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Masters 1000 de Montecarlo

Carlos Alcaraz, un ni�o obediente, un adolescente explosivo: "Divertirse en la pista alargar� su carrera"

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"Es humilde, sencillo y tranquilo como para hacer cambios extra�os", dice Ferrero. "Asimilaba todo a la primera", recuerda Kiko Navarro, su primer entrenador. "No se queda demasiado tiempo en las victorias ni en las derrotas", comenta Josefina Cutillas, su psic�loga durante ocho a�os.

Carlos Alcaraz.
Carlos Alcaraz.GETTY

El chico ya apuntaba cuando lleg� la oportunidad de disputar el Campeonato del Mundo sub'10 en Croacia. Viaje caro. Dificultades para una familia de clase media. Surge la mediaci�n de Kiko Navarro, entonces su entrenador, que convence a Alfonso L�pez Rueda, de Postres Reina, popular empresa de reposter�a con sede en la localidad murciana de Caravaca de la Cruz, para que patrocine al equipo. "Me llev� a Carlitos [Alcaraz] y al hijo de Alfonso. Y ah� empez� todo. Quedamos subcampeones del mundo. A partir de entonces disputamos torneos en Espa�a. Debutamos en la Ciudad de la Raqueta. Gan� como alev�n de primer a�o. El siguiente, en Valencia, tambi�n se lo llev�", nos cuenta Navarro en conversaci�n telef�nica, despu�s de otra tarde de lluvia que le ha impedido completar los entrenamientos en la escuela del Club de Campo tenis de El Palmar, donde sigue trabajando.

Hablamos con el t�cnico junto a quien creci� el campe�n m�s joven del Masters 1000 de Miami y llamado a revalidar su cr�dito en el Masters 1000 de Montecarlo, que comienza el lunes. "Mi principal grano de arena pude aport�rselo en la conducta. Desde peque�o le he pegado muchas charlas: en el tren, en el coche, cuando �bamos a Villena, una hora hasta all� y otra de vuelta. Le dec�a que fuera humilde, respetuoso, que nunca negara una foto. Y lo estoy viendo reflejado ahora, cuando ya es n�mero 11 del mundo".

Tras la finalizaci�n de unos de los partidos del Roland Garros Longines sub-13.
Tras la finalizaci�n de unos de los partidos del Roland Garros Longines sub-13.

Todos los testimonios convergen en el car�cter virtuoso del muchacho, en su modestia, su docilidad, su aplicaci�n. "Ha transformado los retos en oportunidades para crecer desde una edad muy temprana. Lo tiene muy interiorizado", explica Josefina Cutillas, su psic�loga entre los ocho y los 16 a�os. "No se queda demasiado tiempo en las victorias ni en las derrotas, sigue trabajando con la misma autoexigencia. No consiente que las emociones se prolonguen m�s de lo que deben. Destaca su autoconocimiento. Tiene la base emocional cubierta para gestionar todo lo que le viene. Sus padres han sabido mantenerle en su entorno social, los amigos, la familia, con las ra�ces muy presentes".

Hijo de Carlos Alcaraz Gonz�lez, ex tenista y director de la escuela de Tenis del Club de Campo, y de Virginia Garfia, es el segundo de cuatro hermanos: �lvaro, de 21 a�os, Sergio, de 11, y Jaime, de nueve. "Estamos muy encima para que todo sea normal, para que sigamos trabajando como hasta ahora y que las amistades sean las mismas. En el equipo que tiene alrededor todos tenemos la experiencia suficiente. Hemos pasado por ah� y llevamos mucho recorrido como para detectar si algo no est� saliendo bien y hay que dar un toque de atenci�n a quien haga falta. Carlos es sencillo, humilde y tranquilo como para hacer cambios extra�os. Hay que dejarle jugar al tenis, fluir con todo lo que lleva dentro y a ver hasta d�nde llega", agrega Juan Carlos Ferrero, el entrenador con quien ha dado el gran estir�n.

"De mayor quiero ser tenista"

"Trabaj�bamos en grupo y el tenis a�n ten�a un car�cter m�s l�dico. Pero �l ya mostraba determinaci�n. Cuando le preguntabas qu� quer�a ser de mayor te respond�a sin dudarlo: 'jugador de tenis'", recuerda Cutillas.

