Es difícil no amar a Hollywood por sus clichés, pero más difícil es no amar al cine en general por sus gags internos cuando nos topamos con películas como Clouds of Sils Maria, dirigida por el francés Olivier Assayas (Paris, je t’aime, Clean).
Mejor conocida en América Latina como ‘El otro lado del éxito’, Clouds es una película que retrata las vicisitudes que atraviesan las actrices al llegar a cierta edad, reflejadas en la piel de Maria Enders (Juliette Binoche), una actriz francesa en sus 50, muy famosa tanto en Europa como en Hollywood. La edad, el amor por el cine clásico y la angustia de tener que evolucionar y adaptarse para no ser dejado atrás en el mundo superfluo del cine; ponen en crisis a María; su carrera despegó sin mucho esfuerzo y sin ser conocida cuando tenía sólo 18 años, interpretando a Sigrid, una joven que destruye la vida de Helena, una mujer del doble de su edad que se obsesiona con ella.
La trama de la película comienza a desenvolverse cuando a Maria Enders le ofrecen interpretar al personaje de Helena en un remake, y la actriz se rehúsa a interpretarla, no sólo porque aborrece al personaje, sino porque considera que nadie entenderá a Sigrid mejor que ella. Tampoco soporta la idea de que alguien más joven y sin experiencia la interprete, destapando así las inseguridades que la actriz recolectó durante su carrera.
Durante su indecisión de si interpretar o no a Helena, su asistente Valentine (Kristen Stewart) la motiva a que lo haga, mientras la joven juega a ser a Sigrid para ayudar al personaje de Binochette. En ese preciso momento es cuando Assayas empieza a jugar con nuestra percepción, introduciéndonos en escenarios lúdicos del personaje dentro del personaje: Binoche interpretando a Maria, Maria interpretando a Helena.
Paralelamente, otras vinculaciones entre los personajes dan cuenta de esta dinámica: Kristen -otra figura joven femenina que representa todo lo que odia Enders- alabando al personaje de Chloë Grace Moretz, quien justamente interpreta a una actriz con tintes de la incómoda vida que Stewart tuvo hace unos años atrás, durante la etapa Twilight, cuando el interés de Hollywood estaba puesto en su vida amorosa y no es su carrera.
Y como si las ironías y las analogías hacia la industria del cine no fuesen suficientes en este film, la actuación de Kristen Stewart, una actriz mil veces bastardeada injustamente por su aparente falta de carisma en la actuación, logró ganar The César Award (el equivalente al Oscar francés) como mejor actriz secundaria, convirtiéndose en la primera actriz estadounidense en la historia en obtener el premio.
Es difícil seguirle el ritmo a la profundidad de los diálogos cuando los personajes comienzan a borrar sus límites; cuando no sabemos si Maria le habla a Valentine como su asistente, como alguien que lee las líneas de Sigrid, o como simplemente una joven que representa todo lo que, tanto la actriz como su personaje, desprecian como consecuencia de todo lo que la edad y el tiempo le ha dado y a la vez le ha quitado.
A pesar de su dinámica levemente superficial, sus personajes no están atados al melodrama, sino que se preocupa en explicar la paradoja de la autopreservación en una industria codependiente de la imagen y de las relaciones públicas. Clouds of Sils Maria es ese tipo de film que te deja pensando al mejor estilo de Inception, cuando su final no es claro y las líneas se desdibujan: cuál es la capa, cuál es el nivel de todas las historias, de todos los personajes. Y así es como Assayas busca que el espectador salga de la sala replanteándose lo que acaba de ver y logre descubrir una nueva visión sobre el mundo y los altibajos de la industria del cine.
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