Parreira mira al cielo en un momento del partido. (Foto: EFE)

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• Brasil llora el fin del sue�o | Portadas

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Actualizado domingo 02/07/2006 12:10 (CET)

FRANKFURT.- El t�cnico Carlos Alberto Parreira sepult� en Alemania no s�lo el sue�o brasile�o de un sexto t�tulo mundial sino tambi�n la fama de estratega del f�tbol que se conquist� en EEUU 1994, cuando condujo a una selecci�n mediocre al 'tetracampeonato' y rompi� un ayuno de t�tulos de 24 a�os.

Este s�bado, y despu�s de cuatro presentaciones poco convincentes, el equipo de estrellas dirigido por Parreira sucumbi� sin resistencia ante la selecci�n francesa, comandada por un Zinedine Zidane que recibi� amplios espacios y libertad para lucir su talento y 'bailar la samba' ante Brasil.

�ste ha sido uno de los errores estrat�gicos del entrenador, quien ya en la v�spera del partido hab�a descartado la hip�tesis de adoptar una marca personal sobre 'Zizou', alegando que ese no era el estilo de juego de Brasil "ni siquiera en la �poca de Maradona". La descoordinada actuaci�n de Brasil dej� en claro adem�s que fue equivocada la decisi�n del t�cnico de no programar amistosos durante el periodo de preparaci�n, salvo por el partido del 4 de junio contra la d�bil Nueva Zelanda.

En las ruedas de prensa, Parreira repet�a que �sa era su estrategia para llegar al t�tulo: "Optamos por recuperar f�sicamente a los jugadores, en lugar de desgastarlos en amistosos, porque queremos que el equipo vaya creciendo a lo largo de la competencia y que llegue a su punto m�s alto en la final", repet�a incansablemente.

Los entrenamientos diarios poco contribuyeron para convertir al conjunto de astros en un grupo s�lido, pese a que el entrenador sol�a insistir que los t�tulos "se los gana con un equipo y se los pierde con un equipo". Las sesiones comandadas por Parreira se limitaban en general a ejercicios t�cticos en cancha reducida, jugadas a bal�n parado y tiros de penalti y algunas jugadas de ataque las que cuatro delanteros buscaban superar a dos defensores.

El equipo suplente, que podr�a ser un rival respetable del once titular, s�lo en unas pocas ocasiones fue llamado a disputar un entrenamiento colectivo sobre una cancha completa, o sea, en condiciones similares a las que se disputan los partidos. Eso podr�a explicar el fracaso del temido 'cuarteto m�gico', que actu� con tres formaciones distintas en los cinco partidos disputados por Brasil en el Mundial, ya que el ariete Adriano debi� ceder su puesto a Robinho, ante Jap�n, y a Ronaldinho, ante Francia.

El esquema utilizado para enfrentar el partido de cuartos de final, con Ronaldinho como compa�ero de ataque de Ronaldo, no ha sido probado ni una sola vez en entrenamientos, porque Parreira hab�a adoptado la t�ctica del misterio en torno a la alineaci�n y no deseaba que la legi�n de reporteros presentes a las pr�cticas de la "selecao" se enterara de sus decisiones.

Hace cuatro a�os, en el Mundial de Corea del Sur/Jap�n, el entonces t�cnico de Brasil, Luiz Felipe Scolari, tambi�n evit� enfrentar a equipos fuertes en amistosos. En ese entonces, su objetivo era el de otorgar autoconfianza a sus pupilos, que salieron de su pa�s desacreditados despu�s de cumplir una mediocre campa�a en las eliminatorias.

Sin embargo, desde el primer d�a en la ciudad surcoreana de Ulsan y hasta la v�spera de la final en Yokohama, Scolari prepar� exigentes entrenamientos diarias en las que trat� de ensayar jugadas y preparar sus pupilos para enfrentar, con t�cticas diferentes, a cada uno de los rivales que debi� superar para llegar al pentacampeonato'. Lo mismo hace ahora Scolari en el banquillo de la selecci�n de Portugal, que tambi�n se clasific� para la semifinal del Mundial.

'Felipao', como es conocido en Brasil, no tiene en la selecci�n lusa a la constelaci�n de estrellas que estaba a la disposici�n de Parreira, pero ha logrado convertir a sus jugadores en un equipo s�lido en la defensa y peligroso en el ataque y, sobretodo, bien organizado y entrenado. A su vez, Parreira, al contrario de lo que hizo en 1994, pareci� estar convencido de que sus 'virtuosi' lograr�an formar una orquesta sin ensayos. Lo que se vio fue un equipo sin coordinaci�n, desorientado y sin alma, que sin embargo lograba ganar partidos. Pero, ante su primer adversario de peso, finalmente perdi� y la eliminaci�n en cuartos, que sell� la peor campa�a de Brasil en Mundiales desde 1990, demuestra que el estratega, este vez, se equivoc�.