Bull (2021), de Paul Andrew Williams

Años atrás, Bull trabajaba como matón para su suegro, Norm. Por culpa de la heroína, la relación de éste con Gemma, su esposa, e hija del jefe, se echa a perder, y ésta acaba liada con otro mafioso. Como Bull quiere quedarse con la custodia de Aiden, el hijo de ambos, Norm le toma ojeriza, y llega a tener miedo de perder a su nieto, así que ordena que le den pasaporte. Aunque le dan por muerto, años después regresa en busca de venganza.

Poco aporta el guión de este thriller de trilladísimo argumento sobre traiciones y venganzas. Pese a todo el director y guionista británico Paul Andrew Williams (Una canción para Marion) rueda con solvencia, con escenas potentes, aunque se exceda en violencia, y logra hacer atractiva la historia. Quizás abusa de dar datos a través de flashbacks, por lo que algún espectador se puede perder.

Sorprende el trabajo de Neil Maskell en la piel del personaje titular, pues logra transmitir que su personaje parece amistoso y afable, pero también es capaz de lo peor. No desmerecen actores como David Hayman (el terrorífico e implacable Norm) o Lois Brabin-Platt (Gemma). Quizás al final el film pierda bastante fuelle, pero se trata de un trabajo con cierto interés.