Conrado de Monferrato, o Conrado I de Jerusalén (mediados de 1140 – 28 de abril de 1192) fue uno de los participantes más importantes de la Tercera Cruzada. Conrado fue de iure rey de Jerusalén, por su matrimonio con Isabel de Jerusalén, desde el 24 de noviembre de 1190, aunque no fue oficialmente elegido rey hasta 1192, unos días antes de su muerte.
Conrado fue el segundo hijo del marqués Guillermo V de Montferrato el Viejo, y su esposa Judit de Babenberg. Fue primo de Federico I Barbarroja, Luis VII de Francia y Leopoldo V de Austria.
El hermano de Conrado Bonifacio fue el líder de la Cuarta Cruzada y un notable mecenas de trovadores, al igual que su hermana Azalaïs marquesa de Saluzzo. Su hermano menor, Rainiero, fue yerno del emperador bizantino Manuel I Comneno, mientras que el mayor, Guillermo fue el primer marido de Sibilla y padre del rey Balduino V de Jerusalén. Conrado también fue marqués de Montferrato, aunque el marquesado lo gobernó su hermano Bonifacio hasta que lo heredó en 1191 por la muerte de Conrado. La heredera de Conrado nació algunos meses después de su muerte: una niña llamada María que se convirtió en reina de Jerusalén a los trece años, tras la muerte de Isabel.
Lucha por la Corona del Reno de Jerusalén
En el verano de 1188, Saladino puso a la venta al cautivo Guido de Lusignan, el marido de la reina Sibila de Jerusalén. Un año después, en 1189, Guido, acompañado por su hermano Godofredo, apareció en Tiro reclamando a Conrado que le entregase las llaves de la ciudad. Conrado se negó y declaró que Guido había perdido su derecho a ser rey de Jerusalén en la batalla de los Cuernos de Hattin. Conrado aseguró que mantenía la ciudad hasta la llegada de los reyes desde Europa. Para esto, invocó los términos expresados en la última voluntad de Balduino IV, términos rotos por Guido y Sibila: en el momento de la muerte de su sobrino Balduino V, este expresó su deseo de que fuesen sus más directos herederos los que ejerciesen la regencia hasta que la sucesión fuese posible, siendo ejercida por Enrique II de Inglaterra, Felipe II de Francia y Federico I Barbarroja. Conrado no permitió a Guido y Sibila entrar en la ciudad, aunque les permitió acampar a las afueras de la ciudad.
Conrado fue persuadido por su primo, Luis III Landgrave de Turingia, a unirse a Guido en el asedio de Acre en 1189, durante la Tercera Cruzada. El asedio finalizó dos años después. En el verano de 1190, Conrado viajó a Antioquía para llevar a un joven pariente suyo, Federico VI de Suabia, a salvo junto a los restos del ejército imperial de Federico Barbarroja.
Guido de Lusignan era rey de Jerusalén únicamente por su matrimonio con Sibila. Pero cuando Sibila y sus hijas murieron por enfermedad ese año, Guido se negó a entregar la corona. La heredera del reino de Jerusalén era Isabel, medio hermana de Sibila, que estaba casada con Hunfredo IV de Torón. Sin embargo, Conrado contaba con el apoyo de la madre de Isabel, María Comneno, y de su padrastro Balián de Ibelín, así como el de Reinaldo de Châtillon y otros nobles de Outremer. Consiguieron que se anulase el matrimonio de Isabel alegando que era menor de edad cuando se desposó y que, por tanto, no le era posible dar su consentimiento. Entonces Conrado se casó con Isabel (24 de noviembre de 1190), lo que provocó rumores de bigamia, ya que aún seguía casado con Teodora. Sin embargo, Choniates, que solía denunciar con dureza cualquier irregularidad marital o sexual, no hace mención de ello. Esto podría indicar que el divorcio de Conrado ya se había efectuado en Bizancio antes de 1190; lo que por otra parte explicaría el que ya no regresase nunca más. También hubo objeciones al matrimonio desde el punto de vista del derecho canónico, ya que un hermano de Conrado había estado casado con una medio hermana de Isabel, y la ley de la Iglesia igualaba este parentesco al de sangre. Sin embargo, el legado papal, Ubaldo Lanfranchi, Arzobispo de Pisa, dio su aprobación (ante esto sus opositores denunciaron que el arzobispo había sido sobornado). El matrimonio fue oficiado el 24 de noviembre de 1190 por Felipe de Dreux, Obispo de Beauvais e hijo del primo de Conrado, Roberto I de Dreux. Desde ese momento Conrado se convirtió de jure en rey de Jerusalén. Sin embargo, había sido herido en batalla tan solo nueve días antes, y tras la boda regresó a Tiro con la novia para recuperarse. Regresó al asedio de Acre en primavera, protagonizando un infructuoso ataque contra la Torre de las Moscas, en la entrada del puerto.
