Brian Laudrup analiza el gran éxito de Dinamarca en la EURO '92

Tras la retirada de Yugoslavia del Campeonato de Europa de la UEFA de 1992, Dinamarca obtuvo una plaza en la fase final y logró algo que parecía imposible en Suecia.

Tras superar la fase de grupos por los pelos, eliminaron a la defensora del título, Países Bajos, en semifinales y derrotaron a Alemania en la final. Kim Vilfort regresó de atender a su hija, que tenía una enfermedad terminal, para marcar el segundo gol. El centrocampista con carácter ofensivo Brian Laudrup nos lo cuenta todo.

Sobre la tardía llamada de Dinamarca a la fase final

Intentaba recuperarme de una lesión de rodilla muy grave. Me dañé el ligamento cruzado en 1991, y estaba intentando recuperar mi forma física. Un día, volví de un amistoso, mi mujer cerró la puerta y me dijo: "Acabo de recibir una llamada de la federación danesa. Vas a ir a la EURO 1992". Yo reaccioné así: "¿Qué? De ninguna manera". Dije: "No soy capaz de jugar 90 minutos ahora mismo. Será un desastre. Dinamarca jugando en la EURO... Nos masacrarán".

Llamé inmediatamente a algunos de mis compañeros y les dije: "¿Dónde estáis?" "Estoy tumbado en una playa en Grecia, en Turquía, en España". Y dijimos: "Pero tenemos que presentarnos dentro de dos días porque sólo tenemos una semana para preparar el primer partido contra Inglaterra". Era como un cuento de hadas.

Recuerdo la primera vez que salimos al campo, nos reunimos en el círculo central y Richard Møller Nielsen, el seleccionador, se paró, y todos nos reíamos y lo pasábamos bien. Para nosotros era más divertido que un asunto serio. Recuerdo que miró a todos los jugadores a los ojos y dijo: "Tenemos un objetivo cuando vayamos a Suecia y juguemos la EURO 1992".

Se hizo el silencio y luego dijo: "Vamos a ganar la EURO 1992". Y todos le miramos y nos reímos. Estábamos como: "¿Qué se ha tomado? Quiero un poco de eso".

Sobre la eliminación de Países Bajos en la tanda de penaltis para llegar a la final

Si nos fijamos en la selección neerlandesa de entonces, nos medíamos a [Marco] Van Basten, [Rudd] Gullit, [Frank] Rijkaard, [Ronald] Koeman, cuatro de los mejores jugadores del mundo en aquel momento. Y, además, eran los vigentes campeones. Estábamos en el campo y algunos jugadores decían: "Pff, esto va a ser fácil".

Países Bajos tenía mucho más talento que nosotros, de eso no hay duda, pero a veces se puede encontrar esa fuerza extra. Llegamos hasta los penaltis. Sabíamos que si tienes un portero como Peter Schmeichel, siempre tienes una oportunidad. El único jugador en el que pensé: "No tiene ninguna oportunidad" sería contra Van Basten, ¿y qué pasó? Van Basten falló.

Sobre la final contra Alemania

Teníamos muchos jugadores lesionados, temíamos no poder alinear a once jugadores sanos, así que se trataba de salir, intentar ser lo más incómodos [difíciles de batir] posibles, y con suerte la gente diría después: "Qué bien que Dinamarca haya estado en la EURO. No la ganaron, pero al menos causaron una gran impresión". Pero no fue así.

Creo que el gol que marcamos [John Jensen] en la primera parte fue la diferencia. Estábamos muy, muy cansados en ese momento. Si Alemania hubiera marcado, habríamos perdido 0-3 o 0-4 fácilmente. Pero creo que ese gol nos dio todo.

Todos conocíamos a Kim [Vilfort] y a su encantadora familia. También sabíamos lo de su hija, que estaba muy enferma, y se puso muy enferma durante la EURO. En algún momento, abandonó la concentración y regresó a casa, con nuestra bendición, obviamente, y nuestro apoyo. Pero no creíamos que fuera a llegar a la final.

Pero luego volvió, creo que un día antes de la final, jugó, marcó el gol y nos dijo a todos en el vestuario que había sido su hija quien le había convencido para que jugara esa final: "Ve, consigue ese trofeo y luego vuelve conmigo".

Sobre las celebraciones

Sólo habíamos visto en algunos periódicos que la gente se estaba volviendo absolutamente loca en casa. Cuando regresamos, nos acompañaron dos aviones de las fuerzas aéreas para asegurarse de que aterrizábamos. Pudimos ver cómo los pilotos nos saludaban. Volamos por el centro de Copenhague, viendo a medio millón de personas. Sinceramente, fue una locura.

Creo que fue el seleccionador quien dijo cuando salimos del campo y entramos en el vestuario después de la final: "Sentaos todos. Esta victoria, esta experiencia cambiará vuestras vidas para siempre". Y entonces éramos muy jóvenes, y piensas: "Oh, sí, sí. Está diciendo tonterías". Pero tenía razón. Eso fue absolutamente el mejor momento, el punto culminante de todas nuestras carreras.