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Muere Clint Walker, a�orado vaquero solitario

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Ten�a 91 a�os y a�n se le recordaba como uno de los rostros m�s carism�ticos del g�nero vaquero, en todas sus calidades

Hace un cuarto de siglo que Clint Walker -fallecido recientemente- se asom� por �ltima vez a la peque�a pantalla, en una entrega de Vacaciones en el mar. Pero los amantes del western de bajo presupuesto prefieren recordarle como Yellowstone' Kelly de Emboscada (Gordon Douglas, 1959). Era aquel un trampero del sur de Misuri, al que los sioux respetaban y dejaban operar en su territorio.

No faltar�n quienes prefieran recordar a Walker como el Samson Posey de Doce del pat�bulo (Robert Aldrich, 1967), el gigante de aquellos condenados que con su misi�n suicida brindaron a la afici�n una de las m�s queridas haza�as b�licas. En efecto, Walker fue un actor entra�able. Muy querido por los ni�os de los a�os 60, que tuvieron en �l a uno de esos tipos tan corpulentos como bonachones que constituyeron un peque�o arquetipo del cine de acci�n.

Sin embargo, a Walker su gran personaje le fue dado por la televisi�n: el Cheyenne Body de Cheyenne. Este cowboy solitario, toda una trasposici�n del caballero andante al western, reci�n acabada la guerra de secesi�n estadounidense recorr�a el oeste haciendo valer la justicia entre los colonos y los forajidos, los indios y los pioneros.

El futuro actor naci� en Illinois en 1927 y sus comienzos en la vida bien hubieran podido ser los de cualquiera de sus personajes. Tras abandonar la escuela con 16 a�os, pas� un tiempo enrolado en la marina mercante. Concluida la guerra se emple� en una petrolera de Texas y en una agencia de detectives californiana, entre otras ocupaciones, a cu�l m�s dispar, antes de ganar un concurso convocado por la Warner.

Ya popular en la antena de su pa�s merced a Cheyenne Body, lleg� al cine para recrear al mismo personaje en The Travelllers (Richard L. Bare, 1957). Con Gordon Douglas trabaj� por primera vez en Quince balas (1958). En aquella ocasi�n la chica fue, ni m�s ni menos, que Virginia Mayo. Celia Gray era el nombre de su personaje. Requien to Massacre (1960) fue otro western B debido al gran George Waggner. Al punto, de nuevo a las �rdenes de Douglas, lleg� El oro de los siete santos (1961).

De ah� que despu�s de tanto western se hiciera raro encontrar al actor recreando al Bert de No me mandes flores (1964), una cinta de Norman Jewison al servicio de Doris Day y Rock Hudson, una de las parejas favoritas del p�blico en la comedia rom�ntica del momento.

Doce del pat�bulo devolvi� a Walker a donde sol�a. Eugenio Mart�n lo trajo a Espa�a para protagonizar -junto a Telly Savalas, Anne Francis y otras glorias del Hollywood pret�rito ya en decadencia-, El desaf�o de Pancho Villa (1972). El resto, pr�cticamente, fueron esas apariciones televisivas por las que discurre el oto�o de tantas viejas glorias de la gran pantalla. En el caso de Walker hay que dar noticia de sus apariciones estelares en series como Centennial (1978-1979).