Como Guido era vasallo del rey inglés Ricardo Corazón de León por sus posesiones en Poitou, Ricardo le apoyaba en la disputa, mientras que Conrado estaba siendo apoyado por sus primos el duque Leopoldo V de Austria y el rey Felipe II de Francia. Conrado ejerció de jefe de la negociación durante la entrega de Acre, e izó los estandartes de rey en la ciudad. Posteriormente, las dos partes llegaron a un acuerdo: Guido era confirmado como rey, y Conrado era nombrado su heredero. Conrado consiguió retener en su poder las ciudades de Tiro, Beirut y Sidón, mientras que, como heredero, recibiría Jerusalén a la muerte de Guido. En julio de 1191, su primo el rey francés, Felipe II, decidió regresar a Francia. Pero antes devolvió a Conrado la mitad del tesoro saqueado en Acre, además de todos los prominentes musulmanes retenidos como rehenes. El rey Ricardo le pidió a Conrado ayuda contra sus enemigos, pero Conrado le dio largas todo lo que pudo. Cuando finalmente Conrado cedió (ya que Ricardo era el nuevo líder de la Cruzada), Ricardo había matado a todos los rehenes. Conrado no se unió a Ricardo en su campamento del Sur, sino que prefirió permanecer con su esposa Isabel en Tiro, creyendo que su vida estaba en peligro. Aproximadamente fue por estas fechas cuando el padre de Conrado falleció.
Durante aquel invierno, Conrado, sospechando que el próximo movimiento de Ricardo iba a ser intentar recuperar Tiro para Guido, entabló negociaciones con Saladino. Su principal objetivo era ser reconocido como gobernante del norte del reino de Jerusalén, mientras que Saladino (que simultáneamente estaba negociando con Ricardo un posible matrimonio entre su hermano Al-Adil y la hermana viuda de Ricardo, Juana) esperaba que Conrado abandonase a los Cruzados. La situación dio un giro cuando el enviado de Ricardo, Hunfredo de Torón (el exmarido de Isabel), sorprendió al enviado de Conrado, Reginaldo de Sidón, negociando con Al-Adil. Parece que finalmente Conrado no llegó a ningún acuerdo, mientras que Juana se negó a casarse con un musulmán.
Asesinato
Conrado no llegó a ser coronado. Durante las últimas horas de la mañana o primeras del mediodía del 28 de abril, Isabel, que estaba embarazada, regresaba tarde de los baños turcos para almorzar con él, así que Conrado fue a comer a la casa de su familiar y amigo Felipe, el obispo de Beauvais. El obispo ya había almorzado, así que Conrado se dispuso a regresar a su casa. Durante el camino fue atacado por dos Hashshashin que le apuñalaron al menos dos veces, en el costado y en la espalda. Sus guardaespaldas mataron a uno de los atacantes y capturaron al otro. No se sabe cuánto tiempo permaneció con vida Conrado tras el ataque. Algunas fuentes señalan que murió en la escena del ataque, o en las cercanías de una iglesia cercana. Por su parte, los cronistas de Ricardo afirman que fue llevado con vida a su casa, donde recibió la extremaunción, y allí instó a Isabel a entregar la ciudad únicamente a Ricardo o su representante. Esta versión es menos creíble por la propia relación de rivalidad que mantuvieron ambos durante años. Conrado fue enterrado en Tiro, en la iglesia de los Hospitalarios.