Christopher Eugene O'Donnell, Chris O'Donnell para los colegas, nació en Winnetka, Illinois, Estados Unidos, el 26 de junio de 1970. Hijo de una agente inmobiliaria y un director radiofónico, fue el menor de siete hermanos de una feliz familia católica.

Interesado por la interpretación desde joven, comenzó a acudir a diferentes casting en la adolescencia. Tras protagonizar varios anuncios, en 1986 se estrenó en la pequeña pantalla gracias a una breve intervención en la serie ‘Jack y Mike’. Su salto al cine llegó en 1990, compartiendo protagonismo en el drama ‘Los hombres no abandonan’ (Paul Brickman, 1990), con Jessica Lange, Joan Cusack y Kathy Bates.

Fue precisamente Bates la que ayudó a que O'Donnell entrase en el reparto de ‘Tomates verdes fritos’ (Jon Avnet, 1991), su segunda película y la primera con un tirón internacional lo suficientemente potente como para que su teléfono empezase a sonar.

Así llegó a protagonizar junto a Al PacinoEsencia de mujer’ (Martin Brest, 1992), título por el que optó por primera y última vez a un Globo de Oro como mejor actor secundario. Se lo arrebató Gene Hackman por su Little Bill Daggett de ‘Sin perdón’. No hubo quejas.

Su fama no hacía más que crecer y pudo ir seleccionando proyectos a su antojo. De la aventura de ‘Los tres mosqueteros’ (Stephen Herek, 1993) al drama romántico de ‘Círculo de amigos’ (Pat O'Connor, 1994) o ‘Amor loco’ (Antonia Bird, 1995), O'Donnell estaba en la cima.

En aquel momento, fue seleccionado para interpretar al sidekick del ÚNICO superhéroe que arrasaba en aquel momento y, de algún modo, su carrera empezó a resentirse.

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Warner Bros.

Batman Forever’ (Joel Schumacher, 1995) funcionó en taquilla, pero nadie salió demasiado bien parado de aquel rodaje. Nuestro protagonista, que dejó en aquel momento de ser el preferido por Fox para una ambiciosa película que estaba preparando James Cameron, ‘Titanic’, intentó ponerse serio con una dura historia sobre racismo, ‘Cámara sellada’ (James Foley, 1996), y con una romántica biografía bélica junto a Sandra Bullock, ‘En el amor y en la guerra’ (Richard Attenborough, 1997), pero el estreno de ‘Batman y Robin’ (Joel Schumacher, 1997) convirtió definitivamente al pobre O'Donnell en “aquel” Robin.

Tras rechazar el papel que finalmente interpretaría Will Smith en ‘Hombres de Negro’ (Barry Sonnenfeld, 1997), el actor intentó transformarse en un nuevo “novio de América” en ‘El soltero’ (Gary Sinyor, 1999) y poco después en héroe de acción con ‘Límite vertical’ (Martin Campbell, 2000), pero nada funcionó demasiado bien. Cansado de la industria, se retiró unos años de la actuación para pasar más tiempo con su familia.

Durante casi una década, solo apareció en pantalla gracias a pequeños cameos o a papeles muy esporádicos, pero en 2009 fue elegido para encarnar a uno de los agentes protagonistas de ‘NCIS: Los Ángeles’, spin-off de ‘NCIS’ que actualmente la CBS mantiene en antena tras siete temporadas con nuestro O'Donnell a la cabeza.

Casado con una profesora desde 1997, junto a la que ha tenido cinco hijos, al actor está encantado con su cabecera televisiva, que le permitió estrenar su Estrella en el Paseo de la Fama en 2015, y parece que no le corre demasiada prisa volver a la gran pantalla.

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Getty Images