LA FUNDADORA

Gabrielle Chanel

\u0022Que mi leyenda siga su camino. Le deseo una buena y larga vida\u0022.*

* Paul Morand, The Allure of Chanel © 1976, Hermann, www.editions-hermann.fr© Man Ray Trust / ADAGP París 2016

Gabrielle Chanel vivió su vida como ella quería. Las dificultades a las que se enfrentó como joven huérfana y sus éxitos como mujer de negocios consagrada hicieron de ella una persona extraordinaria, atrevida, libre y adelantada a su tiempo. Sus fieles amistades y sus amores apasionados, así como su sed de cultura, descubrimiento y viajes, contribuyeron a formar su personalidad. Un vestuario liberado de restricciones y superfluidad, ajustado con acentos masculinos, creó un atractivo visionario que se ha convertido en atemporal y salvajemente moderno. Las perlas y los diamantes unidos alegremente a perfumes icónicos han creado un estilo característico... El de una mujer vanguardista, una pionera cuyo estilo de vida y múltiples facetas forjaron los valores de la Maison que fundó, y que sigue siendo una inspiración para todas las mujeres.

Coco en palabras

liberada

Gabrielle Chanel y su perro Gigot en La Pausa, 1930

La volvemos a ver en 1930, con pantalones y una camiseta de rayas marineras, con su pelo corto al viento. Ya hacía tiempo que Gabrielle no hacía las cosas como los demás. Ya hacía tiempo que había descubierto la felicidad de dejar que la caricia del sol bronceara su piel en las playas del Lido, Venecia, en 1920, en compañía de Misia Sert. Una vida al aire libre, marcada por el descubrimiento del deporte y el ocio, que ella disfrutaba con placer: golf, esquí, regatas de yates, pesca, etc.\u000d\u000aY por supuesto, la equitación, una pasión que comenzó con Étienne Balsan en 1906 y continuó con Boy Capel, un distinguido jugador de polo, y el duque de Westminster.

Estas actividades le inspiraron a crear un vestuario que aún no se conocía como ropa deportiva, pero que sentó una base más actual que nunca. \u0022Inventé el traje deportivo para mí\u003b no porque otras mujeres hicieran deporte, sino porque yo lo hacía. Yo no salía porque necesitaba diseñar vestidos, diseñaba vestidos precisamente porque salía, porque vivía por mí misma la vida del siglo\u0022*.\u000d\u000a* Paul Morand, The Allure of Chanel © 1976, Hermann, www.editions-hermann.fr

Gabrielle Chanel y su perro Gigot en La Pausa, 1930

Instintiva

Mademoiselle Chanel trabajando, 1937

Su primera sombrerería, que abrió en 1910 y atrajo a toda la ciudad de París, fue la piedra angular de su legado. Dos años más tarde, su instinto la hace percibir el auge de las ciudades balneario, por lo que estableció una segunda Boutique en Deauville.

Fue entonces en Biarritz, otra ciudad que pronto se pondría de moda, donde abrió su Maison de Couture en 1915. Gabrielle Chanel se hizo cargo del número 31 de la Rue Cambon en 1918. Entonces creó en 1921 N°5, el primer perfume realizado por una diseñadora, que revolucionó los códigos de la perfumería de la época con su estela y su refinado frasco. En 1937, ella misma posó para crear anuncios, otro acto de audacia e innovación... Y luego, la colección de Joyería \u0022Bijoux de Diamants\u0022 de 1932, que encendió la chispa del escándalo en el discreto mundo de la Joyería y mostró, una vez más, cómo ella lograba dejar desfasado todo lo creado anteriormente, además de la gran empresaria que era, la primera de su campo en constituir una empresa independiente e internacional. Una empresaria cuyo agudo instinto nunca falló.

Mademoiselle Chanel trabajando, 1937

Visionaria

Gabrielle Chanel en el jardín de la villa La Pausa en Roquebrune, 1938.

El punto, la camiseta de rayas marineras, el traje y la chaqueta de tweed, los twin-sets de punto, el vestidito negro, los zapatos de salón bicolores, el bolso de hombro de piel acolchada, los collares de perlas... Gabrielle Chanel inventó una esencia y creó una gramática de estilo, una referencia eterna en el vestuario contemporáneo.

