Cerrando el círculo

Me parece que ya habido otra gente en Filmaffinity (creo que vircenguetorix) que han apuntado que es más fácil hacer llorar que hacer reír en el cine. Sólo hay que encontrar la forma de construir una escena lo más dramática posible con algún muerto de por medio si puede ser para que los más sensibles se emocionen. El problema está cuando estas escenas no dan el resultado previsto ya que pueden caer fácilmente en el ridículo. Éste es el caso de esta película en la que cada escena pretende estar más cargada de emotividad que la anterior pero que, al menos para mí, no llegan a parecer verosímiles. En ella casi todo me parece impostado.
Suerte que el buen reparto, especialmente Plummer y MacLaine, consigue aguantar un poco la película porque si no creo que estaría hablando de una de las peores películas que he visto últimamente.
Sólo la recomendaría a los románticos empedernidos de lágrima muy fácil.

Maravilloso puzzle dramático que se va componiendo a medida que pasan los minutos y, como en todo rompecabezas, algunas piezas son muy obvias y otras no se revelan hasta el último momento.

La historia comienza en EEUU en la década de los 90, con el funeral de uno de los protagonistas. Ya entonces empiezan los saltos: de América a Irlanda, de los años 40 a los 90, de la Segunda Guerra Mundial al conflicto del Ulster. Lo que parece un enredo estrambótico resulta ser una revelación paulatina de secretos y sentimientos que terminan encajando.

Pese a las duras críticas y algunos defectos que no vamos a negar, la película, con narración in media res, te atrapa hasta el final.

La evidente química entre McLaine y Plummer se merienda a la de sus jóvenes versiones, con un Christopher Plummer anclado a la sutileza y capaz de romper a llorar en mitad de una escena con absoluta naturalidad, como solo los grandes saben y pueden.

La única pieza del puzzle a la deriva es el intento de vincular el conflicto político de Irlanda y el IRA con el drama romántico. ¿Realmente era necesario alargar tanto la historia de Belfast? Sin embargo, este escenario nos brinda paisajes, música celta y, sobre todo, dos actuaciones sublimes: Pete Postlethwaite y un extraordinario Martin McCann (imprescindible el visionado en V.O. para captar el acento norirlandés).

Guión infame, montaje sin comentarios, historia de amor intrascendente y cero sentido del ritmo narrativo crean el "anticlima perfecto" para aburrirnos con esta prescindible historia de amor entre una chica y tres amigos cuyas relaciones se ven truncadas por una promesa de patio de colegio y el ya clásico telón de la guerra.
Quiero que me devuelvan los 118 minutos que he perdido viendo esta película.

Demasiado pretenciosa, una historia mil veces contada que no ofrece nada nuevo.
Cristopher Plummer, lo mejor de toda la película.
Shirley MacLaine cada día dá más susto.
Neve Campbell tosca y acartonada.
Pete Postlethwaite exactamente igual que en cualquiera de sus películas.
Y el resto del reparto penoso.