Las casas de moda han mostrado su poder�o en la Alta Costura, antesala e inspiraci�n de lo que veremos en versi�n adaptada en las alfombras rojas y en la calle a lo largo de los pr�ximos meses. Y las grandes firmas han confirmado lo que ven�an barruntando: que las transparencias, en sus infinitas posibilidades, se incorporar�n con sutileza a los dominios sociales.
Con la impresi�n de que, a d�a de hoy, hay que seguir haciendo pedagog�a sobre el impacto que supone esta industria en la econom�a, el consumo y la cultura, los dise�adores y artesanos han volcado su creatividad en una semana en la que tanto importa lo que se muestra sobre las pasarelas como la actividad que se mueve fuera de ellas, con bautizos en primera fila, encuentros furtivos y cenas privadas que burbujean la ciudad. Estos d�as es f�cil cruzarse en L'Avenue con Valentina Ferragni, compartir espacio con Ashley Park en Gigi o colarse involuntariamente en un directo en redes de alguno de los cientos de curiosos que se agolpan a las puertas de los desfiles.
A todos ellos dej� boquiabiertos la cantante Doja Cat, tatuada de rojo y con m�s de 30.000 cristales de Swarovski incrustados en el cuerpo, rindiendo homenaje a la tem�tica del desfile de Schiaparelli: Infierno Couture. La segunda sorpresa llegaba con Kylie Jenner, ataviada con vestido negro y una cabeza de le�n gigante hiperrealista a modo de broche. Este ser�a el dise�o estrella del director creativo de la firma, Daniel Roseberry, que ha convertido sus desfiles en un espect�culo hipn�tico y provocador. Uno acaba entendiendo esta inquietante composici�n cuando trasciende el mensaje de fondo: Roseberry, inspirado en el protagonista de la Divina Comedia, muestra la duda que le surge al artista entre sorprenderse a s� mismo o complacer al p�blico. Claramente, �l se queda con lo segundo, e invita a reflexionar sobre el camino que cada uno desea tomar.
La casa Dior vino a poner la nota sofisticada con sus flecos y dorados de los locos a�os 20 que rinden homenaje a las pioneras africanas que rompieron barreras en el mundo de la cultura y el activismo, en l�na con el firme compromiso de Maria Grazia Chiuri de empoderar a las mujeres de hoy, del ayer y del futuro. Las chaquetas Bar, reinterpretadas para dar mayor fluidez, tomaron protagonismo en el desfile que no se perdieron Kirsten Dunst, Anya Taylor-Joy, Carla Bruni o Victoria Federica de Marichalar, amigas fieles a la artesan�a de la maison.
En Chanel se estren�, a sus 18 a�os, Apple Martin, la custodiada hija de Chris Martin y Gwyneth Paltrow, que desde su primera fila observ� el imponente desfile de inspiraci�n animal, en el que Virginie Viard ensalza y progresa los emblemas de Chanel, las perlas, el tweed y el negro, mientras se recrea en la maestr�a de los detalles.
Una imponente Nieves �lvarez abri�, con su sempiterna distinci�n, el desfile de St�phane Rolland, que transport� al p�blico a las fantas�as de Brasil, y m�s tarde Armani Priv� alumbr� con una intr�pida propuesta inspirada en el Arlequ�n, donde la combinaci�n de rombos, tonos pastel y pantalones con vol�menes emocionaron a un p�blico que, como en cada desfile, le dedic� una respetuosa ovaci�n.
Valentino y su propuesta escandalosa, divertida y sensual aun� un plantel ampl�simo de artistas, mientras que Ackerman presentaba para Jean Paul Gaultier una colecci�n de arte conceptual, alejada de histrionismos e invitando a la conciencia. Fendi aport� la luminosidad y lucidez, tratando de "evitar el disfraz" a trav�s de mangas aladas a menudo desmontables, una lencer�a que cobra intenso protagonismo y, de nuevo, las transparencias como poderosa forma de comunicaci�n con uno mismo y con los de fuera.
Se requieren un m�nimo de 150 horas para confeccionar las prendas que pasan por estos desfiles, cada vez m�s demandantes para las firmas y los dise�adores, que debaten internamente sobre la velocidad a la que avanzan las temporadas y sobre el concepto "tendencia". "Se espera que tengamos ideas virales cada temporada, y por supuesto, eso no es posible", explicaba en YO DONA Daniel Roseberry. Viralizar y aguantar en el tiempo es, qui�, el desaf�o m�s apremiante de un sector que se reinventa con cada estaci�n.
Conforme a los criterios de