Su visión de un armario sencillo con líneas discretas y refinadas, y, lo más importante, que no limitara el movimiento de las mujeres y se adaptara a su vida diaria, fue la antesala de otras innovaciones.\u000d\u000aElla, primera diseñadora en crear un perfume en 1921, tenía el instinto que la ayudaría a conquistar el mundo. Una vez dijo: \u0022El perfume es el lujo\u0022.* Para su Joyería, no dudó en liberarse una vez más de lo superfluo, aligerar los engastes rígidos e inventar formas de lucirla en el cabello. Despojar a las más valiosas joyas de su naturaleza sagrada fue otro acto de modernidad sorprendente. Gabrielle Chanel también fue innovadora en su forma de hablar a las mujeres. Cuando aceptó trabajar en Hollywood y vestir a actrices estadounidenses en 1931, fue porque comprendió, como ella misma dijo, que \u0022es a través del cine como la moda puede imponerse hoy en día\u0022.**\u000d\u000a* Respuesta a una entrevista con Jacques Chazot para el programa DIM DAM DOM, vídeo de Guy Job, 1969\u000d\u000a** La Revue du Cinéma, 1 de septiembre de 1931

Gabrielle Chanel en el jardín de la villa La Pausa en Roquebrune, 1938.

Libre

Gabrielle Chanel en su villa La Pausa, 1938

\u0022Soy el único cráter volcánico de Auvergne que no se ha extinguido\u0022, bromeaba Gabrielle Chanel. Una de las características del temperamento ardiente de la diseñadora consistía en no dejarse limitar nunca por nadie, y mucho menos por los hombres. He aquí una de las paradojas de esta gran amante. Gabrielle Chanel era tan independiente en su vida personal como en la profesional.

Aunque al principio recibió el apoyo económico de Boy Capel, que la ayudó a abrir su sombrerería parisina en 1910 y la Boutique de Deauville en 1912, Gabrielle insistió en devolverle cada céntimo. Una cuestión de principios, así como casi un instinto de supervivencia: no depender de nadie, nunca, y permanecer libre costara lo que costara. Impulsada por este mismo deseo de libertad, se convirtió en la propietaria de la villa Bel Respiro en Garches, cerca de París, y mandó construir la villa La Pausa en Roquebrune Cap-Martin, en la Riviera francesa. Y, por supuesto, instaló sus apartamentos en el número 31 de la Rue Cambon en París. Ser libre e independiente fue uno de los mejores ejemplos que dio a las mujeres.\u000d\u000a* Paul Morand, The Allure of Chanel © 1976, Hermann, www.editions-hermann.fr

Gabrielle Chanel en su villa La Pausa, 1938

Mecenas

Gabrielle Chanel y su amigo el bailarín, Serge Lifar, 1937

\u0022Es de los artistas de quienes he aprendido el rigor\u0022.* Mecenas, musa y a veces auténtica mentora, diseñadora de vestuario para teatro, ballet y cine, ávida lectora y apasionada por el arte barroco y bizantino y la cultura eslava, Gabrielle Chanel cultivó amistades muy estrechas con muchos artistas. Misia Sert, su mejor amiga, la introdujo en este mundo de constante creatividad. Juntas, sus caminos se cruzaron con los de Diaghilev, Cocteau, Stravinsky y Dalí... Gabrielle Chanel apoyó económicamente a los Ballets Rusos de Diaghilev y diseñó el vestuario de su obra Le Train Bleu (El tren azul). Para Cocteau, que la consideraba \u0022la mejor modista de su época\u0022, diseñó los trajes de sus obras Antígona, Orfeo y Edipo Rey. Invitó a Stravinsky a su villa Bel Respiro y apoyó sus obras musicales.

