Dejémonos de frases hechas. Basta ya de decir que 20 años no son nada, como el famoso tango, porque a todos, hombres y mujeres reales, y aunque no queramos, el paso del tiempo hace mella en nuestros rostros, cuerpo y forma física. Hoy nos hemos despertado atónitos con una imagen de una estrella de la que no sabíamos nada desde hace más de una década.

Se trata de Bridget Fonda, una de las actrices más prolíficas de los años 90, aunque su carrera cinematográfica se extendió desde 1969 (con cinco años tuvo un papelito en 'Easy Rider') hasta 2002 (su último papel fue el de Reina de las Nieves en la miniserie de televisión 'The Snow Queen').

Su apellido parecía condicionarle a Hollywood: era nieta de Peter Fonda y sobrina de Jane Fonda. En su dilatada trayectoria como actriz (está acreditada en IMDb con 49 trabajos), participó y/o fue protagonista en películas muy aclamadas que fueron éxito de taquilla, como 'El padrino III', 'Mujer blanca soltera busca...', 'La asesina', 'Scandal' (por la que recibió una nominación a los Globos de Oro' o 'El balneario de Battle Creek'.

En 2003 Bridget Fonda decidió retirarse del mundo de la interpretación, oficialmente porque tuvo un accidente de tráfico que le provocó una lesión vertebral. Sin embargo, había declarado con anterioridad que, aunque le encantaba su trabajo como actriz, no le gustaba Hollywood:

"Hacerte conocida, hace que renuncies a tu vida. Tu patrón de crecimiento se altera, porque todo lo que haces se magnifica y se analiza. Por eso no me gustan las ruedas de prensa. No me gusta la forma en que los periodistas hacen las preguntas, no hay ningún intento de ocultar sus intenciones. Es realmente perverso" declaró en 1992 al New York Times.

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La última vez que la habíamos visto en público fue en agosto de 2009, en el estreno de la película de Quentin Tarantino 'Gloriosos bastardos', a la que acudió acompañada por su marido, el compositor Danny Elfman. Y el pasado miércoles, fue captada por la cámara de los 'paparazzis', el mismo día que cumplía 58 años, muy alejada del glamour de los platós de cine.

Vestida con ropa cómoda, con gafas, y con un bolso bandolera, parece que en estos 12 años ha ganado algo de peso y también ha dejado de teñirse, pues en las imágenes de los paparazzis la vemos con una melena canosa.

Se encontraba haciendo compras en Los Ángeles, por donde paseaba con su perro. Según varias fuentes, Fonda habría abandonado Los Angeles en 2020 para instalarse con Danny Elfman y su familia en su rancho de Santa Bárbara (California). Allí está plenamente dedicada al cuidado de su hijo Oliver, nacido en 2005.