Cyle Larin traslade un mensaje a los casi 21.000 aficionados que estarán en La Cartuja. El canadiense vuelve a disparar a puerta a la primera: «¡Vamos Mallorca!».