Cintia Escamilla, la pianista poblana que busca ser la mejor del estado

El camino de Cintia Escamilla comenzó a labrarse desde que era pequeña. Rodeada por una familia apasionada de la música, que le apoyó en todo momento, ha logrado abrirse paso y colocarse como una pianista con mayor potencial a nivel estatal, con miras a seguir creciendo en los siguientes años para presentarse a nivel nacional.

A propósito del Día Mundial del Piano, que se conmemora cada 28 de marzo, Cintia Escamilla abrió las puertas de su casa a TELEDIARIO para charlar acerca de sus sueños y los retos que ha enfrentado para volverlos realidad, a base constancia, esfuerzo y sacrificio.

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Originaria de San José Boxay, localidad del municipio de Francisco I. Madero, en Hidalgo, la pianista ahora radica en el estado porque se ha convertido en lugar de acogida para mostrar su talento al público, cobijada por el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (Imacp).

“La inspiración en el piano surge de ahí, veía desde pequeña cómo mi papá tocaba, la música ya estaba dentro de mí y solo faltaba descubrir hacia dónde la quería inclinar, en mi familia soy la única pianista”, contó.

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Ella platicó que cuando era una niña siempre le llamó la atención el movimiento, el ritmo y el arte, pero fue hasta los 11 años cuando recibió su primer teclado. Sin embargo, este le exigía demasiadas horas de estudio y, a esa edad, le fue complicado soportarlo.

“Nuevamente, a los 13 años decidí que quería dedicarme a esto y comencé a tomar clases particulares por aquí y por allá en mi pueblito”, recordó.

Y entonces llegó el momento de tomar en serio su interés en el piano cuando ingresó a la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Son años, no es sencillo, para mí no lo fue y es difícil, pero es parte de un proceso. Prueba y error. Cuando tú sabes que hay algo en ti y sirves para eso, que eso es lo que siempre has querido hacer, creo que no hay nada que lo pueda detener. Puedes fallar, pero lo vas a lograr”, platicó.

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Escamilla sigue su preparación en el Benemérito Conservatorio de Música del Estado de Puebla y el fruto de tanto esfuerzo se cristalizó el pasado 18 de marzo, cuando se presentó en el Teatro de la Ciudad, en la capital poblana.

“Estos últimos tres años ha sido sorprendente porque he crecido mucho más, la gente me ha abrazado desde que llegué a Puebla. Aquí el público es diferente, la gente es cálida, la música les gusta, hay cultura y siento que es aquí a donde pertenezco”, contó.

Cintia reconoció que llegar a este punto en su carrera no le ha sido fácil, pero mantendrá el compromiso de involucrarse no solo en la música clásica, sino también en la contemporánea porque es parte de su estilo y le gusta ser “auténtica”.

“Sí, hay pocas mujeres pianistas, bueno, tal vez no son pocas, pero son menos vistas, no al igual que un hombre. Tristemente, siempre ha sido así, aunque ahora creo que menos”, apuntó.

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Y como pianista de experiencia y porque el camino que siguió no fue sencillo, dejó una última recomendación para las y los niños que piensan hacer del piano su pasión más grande en el mundo.

“A ellos les diría que nunca hay que tirar la toalla y debes dejar que las cosas fluyan, pero a veces me ha pasado, porque también doy clases, que depende de los papás, porque a veces ellos frenan las ideas o el interés por las artes al decir: mejor dedícate a otra cosa”, agregó.

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