En cuanto a Salvador Dalí, Gabrielle Chanel le cedió su villa La Pausa durante más de seis meses en 1938 para que pudiera trabajar en una exposición de pinturas que exhibió en Nueva York al año siguiente. El bailarín Serge Lifar, Jacques Lipchitz y Picasso también estaban entre sus amigos cercanos, al igual que los poetas Pierre Reverdy y Max Jacob y el escritor Paul Morand, que le dedicó un libro, The Allure of Chanel, y se inspiró ligeramente en su relación con Boy Capel para escribir su novela Lewis et Irène. \u0022Ella, por algún tipo de milagro, se dedicaba a la moda siguiendo reglas que parecían aplicarse solo a pintores, músicos y poetas. Impuso lo invisible, impuso la nobleza del silencio en el furor de la alta sociedad\u0022,** declaró Jean Cocteau. Gabrielle, una artista entre artistas.\u000d\u000a* Paul Morand, The Allure of Chanel © 1976, Hermann, www.editions-hermann.fr\u000d\u000a** Con el agradecimiento al comité Jean Cocteau

Gabrielle Chanel y su amigo el bailarín, Serge Lifar, 1937

Lectora

Gabrielle Chanel en su apartamento, 31 rue Cambon, en París, 1937

\u0022Los libros han sido mis mejores amigos\u0022, le confió Gabrielle a Paul Morand un día. Nunca la dejaron, empezando por su lectura de los Salmos en la Abadía de Aubazine. En sus apartamentos de la Rue Cambon, los estantes cedían por el peso de los libros. Uno de ellos se quedó abierto junto a un par de gafas... Tumbada en su sofá de ante beige, sobre sus almohadas acolchadas, Gabrielle leía de todo.

Sófocles, Homero, Plutarco y Virgilio se exhiben junto a Rabelais, Dante, Shakespeare y Montaigne. La Bruyère, Molière, Cervantes permanecen al lado de Rousseau, Voltaire y Pascal. También encontramos a Proust, Brontë, Stein, Dostoievski y Tolstói. Y, por supuesto, los poetas: Rilke, Baudelaire, Apollinaire, Verlaine, Cocteau, Max Jacob y Reverdy.\u000d\u000a* Paul Morand, The Allure of Chanel © 1976, Hermann, www.editions-hermann.fr

Gabrielle Chanel en su apartamento, 31 rue Cambon, en París, 1937

Mentora

La actriz Jeanne Moreau y Gabrielle Chanel en Hollywood, 1960

Gabrielle ayudó a revelar talento. De manera natural conectó a sus amigos, inventando la noción de red de contactos de una manera precoz.\u000d\u000aEn 1936, presentó al joven Luchino Visconti al director Jean Renoir quien, viendo inmediatamente el potencial de este joven aristócrata italiano loco por el cine, lo contrató como asistente de dirección.

Unos años más tarde, Visconti envió a Franco Zeffirelli a París y pidió a Chanel que le ayudara a entrar en el mundo del cine francés. Chanel le presentó a Brigitte Bardot y Roger Vadim, lanzando así la carrera del director italiano.

La actriz Jeanne Moreau y Gabrielle Chanel en Hollywood, 1960

Amante de las artes

Gabrielle Chanel con sus biombos de laca Coromandel - 31 rue Cambon, en París, 1937

Aprender, descubrir, nutrir tanto su alma como su creatividad a través de las artes: este fue un lema que Gabrielle Chanel mantuvo toda su vida. Apasionada por la pintura, la escultura, la arquitectura y la historia, Gabrielle se enamoró de la cultura y el encanto eslavos en compañía del gran duque Dimitri Pávlovich. A partir de entonces, blusas de estilo ruso, pellizas, cabujones multicolores y cruces bizantinas adornaron sus colecciones.

Acompañada por José María Sert, marido de su amiga Misia, viajó por Roma y Venecia y le cautivaron la belleza de las iglesias y la magnificencia del arte barroco. Los patrones de la Antigüedad, así como la adoración del oro, aparecieron orgánicamente en su vocabulario estilístico. En su casa, Gabrielle coleccionaba biombos chinos de laca Coromandel (poseía aproximadamente una treintena de ellos, ¡una rareza!) que también le sirvieron de inspiración. Los templos dedicados al lujo que creó en sus casas y apartamentos sin preocuparse por combinar perfectamente los estilos y las épocas es una fuente infinita de creatividad: las bolas de cristal de roca, los candelabros colgantes, los opulentos espejos, los colores discretos, los acentos de bronce y el matrimonio de Oriente y Occidente son algunas de las muchas influencias que se encuentran en el estilo de CHANEL.