Alcaraz, que el 5 de mayo cumplir� 19 a�os, no parece, ni mucho menos, un fen�meno pasajero. Campe�n tambi�n del ATP 500 de R�o de Janeiro, sobre arcilla, regresa a la superficie donde consigui� el primero de sus tres t�tulos ATP, el pasado verano, en Umag.

"Le cuesta m�s pasar de pista r�pida a tierra que a la inversa, sobre todo por los cambios de altura y c�mo manejarlos en esta superficie, las defensas, aunque en r�pida tambi�n juega con algunas alturas. Puede ser que le cueste en los primeros partidos", advierte Ferrero.

Al lado de su amiga Alba Rey tras ganar sus respectivas categor�as el torneo Benjam�n  J'Hayber de Alicante.
Al lado de su amiga Alba Rey tras ganar sus respectivas categor�as el torneo Benjam�n J'Hayber de Alicante.

"Siempre que cambiamos de superficie adaptamos el trabajo que hacemos fuera de pista", explica Juanjo Moreno, el fisioterapeuta que le acompa�a a todos los torneos. "Las zonas m�s implicadas son los abductores, el gl�teo medio y el gl�teo mayor, que son m�sculos estabilizadores de la cadera, porque en la arcilla se resbala mucho y eso genera inestabilidad. Poco a poco nos aplicamos en los deslizamientos y la fuerza exc�ntrica de esa musculatura, para asegurarnos de que cuando el m�sculo trabaje en frenado no se rompa".

Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roma y Par�s, un recorrido sin escalas donde aspira a todo, con ese juego decidido, singular, a partir del cual seduce al p�blico all� donde va. "De peque�o, cuando no ten�a el d�a en que todo le sal�a perfecto, le costaba un poquito. Le dec�amos, 'hoy toca correr como un cabr�n, muchos partidos se ganan as�'. Luego, con 14 o 15 a�os tambi�n mejor� mucho en su actitud", evoca Navarro.

R�pido aprendizaje

"Asimilaba pronto lo que practicabas con �l. Aquello que a los dem�s les ten�as que explicar ocho o nueve veces, �l lo pillaba a la primera. Llegamos a pensar que ser�a mejor que golpease el rev�s a una mano despu�s de que lo viera Antonio G�mez Palencia cuando entrenaba a Nicol�s Almagro. A Carlos le dec�as 'p�galo a una mano' y lo hac�a bien".

Asumidos los trastornos que implica dedicarse al tenis desde una edad tan temprana, Alcaraz ha completado el proceso sin perjuicios. "Un adolescente es una explosi�n a nivel cognitivo y emocional. Las suyas fueron rutinas diferentes de las que tocan a esa edad, pero asumi� los cambios de manera r�pida y natural, con una gran capacidad de renuncia. Siempre intentamos que tuviera espacio para disfrutar con sus amigos. No se ha dejado de lado su faceta de ni�o y adolescente. Sabe optimizar su tiempo", apunta Cutillas.

Con Kiko Navarro, su primer entrenador, y Rafa Nadal.
Con Kiko Navarro, su primer entrenador, y Rafa Nadal.

Uno de sus rasgos distintivos es la capacidad de disfrute sobre la pista, el gusto no s�lo por ganar sino por hacerlo con una considerable cuota de improvisaci�n, con un cierto compromiso con la belleza. "Es muy din�mico y tiene muchos recursos. Siempre presente la sonrisa, las ganas de pas�rselo bien ah� dentro. Es muy explosivo y espectacular. Esa forma de divertirse en la pista ser� la que le facilite prolongar mucho su carrera. Si caes en la monoton�a, cuestan m�s las cosas", dice Ferrero.

"Le hace feliz que la gente disfrute con su juego, de ah� la pasi�n que despierta entre los aficionados. Se hace querer. Transmite verdad y bondad. Ahora que vivimos tiempos de desesperanza, representa un mensaje positivo para los m�s j�venes. Y para los no tan j�venes. Sugiere que los sue�os se pueden cumplir", concluye Cutillas.

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