Destino a Brighton

Inspirado en la canción del álbum "The Pebble and the Boy" (título original del film), nos cuenta el viaje por carretera de John Parker, de diecinueve años, que emprende un viaje desde Manchester en la Lambretta de su difunto padre para esparcir las cenizas en la playa de Brighton, hogar espiritual de los Mods. En este viaje se le unirá la hija de uno de los mejores amigos del fallecido.

Todos tenemos en el recuerdo la pelicula de 1979 "Quadrophenia", en la que veíamos los enfrentamientos de las pandillas pertenecientes a los Mods vestidos con las parkas verdes y los Rockers vestidos con cuero negro. La nostalgia de estas subculturas es la base de esta historia.

Ya sabemos que las películas de viajes por carretera dan mucho juego, porque aparte de ir conociendo lugares y personas singulares son bastante entretenidas. Pero el tema de llevar las cenizas de alguien de un punto a otro por su última voluntad está bastante trillado y tienes que hacer de esta aventura algo original para que te enganche. Algo que en el film no ocurre, sus buenas intenciones no terminan de desarrollar bien la historia de "amor" entre los dos, ni tampoco el descubrimiento personal de que tipo de persona era el padre.

Tampoco la selección de canciones consigue dar fuerza a las imágenes de esta historia, el protagonista principal es bastante soso, destaca mucho más la actriz Sacha Parkinson de fuerte personalidad que interpreta a Nicki. Un interesante cameo es el de la actriz y cantante del grupo "Eight wonder" Patsy Kensit.

Una película fácil de ver por lo ingenua y artificial que resulta.
Destino Arrakis.com

La verdad, no sé por qué Destino a Brighton ha tenido tan malas críticas.
La película de Chris Green es sencillamente encantadora, divertida, con un punto de emotividad y nostalgia muy conseguido. Es un estupendo homenaje a la subcultura mod, a su música, estética y espíritu de libertad, por medio de personajes tópicos y situaciones dramáticas que no inventan la pólvora, pero que resultan entrañables y entretenidos.
Y ya ni hablemos de la ilusión que hace ver Brighton en la pantalla y cómo luce en la misma. Si han estado allí, es un auténtico regalo.
Muy recomendable.

Durante los años setenta y ochenta, resurgió el Mod, una subcultura de rebelión juvenil que se caracterizaba por conducir las motocicletas scooters. Del mismo modo, Destino a Brighton resucita el movimiento a través de la nostalgia con la historia de John, un joven que se embarca en un viaje en moto para esparcir las cenizas de su padre en la ciudad de Brighton, y reencontrarse con el pasado de su progenitor.

Los jóvenes Patrick McNamee y Sacha Parkinson hacen un buen trabajo encarnando a un chico apenado y afligido por la pérdida, y a una chica descarada e independiente respectivamente, frente a un guion un tanto endeble. Sin embargo, el resto de personajes son plenamente estereotipados y las interpretaciones dejan mucho que desear. De hecho, el largometraje se sostiene en su mayoría gracias a una banda sonora que incluye éxitos clásicos de Paul Weller, The Jam, The Style Council y The Cords. Es inevitable pensar que la mayoría del presupuesto de esta pequeña producción independiente británica se haya destinado a los derechos de las canciones. Por otro lado, la música melodramática en las escenas con una mayor carga emocional queda algo redundante y le quita credibilidad a la propuesta.

Por lo que respecta a su ejecución, Chris Green, escritor y guionista, no aprovecha lo suficiente el recurso del paisaje característico de las road movies, al emplear planos que no favorecen al desarrollo del viaje y al abusar del uso de la cámara en mano. El arco de transformación del protagonista queda desdibujado por una predictibilidad en el desenlace. Asimismo, el montaje por el Brighton Pier –con una estética clara de videoclip que se alarga demasiado– no ayuda a eximir a esta cinta de estar sobrecargada, incluso con solo una hora y media de metraje.

Destino a Brighton no es necesariamente un título para el recuerdo, es más una película de confort y especialmente dirigida a los nostálgicos, pero es simpática y agradable de ver. Funciona como un coming-of-age film, con un encanto ingenuo y cándido engalanado con el estilo motero de la década de los setenta y ochenta.

www.contraste.info

Toc, toc ¿queda algún mod por ahí? cri, cri, cri. Y después de ver esta película es imposible que las nuevas generaciones lleguen a entender que es el modernismo más allá de los tópicos de la parka y la Vespa.
Insustancial, de reacciones emocionales desproporcionadas y artificiales "Destino a Brighton" se queda en una floja película de carretera con argumento inconsistente al pretender darle a la historia el misterio de resolver el enigma del padre de uno de los personajes.
Patrick Mcnamee transita por la trama con un aire de atolondramiento que exaspera, Patsy Kensit no resulta nada seductora y Sacha Parkinson salva su interpretación volcánica más por el trabajo de figurinistas y peluqueras al elegirle un vestuario "skinhead girl" "casual hooligans" que hace creíble su papel.
Podemos afirmar que esta película es para seguidores de esta subcultura urbana, más concretamente para esa segunda hornada de finales de los setenta con toda esa banda sonora de grupos contemporáneos y que fuera de ahí no interesará a nadie.
Dudo que después del "Brit pop" y el "Acid jazz" haya habido quinceañeros que protagonicen una escena afín y no vale decirle al "prota" que es un mod porque se ha puesto una chaqueta de rayas de tres botones y monta una Lambretta. Habría que remontarse a los sesenta para entender tanto su estética como su filosofía de vida y que hoy en la madurez de los que formamos parte de la esa segunda generación seguimos buscando el destacar de la masa en nuestro vestuario, nuestra inspiración musical, nuestra individualidad y el modernismo artístico.

Echo un vistazo por encima a las críticas de esta peli y solo veo puntos rojos.

Pues a mí me ha gustado.

No va a cambiar la historia del cine, ni yo la recordaré dentro de un mes, pero es un divertimento que se ve con agrado.

Además cuenta con una banda sonora con la música de The Jam, The Style Council, Paul Weller, Secret Affair, THe Chords o The Electric Stars.

Hay un homenaje a los Mods y a la scooter Lambretta.

El viaje de descubrimiento del padre fallecido. Un viaje en el que, además, se encuentra el amor.

Me ha encantado Sacha Parkinson como Nicki.

Divina Patsy Kensit como Sonia.


Mi puntuación: 6,22/10.

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