Gabrielle Chanel con sus biombos de laca Coromandel - 31 rue Cambon, en París, 1937

Vanguardista

Gabrielle Chanel en el jardín de su villa La Pausa, 1938

Rompió códigos, derribó fronteras de género para dar paso a un futuro clásico de la moda, el del \u0022masculino-femenino\u0022. Gabrielle Chanel se atrevió con todo. Se apropió del tweed de la ropa masculina y convirtió el humilde tejido de punto en un material privilegiado, diseñó pijamas de playa y vestidos que borraban la cintura.

No tenía miedo de nada cuando decidió: \u0022Estos colores son imposibles. Voy a vestir a estas mujeres de negro\u0022. Transgresora en su estilo, su moda y su personalidad. Con su pelo corto, se bronceaba al sol y se inspiraba en las chaquetas que llevaban los mozos en los circuitos de carreras para crear el efecto acolchado de sus icónicos bolsos. Con entusiasmo, se precipitó por las pistas de esquí, pescó, jugó al golf o galopó durante horas. Nunca le dieron miedo los titulares ni causar sensación por sus amantes, su actitud independiente y su espíritu libre, y mucho menos por su compromiso con el trabajo duro y su lucha por ser la única en decidir sobre su propio destino, la única en dirigir su propio negocio. En el artículo We nominate for the Hall of Fame en junio de 1931, Vanity Fair resumió su estilo así: \u0022Gabrielle Chanel ha sido la primera en aplicar los principios de la modernidad a la moda, ya que entre sus amigos se encuentran algunos de los hombres más influyentes de Francia y combina un agudo sentido de los negocios con una increíble generosidad y un entusiasmo por las artes tanto imaginativo como genuino\u0022. Vanguardia en todos los sentidos.\u000d\u000a* Paul Morand, The Allure of Chanel © 1976, Hermann, www.editions-hermann.fr

Gabrielle Chanel en el jardín de su villa La Pausa, 1938

Suerte

Huella de la mano izquierda de Gabrielle Chanel, con su firma.

Al crear N°5, su primer perfume, Gabrielle Chanel tuvo que elegir entre varias muestras de trabajo y se decantó por la quinta que se le presentó. A la pregunta \u0022¿Cómo debería llamarlo?\u0022, se respondió: \u0022Presentaré mi colección de cinco vestidos el 5 de mayo, el quinto mes del año. Por lo tanto, lo llamaremos como el número que lleva, y el número 5 le traerá suerte.\u0022 La suerte fue el tema de una nota que Jean Cocteau le escribió un día... Son la suerte y la buena fortuna las que ella invoca al apreciar el simbolismo de la espiga de trigo, fundida en el bronce de la base de una mesa de café por el orfebre Robert Goossens en su apartamento de la rue Cambon, o dibujada por Salvador Dalí para ella.

Gabrielle, supersticiosa... Aunque solo ella forjó su destino, la diseñadora prestó atención a los signos y símbolos durante toda su vida. Por lo tanto, su cumpleaños, el 19 de agosto, se convirtió en otra fragancia legendaria, la N°19. Y el león, en honor a su signo astrológico Leo, se encontraba en muchos objetos que nunca la abandonaron. El animal se instaló con presencia real en su apartamento en 31 rue Cambon... En cuanto al símbolo de la estrella, pavimentado en las baldosas del suelo de Aubazine, la siguió durante toda su vida y se transformó en una llamativa estrella de diamantes en su colección de joyas \u0022Bijoux de Diamants\u0022, presentada en 1932.\u000d\u000a* Ernest BEAUX, Souvenirs d'un parfumeur (Recuerdos de un perfumista), Industrie de la Parfumerie, volumen 1, N.o 7, octubre de 1946, pp. 228-231.

Huella de la mano izquierda de Gabrielle Chanel, con su firma.

Coco por artistas

cuando Coco conoció a CHANEL

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