Historia de laboratorio clínico de Héctor Espinosa Vellojín

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El doctor Espinosa Vellojín nació en Cereté, Córdoba en 1915. En 1938 se graduó como bachiller de la Universidad de Cartagena, en un tiempo donde también funcionaba como colegio. En 1939 ingresa a la Universidad Nacional para estudiar Bacteriología en la Facultad de Medicina. Se graduó como Bacteriólogo y Técnico de Laboratorio Clínico en 1942, su tesis de grado se tituló “Recuento de bacterias en las leches de Bogotá”.

Una vez graduado, empieza a trabajar en el laboratorio de los doctores Bernardo de Castro y Caballero Ferreira, frente al parque Santander en Bogotá, lugar donde laboró hasta el 9 de abril de 1948 cuando el asesinato del líder liberal Jorge Eliecer Gaitán provocó revueltas y caos en la ciudad.

Tras este suceso, regresa a su ciudad de origen y funda su laboratorio en Cereté en mayo de 1948. Allí, se encargó de realizar hemogramas, eritrosedimentación, hemoglobina, recuento de plaquetas, uro análisis, coprológicos, glicemia, colesterol, nitrógeno ureico, creatinina, pruebas de coagulación (T de coagulación, T de protrombina, T de sangría), hemoclasificación, hemoparásitos en gota gruesa, reacción de Widal para diagnóstico de Tifoidea y serología (VDRL). 

Entre sus primeros equipos se encontraban un colorímetro solar para los exámenes de química clínica, tubos para eritrosedimentación y eritrocitos, una cámara Neubauer para el recuento de glóbulos rojos, un microscopio monocular, una centrífuga manual, láminas, jeringas de vidrio como se acostumbraba en esa época y una serie de buretas, pipetas y matraces que logró conseguir gracias al préstamo de un familiar.  

En 1950 empieza a realizar estudios más sofisticados como el mielograma, LCR (líquido cefalorraquídeo), cultivos bacterianos y micóticos, antibiograma – en discos que él mismo preparaba-,  baciloscopia en esputo, prueba de tuberculina (Mantoux), detección de lepra en linfa, (mediante punción del lóbulo de la oreja, codo – prueba de Mitsuda), flujos vaginales y pruebas hepáticas (Bromosulftaleina). 

Pasó así con el correr de los años de la centrífuga manual a una eléctrica, del microscopio monocular al binocular y del colorímetro solar al visual. 

Su temperamento obcecado, recio y riguroso le valió el apodo de “Kaiser” y prueba de ello fue su objetivo  de extender su recolección de muestras hasta la capital del Departamento, la ciudad de Montería. Para ello, y por la dificultad de viajar por caminos que eran más bien trochas, decidió construir un muelle de madera frente a su casa por donde pasaba el caño Bugre, que conectaba con el río Sinú, e importó desde USA un bote de madera que le sirvió de medio de transporte para llegar hasta Montería al consultorio de su hermano Amaury para recoger y tomar muestras. 

El bote también fue útil para realizar campañas de salud en pueblos ribereños cercanos a Cereté.

Hacia 1956, durante el gobierno del General Gustavo Rojas Pinilla y la Gobernación de Don Miguel García Sánchez, (un hacendado y ganadero con negocios en la región), se construye  el Hospital Regional Sandiego gracias a la donación de un lote de este último. Don Miguel fundó una empresa láctea en Cereté y fue el Dr. Espinosa el encargado de hacer control microbiológico en los productos con cultivos, detección de la brucella, tuberculosis y lactimetría para determinar el porcentaje real de dilución entre leche y agua.

En 1957 es nombrado Gerente del Acueducto de Cereté, crea la planta de tratamiento de agua con cloro para su potabilización e inicia la recolección de basuras en volqueta. En los años posteriores el laboratorio fue creciendo y empezó a realizar exámenes de metabolismo basal para función tiroidea y lectura de hemoparásitos en zonas endémicas de Córdoba para detectar malaria y Leishmania.

En 1963, el Dr. Espinosa se encarga de la Organización y modernización de la dotación del Hospital Regional Sandiego, incluída la contratación de nuevos especialistas. El proceso finalizó en 1965, año en que se vincula a la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba como profesor de parasitología y participa en 1967 con los Doctores Álvaro Bustos Berrocal, Miguel Lengua e Isaac Ealo en el trabajo de investigación “Etiología bacteriana en las diarreas del lactante” presentado en el VIII Congreso Nacional de Pediatría en Medellín.

Paralelamente, el laboratorio continuó progresando en equipos y procedimientos. En los años posteriores ingresan sus hijos Hector y Bernardo a colaborar con su padre y siguen su legado hasta hoy con laboratorios propios, siempre buscando la excelencia y la innovación. El Dr. Espinosa Vellojín falleció el 2 de abril de 1983 a la edad de 68 años. 

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La historia del laboratorio fue presentada por el doctor Héctor Espinosa García, médico de la Universidad Javeriana,  especialista en radiología y neuro-radiología e hijo del Dr. Héctor Espinosa Vellojín.

En la sesión también ingresaron como Miembros de la Sociedad de Historia de la Medicina los doctores Eugenia Espinosa García, médica de la Universidad Javeriana y especialista en Pediatría y Neurología Pediátrica y Bernardo Espinosa García, especialista en Microbiología Médica y licenciado en Bacteriología de la Pontificia Universidad Javeriana. 

La historia completa en:

HISTORIA DEL LABORATORIO CLÍNICO DE HÉCTOR ESPINOSA VELLOJIN

Nota de la Sesión. Victoria Rodríguez G., Comunicaciones Academia Nacional de MedicinaCapítulo Córdoba

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