Ciudad de mentiras (2018), de Brad Furman

Película basada en hechos reales documentados en un libro de Randall Sullivan, da cuenta de las investigaciones policiales del detective Russell Poole en la ciudad de Los Ángeles, en el marco de las con frecuencia polémicas actuaciones de los agentes del orden, en que la población afroamericana sufre las mortales consecuencias con los consiguientes disturbios de protestas antirracistas.

El film trenza hilos narrativos en distintas épocas, con el conductor de las indagaciones de un periodista llamada Jack Jackson en la actualidad: de modo que tenemos el caso de los tiroteados raperos Tupac Shakur Notorious B.I.G. en 1996 y 1997, y la trifulca de pique entre dos vehículos que implica a sus dos conductores policías de paisano, uno blanco y otro negro, con la muerte de uno de ellos.

Brad Furman, responsable de thrillers muy entretenidos como El inocente (The Lincoln Lawyer) e Infiltrado, lleva con buen pulso un film donde Johnny Depp vuelve a demostrar su capacidad interpretativa camaleónica, vuelve a transformarse físicamente para encarnar de modo convincente a un personaje real de aire cansado, cuesta batallar con la corrupción existente en el mundo policial, tratar de arrojar luz sobre hechos oscuros puede suponer el pago de un precio demasiado alto.

La producción está muy cuidada, con idas y vueltas a los sucesos investigados, incluso con el recurso a maquetas. Aunque sea un personaje bastante arquetípico, Forest Whitaker sabe insuflar vida a su periodista, de modo que funciona el recurso narrativo del tencontén con el detective Poole.