Fue prácticamente antes de ayer cuando el trio de socios compuesto por Jérôme Bosc, Yann Caillere y Eric Omgba creaba la joven marca de hoteles FirstName, lanzada en 2022. Para su primera propiedad, inaugurada recientemente, escogieron la bonita ciudad de Burdeos y para dotarla de toda la personalidad necesaria se instalaron frente a la atípica sede de la Caisse d’Épargne, hoy en desuso, un icónico edificio de inspiración brutalista en pleno barrio arquitectónico bordelés de Mériadeck.
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Consíguela ‘Joie de Vivre’ Bajo el lema de que FirstName es, más que una propiedad, un estilo de vida, el establecimiento se presenta al mundo poniendo foco en la vida local pero con aires internacionales, de ahí que el hotel se haya unido a la colección de hoteles independientes JdV (‘Joie de Vivre’) de Hyatt, “aunque solo para su comercialización, no en gestión, ya que continuamos siendo independientes”, tal y como apuntan fuentes del hotel a Viajes National Geographic . Ubicado en el corazón de Burdeos y en uno de los barrios de ocio más activos de la ciudad, no tardará mucho en posicionarse como una referencia del buen comer, beber y vivir.
Sus 147 habitaciones y suites son amplias , funcionales y cuentan, al igual que todo el hotel, con un enfoque sostenible y vistas a los tejados de Burdeos. Hay siete categorías, pero desde la más básica hasta la suite, todas están equipadas con cafetera francesa (de émbolo) y un sobre de café proveniente de la marca local L'Alchimiste. El compromiso sostenible se mantiene con la política de cero plásticos en la habitación y los amenities orgánicos de la marca Océopin, procedente de Cap Ferret.
La madera viene de bosques explotados de forma respetuosa y las alfombras están fabricadas con redes de pesca recicladas. Aunque algunos detalles no encajen tanto, como el hecho de que no se necesite la llave de la habitación para encender la luz, lo que podría disparar el gasto energético. Las terrazas privadas de las suites cuentan con sauna o jacuzzi. Las habitaciones no tienen minibar, pero la alternativa está muy bien pensada: en cada piso hay una ‘kitchenette’ con frigorífico y una serie de amenities gratuitos como zumos o té donde el huésped puede campar a sus anchas y utilizar los electrodomésticos a discreción.
Foto: Jerome Galland. FirstName Bourdeaux.
VERDE DIVERTIDO Pero no solo la elección del mobiliario cuenta, en FirstName la energía es 100% verde y todo está pensado para reducir el impacto energético, por eso adapta la temperatura de -1°C en invierno a +1°C en verano, un objetivo común eco-responsabilidad entre hotel y huésped. El gimnasio de última generación cuenta con máquinas que funcionan sin necesidad de utilizar electricidad y, aunque no hay spa ni piscina, tampoco se echa de menos, el merecido relax del viajero puede disfrutarse dentro de una de las enormes bañeras con las que cuentan muchas de las habitaciones.
Todo esto, y alguna que otra sorpresa más, se esconden detrás de la fachada catalogada de los años 60 del edificio, antigua sede de una compañía aseguradora. Dentro, el diseño ha corrido a cargo del dúo parisino Marc Hertrich y Nicolas Adnet, del Studio MHNA. El vestíbulo es el lugar donde todo sucede y donde se encuentra el bar, el restaurante y una recepción que pasa completamente desapercibida, todo es cálido aunque con notas bastante futuristas. Arriba, los murales de la artista bordelesa Delphine Delas adornan los pasillos, mientras que la penúltima de las estancias se esconde tras una puerta camuflada: se trata de un bar clandestino donde comer, beber y vivir al igual que en resto del hotel, pero en un entorno mucho más íntimo.
Foto: Lama Zouein. FirstName Bourdeaux.
¿A QUÉ SABEN LOS PIRINEOS? Cédric Béchade, chef estrella de L'Auberge Basque, ha sido el encargado de elaborar el menú de Le Bada, donde se come rico y dando prioridad a los productores locales. Huevo de granja, puerros ecológicos y crumble de trigo sarraceno, trucha del Pirineo ahumada con crema ecológica de manzana y rábano picante o uno de los platos estrella, los calamares a la plancha con alcachofas y chorizo del País Vasco . Aunque si la comida es uno de los muchos puntos fuertes de este hotel, su bar es el vibrante punto de encuentro, un destino pensado para disfrutar de excelente música local, DJ en vivo y cócteles artesanales que marcan el ritmo de la animada oferta de esta ‘joie de vivre’.